La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que México tendrá 51.5 por ciento más casos de cáncer de mama para 2040 y que la mortalidad se elevará 64.2 por ciento, debido a diversos factores como el consumo de alcohol, exceso de peso corporal y el sedentarismo entre las mujeres.
Tras el lanzamiento de la OMS de la Iniciativa Mundial contra el Cáncer de Mama, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) inició un estudio internacional en el que detectó que el cáncer de mama es el padecimiento que más ascendió en 157 de 185 países, incluido México.
El estudio señala que “las tasas de incidencia de cáncer de mama son más altas en los países que han experimentado una transición económica, pero los países en transición tienen una parte desproporcionada de muertes por cáncer de mama”.
La iniciativa de la OMS y de la IARC tiene como objetivo “reducir la mortalidad por cáncer de mama fomentando el diagnóstico oportuno y el tratamiento y manejo adecuado de los pacientes”, por lo que hace la sugerencia a los países de enfatizar “la necesidad de esfuerzos globales para contrarrestar la creciente carga del cáncer de mama, especialmente en países en transición donde las tasas de incidencia aumentan rápidamente y las tasas de mortalidad siguen siendo altas”.
Según datos de la página interactiva de Globocan, la mortalidad del cáncer de mama en México pasará de siete mil 931 a 13 mil 25 en 2040.
Médicos y especialistas de la Fundación para la Investigación y Educación en Salud Pública señalan que “si no disminuyen los casos de esta enfermedad no habrá infraestructura diagnóstica suficiente que revierta el problema”.
El diagnóstico temprano de cáncer es fundamental y no es signo de una condena de muerte, ya que entre más temprana sea la detección hay mayores probabilidades de control y eso contribuye a que los índices de incidencia disminuyan.
Cabe destacar que no solo son los factores de riesgo los que hacen que se den estos altos índices de mortalidad por esta enfermedad, también se deben a los problemas del sistema de salud, como la falta de acceso a la atención médica o a la detección y tratamiento oportunos para muchas pacientes, la falta de especialistas e infraestructura en los hospitales, el desabasto de medicamentos, entre otros; todo esto debido al bajo presupuesto que se le otorga al sector salud para poder brindar un servicio público y de calidad.
Como es evidente a nivel mundial y sobre todo en los países más pobres, esta enfermedad se está cobrando la vida de miles de mujeres, como sucede en México derivado de la negligencia del gobierno actual -y los anteriores- que no tiene el interés en esta materia para revertir el problema y no ve a la salud pública como una necesidad para la población en sus agendas de trabajo, mientras sí lo hay para otras cuestiones contrarias a los intereses de las grandes mayorías, como destinar más presupuesto para la militarización del país, el reforzamiento de la Guardia Nacional, los mega proyectos y el pago de la deuda externa.
El desmantelamiento del sector salud es muy claro y no se puede ocultar; no solo lo padecen las pacientes con esta enfermedad, se presenta en general y afecta más a las y los trabajadores y el pueblo pobre. Esto pudo comprobarse cuando enfrentamos la pandemia, cuando el sector salud colapsó.
Los especialistas consideran que es necesario mejorar el sistema de salud, no debemos esperar para escenarios futuros de colapso porque es un derecho elemental de todo ser humano.
Por lo tanto, debemos luchar por más presupuesto para la salud y todas las necesidades sociales, exigiendo la reorientación del presupuesto que hoy se destina a la militarización, la Guardia Nacional, los megaproyectos y el pago de la deuda externa, así como impuestos progresivos a las grandes fortunas.
Para poder conquistar estas demandas y otros derechos elementales debemos recurrir a la unión y la movilización de los trabajadores y los sectores oprimidos, con el sector salud al frente, para hacer real este derecho. |