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31 de enero de 2025 Twitter Faceboock

Por la democracia Sindical
Sección 10, Pliego Nacional de Demandas y la necesaria democratización del SNTE
Sulem Estrada, maestra de secundaria | Agrupación Magisterial Nuestra Clase y Pan y Rosas

La semana pasada, en la Sección 10 del SNTE se realizó un taller sindical para los delegados y delegadas elegidos hace poco en las escuelas en el marco de la “consulta” del Pliego Nacional de Demandas 2023. Taller en el que se hicieron presentes tanto el secretario general de la Sección 10, Gustavo Vera, como integrantes del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE.

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No es casual que los dirigentes del sindicato más grande de América Latina busquen acercarse a los delegados recién electos de la Sección 10 —que aglutina a 30 mil docentes en poco más de mil escuelas secundarias en la CDMX, según cifras del INEGI—, pues dentro de poco en esta sección se llevarán a cabo votaciones para elegir a nuevo comité ejecutivo seccional.

Tal como sucedió en otras secciones sindicales controladas por la dirigencia burocrática del SNTE, afín al gobierno, las y los trabajadores el magisterio no estamos informados cuándo ni cómo se llevarán a cabo estas elecciones. Basta recordar lo sucedido en Guanajuato, Baja California, Tlaxcala, Nuevo León y Yucatán, y la forma mañosa en que las planillas promovidas por la burocracia sindical lograron imponerse para que ésta mantenga la dirección y el control burocrático de esas secciones.

Y es que la aparente “democracia sindical” que pretenden vendernos Alfonso Cepeda y el gobierno de la 4T —a través del llamado “voto universal”— en realidad no es tal, pues los mecanismos para participar en las elecciones siguen estando amañados y controlados por los dirigentes ’charros’, mientras que las autoridades ponen múltiples obstáculos para que pueda desarrollarse en cada escuela la organización democrática de las y los maestros desde las bases.

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USICAMM, la pérdida de derechos de las maestras y maestros y el nuevo marco curricular

En el taller, al que acudieron más de 700 representantes sindicales de la Sección 10 del SNTE, se vertieron las preocupaciones, cuestionamientos y demandas de las maestras y maestros, contra la intención de los dirigentes nacionales y seccionales que buscaban un espacio sin críticas, para legitimarse y “socializar” su política.

Se hicieron patentes problemas que van, desde cómo enfrentar el autoritarismo que sigue reinando en las escuelas, donde los directivos niegan los derechos más elementales a las y los docentes -como los días económicos o reconocer las incapacidades-, hasta preocupaciones por los bajos salarios y la necesidad de recuperar las pensiones solidarias con montos dignos, en vez del sistema de “ahorro individual” impuesto en los sexenios anteriores y administrado por los bancos, que dejan a los trabajadores en la miseria luego de su retiro laboral.

Uno de los temas que más se mencionó en las participaciones fueron las irregularidades en los procesos que lleva a cabo la Unidad del Sistema para la Carrera de Maestras y Maestros (USICAMM), con la que se ha mantenido un régimen laboral de excepción para el magisterio - continuando en ese aspecto con lo que impuso Peña Nieto-, dejando a las maestras y maestros cada vez en mayor indefensión y precariedad.

La respuesta de los dirigentes se redujo a aclarar que tienen abierta una mesa de trabajo con las autoridades educativas, donde se pueden tratar “los casos puntuales” donde se demuestren arbitrariedades o irregularidades en estos procesos para poder “revisarlos", pero sobre la base de aceptar este mecanismo que, en los hechos, arrebata el derecho de las maestras y maestros a tener igualdad salarial -violentando incluso la constitución- y condenándolos a no recibir aumentos salariales significativo, a no ser que se sometan a la evaluación docente. Además, dicha evaluación tampoco se los asegura, pues los supuestos incrementos salariales de la Carrera para las Maestras y Maestros, se dan por fuera del salario base y están sujetos al raquítico presupuesto asignado. Es un golpe al salario que rechazamos.

Asimismo, las horas de cursos y talleres que deben cubrir para ganar puntos y así obtener un incentivo, son fuera del horario laboral, lo que dificulta que muchos maestros, y en particular las maestras -pues muchas de ellas son madres y realizan labores de cuidados y limpieza del hogar-, puedan acceder a ellos fácilmente.

Contrario a lo que sostienen estos dirigentes —quienes se han declarado “el ejército ideológico de la 4T”—, las maestras y maestros necesitamos barrer con todos los vestigios de la reforma educativa peñista, que se conservaron en la reforma de López Obrador, como en el caso de las evaluaciones docentes arbitrarias con las que nos niegan nuestros derechos laborales.

Un aspecto que llamó la atención en el taller, fue la ausencia de cualquier mención sobre el Nuevo Marco Curricular y el Plan y Programas de Estudios 2022. Como si no fuera necesario discutir sobre las condiciones en las que las maestras y maestros llevaremos a cabo este nuevo marco curricular y las implicaciones que tendrá para el magisterio. Para poder valorar los verdaderos propósitos y posibles alcances de este nuevo plan, las y los docentes no podemos disociarlo de nuestras condiciones laborales y de las condiciones precarias en que se encuentran la mayoría de las escuelas, como pretenden las autoridades, puesto que la defensa de la educación publica y de nuestros derechos laborales van de la mano.

La transformación de la educación no vendrá de mecanismos meritocráticos y restrictivos como las evaluaciones de la USICAMM. Tampoco vendrá de sobrecargar de trabajo a los docentes sin dotarlos de tiempo, espacios, recursos y todo lo necesario para que puedan desarrollar los contenidos curriculares. Ni podrá tomarse en cuenta seriamente el “contexto” comunitario para ello, si se nos sigue impidiendo avanzar en el diálogo directo y la unidad con las madres y padres de la “comunidad”.

Las y los docentes necesitamos actualizaciones y capacitaciones pagadas, dentro de nuestra jornada laboral y para todas y todos por igual. Esto podría garantizarse si, por ejemplo, se nos destinara un año sabático con este fin cada cuatro o cinco años de servicio. Asimismo, requerimos condiciones materiales en las escuelas que puedan garantizar el acceso y permanencia de los alumnos (alimentación, útiles, materiales didácticos, etc.). Así como la contratación de más personal para tener la plantilla completa con médicos escolares, psicólogos, orientadores educativos, maestros de apoyo, etc,. Que puedan colaborar para atender integralmente la situación de rezago, vulnerabilidad y violencia que se vive cotidianamente en las escuelas y que se agudizó con la pandemia.

Asimismo, necesitamos un salario que cubra nuestras necesidades; por lo que debemos luchar para que el aumento salarial de emergencia que esté muy por encima de la inflación y se actualice automáticamente arriba de ésta para las y los trabajadores de todos los sectores. En el caso del magisterio, obtener mayores ingresos no debe depender de someternos a las evaluaciones.

Para que estas demandas se hagan realidad —contrario a lo que nos dicen los charros del SNTE que las consideran imposibles— debemos luchar por un aumento al presupuesto educativo, el cual puede provenir de dejar de pagar la deuda externa y de cobrar impuestos progresivos a las grandes fortunas, así como de dejar de utilizar el presupuesto federal para fortalecer la militarización del país y la Guardia Nacional que se está usando para amedrentar a la población, como recientemente se hizo en el metro de la CDMX.

Pensiones, una deuda pendiente

Otro de los temas más debatidos fue la necesidad de las maestras y maestros de recuperar el sistema de pensiones solidarias. Como todos sabemos, las cuentas individuales de “ahorro para el retiro” -modalidad a la que sometieron a miles de trabajadores después de la reforma a la Ley del ISSSTE en 2007- no garantizan que podamos tener los ingresos suficientes para una vejez digna, sino todo lo contrario.

Frente a este justo reclamo, la dirigencia de la Sección 10 se limitó a declarar que estaban por comenzar una campaña de “ahorro voluntario” para que los maestros y las maestras pudieran tener una cantidad mayor de dinero en sus cuentas. Evidentemente, ninguno de estos dirigentes -dado los privilegios que gozan como casta- entiende lo que un docente con 20 horas de servicio debe hacer para llegar a fin de mes pues el salario no alcanza para vivir, mucho menos para ahorrar.

Las jubilaciones y pensiones dignas deberían ser un derecho para todas y todos los docentes luego de toda una vida de arduo trabajo en las aulas. Cuando se les cuestionó a los dirigentes sobre la necesidad de luchar para recuperarlas, se limitaron a plantear que no tenían los suficientes legisladores “afines al SNTE” para hacer pasar una ley así, por lo que había que esperar a tener más apoyo en el Congreso y que no se podía hacer nada más que solicitarlo al gobierno, esperando que tuvieran buena voluntad para avanzar en negociar este tema.

Como era de esperarse, nuevamente los charros del SNTE respondieron sobre la base de aceptar las mismas condiciones laborales que los gobiernos priistas y panistas impusieron al magisterio y al conjunto de trabajadores. El gobierno del Morena y la 4T no las han revertido a pesar de su retórica progresista, sino que incluso las han profundizado, como acabamos de ver con el Sindicato de Telefonistas y el nuevo esquema de pensiones en Telmex. Un acuerdo en detrimento de los trabajadores, a favor del cual la Secretaria del Trabajo presionó para que fuera aceptado con la tradicional complicidad de los dirigentes sindicales.

La única forma de recuperar nuestros derechos es luchando firmemente en las calles junto a otros sectores de trabajadores, sin ninguna confianza en el gobierno y sus instituciones, así como en los partidos patronales que no nos representan; tal como están haciendo los trabajadores de distintos sectores en Francia que salieron masivamente este 19 de enero y levantaron una huelga contra la reforma de pensiones en ese país, o las y los trabajadores de la educación y la salud en Catalunya con dos días de huelga por mejorar las condiciones laborales y de los servicios que prestan, o el magisterio venezolano junto a otros sectores por aumento salarial.

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¡Luchemos por un sindicato que nos represente!

Para conquistar todas nuestras demandas es necesario contar con una herramienta de lucha que sí represente nuestros intereses, que no se arrodille ante “los hechos consumados”, ni ante los gobiernos en turno, sino que defienda nuestros derechos.

Mientras que el SNTE dice escucharnos abriendo una plataforma virtual donde los maestros pueden verter sus peticiones —cual “carta a los reyes magos”— las maestras y maestros debemos organizarnos en cada escuela, exigiendo y llevando a cabo asambleas democráticas donde discutamos libremente cuáles son nuestras necesidades y qué tenemos que hacer para conquistarlas.

Frente a las próximas elecciones de la Sección 10, necesitamos poner en pie una alternativa que se apueste a luchar por nuestras reivindicaciones como trabajadores, y también, por nuestras demandas como mujeres en un gremio mayoritariamente femenino. La CNTE, junto a los delegados sindicales de las escuelas que hayan sido elegidos democráticamente; las demás organizaciones del sector educativo que estén por la defensa de nuestros derechos y de la educación pública; así como los maestros y maestras que estén dispuestos a organizarse y enfrentar a los charros escuela por escuela, zona por zona, para democratizar nuestro sindicato y ponerlo a funcionar como una herramienta de lucha, debemos unirnos. Debemos agruparnos desde abajo, con las y los maestros de base y junto a las madres y padres de familia, que somos quienes en las escuelas enfrentamos en carne propia los problemas educativos, así como la precarización que avanza a pasos agigantados. Debemos luchar por echar a los charros de nuestras escuelas, de nuestras secciones y de nuestro sindicato y generar espacios y mecanismos verdaderamente democráticos para poder decidir realmente quiénes deben representarnos, sin injerencia del gobierno ni de las instituciones del régimen.

A las y los trabajadores nunca nos han regalado nada, todo lo hemos conquistado con lucha y organización y esta no será la excepción.

Hay que hacer oír nuestra voz y hermanarnos con el resto de las trabajadoras y trabajadores que padecen lo mismo que nosotros. Por ello, desde la Agrupación Magisterial y Normalista Nuestra Clase, convocamos a todas las maestras y maestros a participar este sábado 28 de enero, a las 6 pm, en la Asamblea de Trabajadoras y Trabajadores en Lucha, que se realizará en modalidad virtual, donde se congregarán trabajadores y estudiantes de distintos sectores, organizaciones y sindicatos para organizarnos en común y luchar unidos.

 
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