El incendio en la Reserva que comenzó en la tarde del miércoles pasado, recién pudo apagarse en la madrugada de este viernes. Ya el jueves varias zonas de La Plata se despertaron con cenizas en la casa por fuego. Vecinos de la reserva dan cuenta de ser los principales afectados por dicha destrucción de la cual son responsables los gobiernos municipales y provinciales.
La Reserva Pereyra Iraola es una de las más grandes de Latinoamérica, y es parte de los humedales ribereños que son clave en la regulación de los ciclos del agua, por lo que afectan directamente a las sequías e inundaciones.
La asamblea del Parque Pereyra, nacida al calor de la lucha viene denunciando que esto podía pasar, con los desmontes que viene intentando llevarse adelante por los gobiernos de Axel Kicillof y del intendente Mario Secco, con obras como la del repavimentar y ampliar el camino negro o construir un paseo costero de puro cemento, yendo contra la resolución de la UNESCO que la protege como reserva de Biosfera.
Se teme que el incendio haya causado un gran daño a la fauna y flora de la reserva, ya que muchas especies son endémicas y no se encuentran en ningún otro lugar del mundo. Los bomberos, personal especializado y vecinos de la zona trabajaron incansablemente para controlar el fuego y evitar que se extienda aún más.
A pesar del enorme esfuerzo que realizaron quienes combatían el fuego, los mismos vecinos que colaboraron denuncian que los bomberos no contaban con las herramientas y elementos adecuados para hacerlo, con faltantes de mangueras para llegar al foco del incendio, con las bombas requeridas para un incendio de semejante magnitud, y como podemos observar también con el uso de un helicóptero común con una lona para recolectar agua en vez de un helicóptero especializado grúa con reserva de agua.
Se dijo en algunos medios que el incendio habría comenzado debido a la quema de basura, pero nada se dijo que es una práctica a la que deben recurrir muchos vecinos de la zona ya que no hay un servicio de recolección de basura que cubra toda Punta Lara.
Según cuentan los vecinos de la Reserva, dos casas utilizadas por los pescadores han sido incendiadas, causando un gran daño material y emocional. Además algunas familias decidieron evacuar ante el avance del humo y cenizas sobre sus casas entre ellas una madre y su bebé que tuvieron que ser evacuadas ya que el humo entró al recinto donde estaban durmiendo con el impacto en la salud que esto representa.
Esto se agrava ya que los vecinos explican que se vieron desconcertados y que en ningún momento autoridades provinciales o municipales brindaron una explicación concreta de la situación, explicando cómo actuar en cada escenario, a donde dirigirse en caso de evacuación o que plan de contingencia se aplicaría o si quiera este existe.
Una historia repetida
No es la primera vez que esto sucede, hace 5 años se vivió una situación similar.
Cómo lo vienen denunciando la asamblea del Parque Pereyra, el avance del cambio climático en general y el impacto del desmonte y la destrucción de humedales, cómo los cambios de niveles sobre la costa, afectan al ciclo natural del agua lo que da el marco para que surjan estos incendios y se extiendan rápidamente.
Desde Nación y Provincia se viene recortando el presupuesto para la mitigación de incendios, ante la necesidad de reforzarlo por los grandes incendios de estos últimos años en varias provincias del país. sin ir más lejos, el ministro de ambiente Cabandié llamaba “a rezar” para que el clima ayude a apagar los incendios.
A esto se suma la falta de cualquier política seria de trabajo con la comunidad, por parte de los gobiernos tanto municipal como provincial, ya que no existen políticas públicas preventivas y herramientas necesarias para evitar este tipo de situaciones.
Por el contrario, vemos cómo su política va en el sentido contario, favoreciendo a los grupos empresariales que destruyen la reserva para extender sus negocios inmobiliarios.
Mientras tanto, son cada vez más las personas que son empujadas a vivir en condiciones precarias, hacinado en barrios donde además de carecer de recolección de basura, suelen faltar servicios básicos cómo la electricidad, agua o una red cloacal.
Por eso es que la pelea en defensa de la Reserva y del resto del planeta contra la destrucción que se viene llevando adelante, se relaciona a la falta de vivienda que se registra en la zona y por la que los movimientos sociales vienen peleando en las calles ante la situación cada vez mas angustiante de no tener un techo donde dormir.
Mientras urge la necesidad de un plan de viviendas que verdaderamente contemple la demanda habitacional, el municipio de Ensenada hace bandera de la obra pública, con pavimentado de calles, plazas etc, que generalmente son a base de “donaciones” de las grandes empresas de la zona y que muchas de esas obras están construidos sobre zona de humedales.
Es tarea del municipio y la provincia realizar un verdadero plan de obras públicas que sea amigable con el ambiente y que contribuya a la prevención de tragedias.
El incendio estuvo muy cerca de alcanzar viviendas en la parte residencial de Punta Lara llegando a menos de 300 Metros en algunas zonas y a escasos 5 metros de algunos campings por la zona de boca cerrada. Esto deja una vez más expuesto la grave situación de vulnerabilidad ambiental en la que viven cientos de Ensenadenses expuestos a incendios, inundaciones y crecidas del Río, pero también a la precariedad a la que son empujados por la falta de una vivienda digna.
