En marzo del 2022 se publicó el libro “La deshumanización de las personas migrantes” que tiene por editora a la socióloga y profesora de la Universidad de Chile, María Emilia Tijoux. Dentro de sus artículos, figura uno titulado: “La retórica racista del exceso migratorio y la justa medida de la nación”.
En las entrevistas realizadas en la investigación, al preguntar sobre la migración hacia Chile, una parte importante de los entrevistados decía que era, “abundante”, “desregulada”, que el país estaba “desbordado”, o que “estamos sobrepasados”, “colapsados”, es decir, estableciendo una idea previa de que Chile tiene una capacidad limitada para acoger a las y los migrantes y que al parecer estaba llegando a su tope.
El presidente Gabriel Boric en la CELAC se refirió al respecto, “Chile no está en condiciones de seguir recibiendo olas migratorias sin ningún tipo de control ni coordinación, y compartiendo responsabilidades con el resto de los países de la región”.
Las palabras del presidente lejos de ser un discurso a favor de los migrantes y una preocupación por su situación, termina alimentando un discurso racista que se sostiene en base a la idea del “exceso migratorio”.
En el articulo de la académica de la Universidad de Chile se menciona que, “Este límite es comprendido como un criterio técnico, que se aplica tanto a la capacidad técnica del Estado chileno para "gestionar ","controlar " o "regular " la migración como también a la capacidad del mercado laboral para ofrecer puestos de trabajo para nacionales y no nacionales al mismo tiempo.”
Por otro lado, las palabras del presidente omiten que la coordinación y control migratorio por parte de los países de la región, siempre ha sido de carácter racista y clasista con las y los migrantes, tal como se ha visto en todo el primer año de mandato de Boric donde la política punitiva y de criminalización hacia los migrantes se ha mantenido.
La retórica racista del exceso migratorio
Para los autores del artículo, la idea del exceso migratorio tiene 3 factores:
El primer factor pone como idea al “exceso” para poner al centro un “resguardo urgente” de lo nacional, como si estuviéramos constantemente en una situación de peligro donde los migrantes son el sujeto “problemático”. La construcción de la idea de nación y la amenaza con quienes no pertenecen a ella, intenta crear la idea de unidad nacional (de clase), como si fuésemos “iguales ante la ley” un trabajador a Luksic, por eso la idea de “ciudadano” difumina estas diferencias abismales. “Esta astucia racista (y también capitalista) consigue que se desvíe la legítima crítica que la sociedad tiene frente al Estado, a sus instituciones y al mercado, hacia la securitización y con ella hacia la expulsión y la persecución de la persona migrante”, afirman los autores.
En segundo lugar, la retórica del “exceso migratorio” logra introducir en amplias sectores la idea de migración y catástrofe. Es decir, ligar constantemente y construir la idea de que la migración es un problema, y que por lo tanto, las y los migrantes son responsables de este problema. “En un contexto migratorio atravesado por la violencia hacia las personas migrantes palabras que aluden a ella, tales como “explosión”, “boom”, “oleadas”, “mar humano”, consiguen que el temor se difunda frente a “algo”- que tampoco se visualiza muy bien- que llega para probablemente dañar o invadir al país.”
En último lugar, la idea y retórica del “exceso migratorio” también se ve muy presente en el mundo del trabajo, con expresiones muy difundidas como que las personas migrantes vienen a “robar el trabajo de los chilenos”. El primer error de esta idea, es que sitúan al trabajador migrante como el responsable de la situación que se crea en el mercado laboral y de las opciones de trabajo que existen. La incertidumbre laboral de los contratos precarios que rige en Chile y la crisis que actualmente golpea a las familias trabajadoras, vuelve a una amenaza la presencia de migrantes. Son los grandes capitalistas quienes sacan provecho de este trabajo, pagando muchas veces menos y otorgando menos derechos laborales. No podemos por lo mismo responsabilizar al migrante por la situación laboral en Chile, sino a los grandes empresarios. Medidas como la reducción de las horas de trabajo a 6 horas 5 días a la semana, podría permitir el reparto de las horas de trabajo entre trabajadores y trabajadores que se encuentren cesantes, acabando con el desempleo.
El discurso de Gabriel Boric en la CELAC, lejos de buscar enfrentar la actual situación migratoria, fortalece discursos racistas. Para buscar una real solución es necesario que las localidades que más sienten la llegada migratoria, puedan discutir y resolver todo un plan de acogida donde se pueda garantizar y buscar responder a las necesidades fundamentales como lo son la vivienda, la educación, la salud, para las familias trabajadoras nativas y extranjeras. Para poder enfrentar las necesidades actuales es necesario volver a poner al centro la lucha por la renacionalización de los recursos naturales bajo administración de los trabajadores y un impuesto progresivo a las grandes fortunas, quienes son realmente responsables del saqueo y la destrucción del medio ambiente, como también la precarización de nuestras vidas. |