Antonio Aracre volvió a dar que hablar. El jefe de asesores de la Presidencia habló este lunes de crear un nuevo impuesto. Lo hizo en el marco de una entrevista con el diario La Nación. El argumento fue la financiación de diversas políticas públicas. Hace semanas, apenas conocido su nombramiento y aun antes de asumir formalmente, ya había despertado polémicas y críticas cuando defendió la necesidad de una reforma laboral.
El ex CEO de la empresa Sygenta señaló que “si vos pensás que hay un derecho que es inapelable, que lo tenés que dar, porque no le podés negar la salud o la jubilación a un determinado grupo de personas, entonces la discusión no es si la puedo pagar o no, sino cómo financio ese derecho. Y a veces no queda otra que hacerlo a través de un impuesto. Eso no quiere decir que no se pueda eficientizar el gasto y cortar aquellas cosas que no sean productivas o necesarias, pero convengamos que también hay un límite en eso, porque hay una proporción muy grande del gasto público que está relacionado con los sueldos de los jubilados, los docentes, la policía, las Fuerzas Armadas, los médicos”.
Aunque no lo explicita a lo largo de la entrevista, el funcionario deja entrever que se trataría de un impuesto de tipo progresivo, que alcanzaría en mayor medida a los sectores que más tienen. Sin embargo, el historial del Gobierno del Frente de Todos muestra que esa no ha sido la tónica a lo largo de más de 3 años de Gobierno.
El esquema impositivo actual se sigue sosteniendo, esencialmente, sobre el regresivo Impuesto al Valor Agregado (IVA), que se aplica sobre el conjunto de la población pero golpea mayoritariamente al pueblo trabajador, que destina la mayor parte de sus ingresos al consumo diario. Por el contrario, los impuestos progresivos no tienen ninguna incidencia importante dentro de la estructura tributaria.
Silencio sobre el ajuste
El discurso tiene, en apariencia un tono “progresista”. Sin embargo, Aracre habla como si no se estuviera ejecutando un durísimo ajuste en función del acuerdo firmado con el FMI. Ese ajuste, llevado adelante por el ministro de Economía Sergio Massa, tiene el aval del conjunto de las alas del Frente de Todos.
El kirchnerismo, por ejemplo, aún habla retrospectivamente contra el acuerdo firmado con el FMI. Sin embargo, no denuncia las medidas llevadas adelante por Massa, que están implicando fuertes recortes en diversas áreas sociales.
Las palabras del funcionario ya despertaron el rechazo de la oposición patronal que, rápida de reflejos, salió a cuestionar las declaraciones de Aracre. Sin embargo, lo de Juntos por el Cambio también es demagogia. Sus críticas al Frente de Todos son por no aplicar un ajuste aún más duro. |