Según una encuesta llevada a cabo por la consultora Enkoll para el diario español El País, el 84% de los mexicanos encuestados considera que, al calor del juicio de Genaro García Luna, el expresidente Felipe Calderón debe ser investigado; asimismo, el 54% cree que las acusaciones contra García Luna son sólidas y creíbles. La encuesta fue realizada entre el 4 y 7 del presente mes.
Cabeza de la entonces Secretaría de Seguridad Pública durante el sexenio de Calderón, García Luna era quien ejecutaba los operativos para combatir al narcotráfico. En términos de simbología, uno de los primeros actos de Calderón como presidente, luego de iniciar su mandato a meses de que López Obrador —quien hoy ocupa la presidencia— hiciera un bloqueo sobre Paseo de la Reforma exigiendo un recuento electoral, fue el de salir públicamente portando una casaca militar y acompañado de su Estado Mayor (esto para diferenciarse de AMLO, que por entonces se había autoproclamado "presidente legítimo" en un acto en el Zócalo). En esa ocasión fue cuando Calderón anunció que le declararía la guerra a los cárteles de la droga, expandiendo los operativos iniciales que ya se venían haciendo en el gobierno de Fox a una escala mucho mayor.
Felipe Calderón, entonces presidente, usando uniforme militar.
Pero una vez iniciada la "guerra", quedó claro que las principales víctimas era la población civil víctima del fuego cruzado. De igual forma, comenzó a ser evidente que todos los cárteles eran atacados por las fuerzas federales y sus capos eran detenidos o ejecutados... Todos, excepto por el Cártel de Sinaloa, entonces dirigido por el infame "Chapo" Guzmán.
El favoritismo dado al Chapo es lo que lleva a muchos a señalar a Calderón como responsable, dado que García Luna actuaba como su subordinado. El resultado lo conocemos todos: una espiral de violencia donde incrementaron las desapariciones forzadas, el feminicidio y las muertes por ejecuciones y disputas de plaza. Solamente del sexenio calderonista se suman una centena de millar de muertes a manos de la política de "seguridad" que trajo, entre otros episodios, el Plan Mérida (que "capacitó" a fuerzas represivas mexicanas instruidas por el FBI) y la Operación Rápido y Furioso (donde agentes estadounidenses dotaron de armas a los cárteles de la droga).
Sin embargo, por mucho que se señale al expresidente panista, la justicia para Calderón y su juicio por el accionar de su presidencia no vendrá del gobierno de la 4T que en más de una ocasión ha señalado que no pretende perseguir a los expresidentes (al punto que AMLO mismo votó en contra de su propia iniciativa en la consulta que él mismo llevó a cabo). Solamente la movilización de las masas, instalando tribunales populares, puede garantizar un juicio libre de impunidad al responsable de la espiral de violencia que se sigue viviendo actualmente. |