El documento presentado hace una semana es una investigación que muestra cómo es que ocho grandes empresas: Danonino, KFC, Jumex, Kellogg’s, Nestlé, Snickers, Coca-Cola y Bimbo, han hecho uso de las redes sociales para promocionar sus productos, utilizando a personajes famosos y los llamados influencers como caballo de batalla para ser quienes, a través de sus contenidos, hagan una “promoción casual y naturalizada” de productos cuyos contenidos excesivos de azúcar, grasas saturadas y colorantes pueden dañar la salud de millones de jóvenes.
Por ejemplo, la marca Choco Krispis ha hecho extensivas sus campañas de publicidad a través de redes sociales, particularmente Instagram, donde influencers como Karol Sevilla, con más de 24 millones seguidores en Tik-Tok, hizo un trend musical en 2021, invitando a su público, en su mayoría infantil y juvenil, a consumir este producto con el slogan “come bien”.
De esta publicidad, extendida a través de la red social de videos cortos, no se advierte al público que es precisamente una campaña de marketing pagada por la empresa, pese a que ese aspecto del manejo de las marcas promocionadas a través de redes sociales está regulada por la Ley de Protección al Consumidor.
Así, otras marcas e influencers son denunciados por las organizaciones Tec-Check y Poder del Consumidor por publicidad engañosa, que además está explícitamente dirigida a niñxs y jóvenes. Gracias a los algoritmos de las propias redes sociales se llega a grupos muy específicos de edad, localidad y gustos, los cuales, a decir de una encuesta realizada por Motorola, pasan más de 8 horas continuas frente al teléfono celular. Este uso extendido de los dispositivos móviles pegó un salto con el aislamiento impuesto por la pandemia.
El informe también precisa sobre las medidas que se han implementado en otros países para tratar de regular estas conductas, por parte tanto de influencers como de las marcas que los patrocinan, lo cual no pasa de multas y alguna otra medida administrativa. De esto se hace un análisis comparativo en México, en donde si bien la ley contempla algunas características de la publicidad en redes sociales, en la mayoría de los casos tanto influencers como marcas que operan en el país siguen con sus campañas publicitarias.
En entrevista para La Octava noticias, Florentina García, una de las responsables del informe, señala que influencers e industria “viven en completa anarquía cuando publicitan sus productos”, donde no hacen diferencia entre si sus posteos son pagados o son recomendaciones personales. Además denuncian que son difíciles de rastrear las evidencias de las campañas engañosas, ya que en muchos casos son publicadas a través de las historias de estos perfiles de miles de seguidores, las cuales solo duran 24 hrs.
¿Podemos esperar a que las empresas de comida chatarra “se apeguen a la ley”?
México tiene el segundo lugar en obesidad a nivel mundial, lo cual se refleja en transtornos alimenticios y enfermedades crónicas como la diabetes en infantes. La intromisión de las grandes empresas de comida chatarra en los dispositivos móviles y las redes sociales, que son desnudadas en este informe, es un tema que esta ahora en la discusión nacional.
El informe cierra con cinco medidas que proponen sus autores para empezar a regular las conductas y las prácticas de estas empresas en sus campañas dirigidas a redes sociales.
Entre las medidas propuestas también se encuentran: campañas de concientización sobre el uso de redes y la publicidad en éstas, multas a los influencers y marcas que hagan publicidad engañosa, crear un observatorio ciudadano, etc.
Por otro lado, las medidas que han tomado gobiernos como el mexicano han sido graduales, por ejemplo, el etiquetado de productos que se aprobó en 2020, donde se señala qué productos de consumo cotidiano para las familias contienen exceso de calorías, azúcares o grasas saturadas.
Además de evidenciar estas prácticas como se hace en el documento, desde nuestro punto de vista es necesario cuestionar la propiedad privada sobre estos grandes medios de producción y cómo éstos son la base de la reproducción prácticamente impune de las campañas publicitarias engañosas, realizadas en función de la ganancia de las empresas.
Los socialistas del MTS consideramos que es necesario aportar en el debate sobre este tema, que es crucial por las afectaciones que ocasiona en la salud de millones de niñxs y jóvenes. Para nosotrxs es necesario avanzar en poner fuertes impuestos progresivos a esas grandes fortunas, que ayuden a fortalecer el sistema de salud y la medicina preventiva, y que sirvan para comedores gratuitos en las escuelas, que vayan desplazando el consumo de estos alimentos.
Además, este sector industrial, que produce grandes volúmenes de alimento en poco tiempo, podría ser reorientado para fines sociales, donde lxs trabajadorxs jueguen un rol fundamental, porque podrían echar a andar estas fábricas por el interés social y no de la ganancia de quienes ahora son sus dueños.
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