El gobierno haciendo de vocero de la industria forestal: "Es muy importante que seamos claros. Eso no quita que estos temas se puedan discutir, ponerse arriba de la mesa, como hizo el ministro de Agricultura, pero ese debate en la medida que avance tendrá que ver con planteamientos que se propongan para futuras administraciones", así cerraba la discusión la ministra del Interior Carolina Tóha luego de su reunión con el presidente Boric, sobre los dichos de varios personeros de gobierno sobre impuestos a las forestales, incluidos ministros, por sus obvias responsabilidades en el incendio que afecta aún al sur del país, pero que ahora el gobierno sale a defender.
"En este momento, en este Gobierno no está previsto hacer nuevas formulaciones más allá de las que están pensadas en la reforma tributaria,... El gobierno tiene una agenda tributaria que está desplegada en el Parlamento, que es clara, que está expresada en proyectos de ley, esa agenda es coordinada desde el ministerio de Hacienda pero representa la agenda de todo el gobierno, está fundada en estudios en profundidad que se hicieron. En esa agenda no está un royalty a la industria forestal”.
Es que las quejas del empresariado no se demoraron, y el gobierno agacho la cabeza inmediatamente, luego de que los presidentes de la misma SOFOFA y la CPC pusieran el grito en el cielo luego de que se rozara la palabra impuesto o royalty, o cualquier medida de regulación de la industria acostumbrada a reventar no solo a las y los trabajadores, si no también los recursos naturales y el medioambiente con ello.
El argumento fue supuestamente técnico: "Entre otras cosas no está contemplado porque la industria forestal no cumple con las características de aquellas actividades que generan royalty. Es decir, no se trata de un recurso natural no renovable de propiedad del Estado”, continuó Tóha, ahora la nueva vocera de las forestales. Pero al mismo tiempo, negó cualquier tipo de impuesto.
Sabemos que ni mayores impuestos ni un royalty van a resolver el problema del saqueo de los bosques por partes de las forestales, la precarización y bajos sueldos de las y los trabajadores forestales, el despojo a los pueblos originarios y comunidades. De hecho, el pago de impuestos específicos o royalty se ha utilizado para blanquear y perpetuar la privatización de los recursos naturales, entregando algunas migajas que nada se comparan a las jugosas ganancias de las forestales.
Sólo la expropiación y nacionalización de la industria forestal permitiría una gestión democrática a favor de la clase trabajadora, comunidades mapuche y pobladores. Pero el servilismo del gobierno llega incluso a darle la razón a las forestales y darle un portazo a cualquier tipo de impuesto a las empresas y continuar los subsidios a la industria, limpiándolos de polvo y paja. |