La nueva malla curricular anunciada por el ministerio de Educación es un tema álgido y polémico en pleno inicio del año escolar. La Confederación de Trabajadores de la Educación Urbana de Bolivia (CTEUB), las unidades educativas privadas y las iglesias han manifestado su rechazo.
Dentro de la propuesta para una nueva malla curricular se contempla la inclusión de la “Educación Sexual Integral” (ESI), cuyo acceso sin duda es un avance y se ha logrado gracias a la lucha por años del movimiento feminista y de mujeres en el país y en la región. Sin embargo, según la información dada por el gobierno esta será impartida desde primero de secundaria y no desde el ciclo inicial. También, según Fernando Carrión, coordinador del Instituto de Investigaciones Pedagógicas del ministerio de Educación, la ESI estará más enfocada en el proyecto de vida de los estudiantes. Sobre violencia y abuso se tocará dentro de los contenidos de la “Despatriarcalización”. Esta “separación” genera dudas sobre cómo puede concebirse una verdadera ESI solo enfocada en la individualidad de las, los y les estudiantes, y disociada de una comprensión más profunda, y articulada, sobre las relaciones sociales patriarcales que persisten en nuestra sociedad.
Consideramos que es importante que la ESI sea impartida desde el nivel inicial, acorde a la edad, para que lxs niñxs aprendan desde muy temprano a conocerse y aceptarse a sí mismos. Para que puedan identificar y reconocer situaciones de riesgo, entender y aceptar a otrxs en la diversidad sexo-genérica y también para que aprendan a disfrutar plena y responsablemente de su sexualidad.
Se trata de comprender de manera integral todo el proceso y desarrollo de nuestra sexualidad asociada a los cambios corporales, biológicos, sociales a nivel individual y social. La implementación de la ESI desde temprano justamente busca no dejar al margen a lxs niñxs ya que es una etapa crucial para que aprendan por ejemplo a conocer las diversas formas de violencia sexual. Asimismo, también se debe enfocar y con el mismo nivel de importancia, a enseñar sobre cómo protegerse y reaccionar ante toda forma de violencia, tanto física como psicológica que diariamente viven les, los y las niñas en el país, como el constante acoso sexual sufrido muchas veces en sus propios hogares, en el camino a los colegios y escuelas e incluso en esos establecimientos.
En un país en el que 480 mujeres mueren aproximadamente cada año por la clandestinidad del aborto, los sectores que se dicen “pro-vida” además de negarnos el básico derecho al aborto en complicidad con el gobierno del MAS, se oponen a la ESI. Pretenden que las cifras, que lejos de ser solo números son vidas de mujeres, no reduzcan y nos siguen condenando a la muerte al privarnos del acceso a educación sexual integral que podría prevenir gran parte de los abortos que se practican anualmente por falta de conocimiento y acceso a métodos anticonceptivos.
Por eso luchamos por la ¡Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir!. La implementación de la ESI en la educación es totalmente necesaria. Evidentemente, la que nos propone el gobierno no es plenamente la que necesitamos y exigimos. Pese a esto la oposición que ha surgidoevidencia los intereses de los sectores conservadores que tratan a las mujeres como máquinas incubadoras y nos niegan el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos.
El MAS habla de implementar la ESI pero no dice nada del derecho al aborto. Durante sus varias gestiones de gobierno ha negociado con las iglesias, que mantienen intactos sus privilegios, y con la derecha para seguir penalizando el aborto mientras lucran quiénes se benefician de la clandestinidad de esta práctica.
Toda la oposición a la malla curricular, y a la ESI en particular, está inclinando aún más a la derecha el cada vez más derechizado escenario nacional. La derecha que viene intentando articularse a nivel nacional está encontrando en la oposición reaccionaria a la ESI la posibilidad de dar un paso en este sentido. Mientras tanto el MAS no está dispuesto a realizar un cambio profundo en la cada vez más desmantelada y precaria educación pública por lo que sus propuestas terminan siendo pura demagogia. Implementar una ESI verdadera afectaría también sus intereses. Como lo ha demostrado antes, durante y luego del golpe de estado, no va a dejar de negociar con la derecha para preservar y garantizar su gobernabilidad.
La precariedad en todo el sistema de educación pública permite que la oposición aluda al problema de ítems y recursos para oponerse a cualquier cambio. Un motivo real pero que esconde las posiciones más reaccionarias. Es cierto que hay situaciones materiales necesarias de solucionar como la falta de una buena alimentación que sufren tantos niñxs en nuestro país, situación que deriva en una gran limitante en su capacidad de aprendizaje. Difícilmente un niño nacido bajo estas condiciones podrá asistir a la escuela y si lo hace no aprenderá de igual manera que un niño nacido bajo una situación más favorecedora.
La precariedad en la infraestructura de las unidades educativas es otra importante limitación, así como la formación académica de los maestros y maestras junto con la falta de ítems para cubrir las horas de trabajo real de los mismos.
Si las condiciones materiales de las y los estudiantes, en todos los niveles, no mejoran, la educación y los cambios que se hagan serán insuficientes. Así también, si las condiciones materiales de las maestras y maestros no mejoran con salarios dignos, horas de trabajo remuneradas, con más ítems, con procesos de actualización permanente pero contemplados en las horas de trabajo remuneradas, cualquier propuesta de cambio es recibida con rechazo.
Comprendemos que la nueva malla se dirige a solucionar el problema de las falencias de la educación desde la superestructura, sin incidir en el problema de la pobreza, pero esta agarra tanta fuerza en nuestro país que llega a ser algo transversal en todos los ámbitos de la realidad y se piensa de forma errada que la educación es la gran solución a la pobreza, cuando más bien erradicando la pobreza recién estaremos en condiciones de mejorar la educación.
Por otra parte, aproximadamente el 7% de las unidades educativas son de convenio, es decir, están administradas por entidades religiosas. Esto hará que la aplicación de la nueva malla curricular no se lleva a cabo en estas unidades ya que entidades como la Iglesia Católica han manifestado abiertamente su desacuerdo con el contenido. Si bien esto se expresa de manera más fuerte en las escuelas por convenio lo cierto es que pone de manifiesto la todavía fuerte injerencia clerical en la educación. Por eso, cualquier cambio real para acceder a la ESI y de conjunto alcanzar una educación científica y laica, requiere de la efectiva separación de la Iglesia del Estado. Algo que ni el MAS ni la derecha están dispuestos a hacer porque gobiernan juntos.
Por todo lo expuesto anteriormente, si queremos un avance real en la educación y que cambios como la nueva malla curricular se apliquen en todas las unidades educativas del país, debemos luchar por eliminar la discriminación clasista que existe entre la educación pública y privada. Debemos luchar por una verdadera educación pública y de calidad, que sea universal, laica y científica y que incorpore plenamente la ESI. Esto lo podremos lograr poniendo en pie un gran movimiento que de manera independiente y desde abajo, arranque los recursos de las cúpulas clericales, de los aparatos de la represión y los ponga al servicio de las necesidades de las grandes mayorías trabajadoras y de los sectores populares. |