En los últimos meses, docentes y trabajadores de educación media superior en distintas modalidades han denunciado falta de pagos, violaciones al Contrato Colectivo de Trabajo (CCT), abandono de los edificios, así como del conjunto de la infraestructura educativa, y represión por parte de las autoridades a las manifestaciones de docentes.
En la CDMX, como en distintos estados de la República, estos problemas han afectado a miles de docentes que han tenido que salir a manifestarse y recientemente ha habido estallamientos de huelgas, que son expresión viva de la resistencia a los intentos de las autoridades educativas por avanzar sobre los derechos y conquistas que durante años habían logrado distintos sectores de este nivel educativo.
Por ejemplo, las y los trabajadores del Colegio de Bachilleres, quienes tuvieron que irse a huelga por las distintas violaciones al contrato colectivo de trabajo efectuadas por la Dirección General de Bachilleres. Si bien lograron aumento salarial, las demás demandas todavía siguen latentes, así como el descontento por el abandono de los edificios y el conjunto de la infraestructura deficiente con la que cuentan estas escuelas en la Ciudad de México y la zona metropolitana.
Otra modalidad que ha recibido constantes ataques e inclusive falta de pagos durante meses es la de telebachillerato comunitario, que surge para atender población con problemas de marginación que desean terminar la preparatoria. Sin embargo, sus docentes han tenido que salir a protestar porque no les pagan, como actualmente es el caso de los telebachilleratos de Baja California Sur, donde más de 160 maestros mantienen el reclamo de estos pagos.
Al mismo tiempo, las y los docentes del Instituto de Educación Media Superior (IEMS) han estallado la huelga y desde el pasado 16 de febrero se mantienen en lucha contra las violaciones a su Contrato Colectivo de Trabajo, expresadas en el intento de las autoridades del IEMS y el gobierno de la CDMX por meter “nuevas figuras” de contratación de docentes sin derechos laborales, lo cual representaría un nuevo avance de este gobierno contra los derechos laborales de las y los trabajadores. Esto en el marco de la precarización existente, como entre los “beneficiarios de programas sociales” que son trabajadores en PILARES o Cultura Comunitaria sin reconocimiento de su relación laboral.
El ataque es uno solo, la respuesta debe ser unitaria
Si bien en esta nota hemos dado cuenta de algunos ataques que se han dado recientemente contra la educación media superior y sus condiciones de trabajo, este problema no se limita solo a este sector, ni mucho menos es reciente. En lo que va del sexenio ha habido diversas movilizaciones de docentes y trabajadores de la educación de distintas modalidades en educación básica, media superior y superior, que han expresado desde el reclamo de salarios atrasados hasta denuncias del peligro de desmantelamiento de sus escuelas.
Las autoridades educativas, tanto locales como federales, al calor de estas experiencias han mostrado su indisposición a responder o resolver favorablemente a las demandas de las y los trabajadores. Pero esto no es algo incidental o solo producto de la “ineptitud e inoperancia” de las instituciones encargadas de administrar los servicios sociales que otorga el Estado, sino que es parte de una política consciente de abandono de estas garantías sociales, tales como la educación, la salud o la vivienda de interés social.
Estos momentos de protesta en distintos niveles educativos (el SUTUACM está emplazando a huelga para el 1 de marzo) son la demostración de este hecho. Por ello, para los docentes que formamos parte de la Agrupación Nuestra Clase, es fundamental coordinar e impulsar la unidad entre las luchas que se están dando ahora, incluso no sólo entre los sectores educativos (está por ejemplo la huelga del Sutnotimex), para la movilización por conquistar los derechos arrebatados e inclusive ir por más.
Esta unidad la hemos impulsado como Agrupación junto a otras organizaciones a través de la Asamblea de Trabajadores en Lucha, donde buscamos la coordinación y no solo se pugna por mejorar las condiciones de trabajo y enfrentar las políticas de ataque velado o abierto a las conquistas laborales por parte del gobierno, sino en defensa de la educación pública. |