Este martes, horas antes de que Horacio Rodríguez Larreta lanzara su candidatura a presidente, Miguel Ángel Pichetto fue brutal contra los pueblos originarios de la Patagonia.
En una entrevista con la periodista María O’Donell, el ex senador Pichetto dijo: "El mapuche es un pueblo invasor originario de Chile". Y remató: "Por suerte (Julio Argentino) Roca hizo la campaña del desierto y ocupó la Patagonia".
Luego agregó: "Lo único que puede salvar a la Argentina es hacer una política minera, con los nuevos minerales que demanda el mundo, litio, plomo, plata, zinc, que van a cambiar el cambio climático". Y se quejó de que supuestamente se les dé territorios ricos en minerales a "gente que no se sabe de dónde salió" -refiriéndose a las comunidades originarias.
Más allá de la versión liberal de la historia, a lo Bartolomé Mitre: desde la escuela se aprende que la formación del Estado argentino y la apropiación del territorio se hizo sobre el genocidio a las comunidades autóctonas. A su vez, el pueblo mapuche que habita los territorios del actual Estado chileno, tampoco se identifica con ese Estado ni esa nacionalidad.
Pero Miguel Ángel Pichetto no es historiador, sino un político profesional del régimen capitalista argentino. Así que si más de una vez tiene un discurso xenofóbo, es para favorecer a algún grupo de poder económico: en este caso, los grandes terratenientes de la Patagonia.
Al igual que lo hizo su colega Patricia Bullrich quien, como ministra del gobierno de Mauricio Macri, llegó a encubrir la desaparición y muerte de Santiago Maldonado y a cobrarse la vida del joven mapuche Rafael Nahuel, en el marco de una represión policial.
Pichetto quiere hacer un discurso nacionalista (de derecha), pero su política tiene poco y nada de defensa nacional. Por un lado, la Patagonia que dice defender de los "invasores chilenos", está loteada entre unos pocos terratenientes extranjeros: su discurso anti-mapuche lo que favorece es la propiedad privada de multimillonarios como Joe Lewis.
Por otro lado, su apuesta al extractivismo minero, que contamina pueblos enteros en las provincias donde se practica, está en manos de multinacionales y coincide con los intereses del Estado yanqui, como ya dejó claro la jefa del Comando Sur estadounidense.
Aún más Pichetto reforzó su posición con sarcasmo, cuestionando una supuesta "política de minorías" que sería lo "políticamente correcto". "Se autoperciben mapuches, negros, todas las percepciones valen en la medida que se pueda ocupar tierra que no es de ellos", dijo.
Las verdaderas "minorías" no son los pueblos originarios, la comunidad afroargentina o los movimientos de lucha por derechos para las mujeres y personas LGTBIQ+; sino esos pocos empresarios, terratenientes y banqueros que vienen amasando fortuna mientras crece la desigualdad social y el acceso a la tierra para vivir y/o trabajar está restringido para las mayorías.
Ya en campaña electoral, Pichetto aporta sus prejuicios a la coaliación de Juntos por el Cambio, que integra desde el 2019; luego de haber sido funcionario del kirchnerismo durante toda la "década ganada". Para competir con la política rabiosamente anti-derechos de Javier Milei, la oposición de derecha saca a relucir sus discursos más racistas y represivos.
Cabe aclarar que, aunque el discurso del oficialismo es totalmente distinto al de la oposición de derecha, las comunidades originarias tampoco encontraron una verdadera solución a su reclamo histórico de territorios durante los gobiernos kirchneristas ni durante el actual gobierno del Frente de Todos, y también fueron brutalmente reprimidos.
Sin ir más lejos, aún se encuentran detenidas mujeres de la Lafken Winkul Mapu, que fueron reprimidas y desalojadas en una operación envió el gobierno de Alberto Fernández a Villa Marcadi, Río Negro en octubre del año pasado. | 
