En la conferencia mañanera, el presidente se refirió a un tema que ha sido emblema de la impunidad y los niveles de explotación que se vive en la industria minera en el país: el accidente y la muerte de mineros sepultados en la minea Pasta de Conchos.

Esto al ser cuestionado sobre su promesa de rescatar los cuerpos de los mineros, al respecto AMLO declaró:

“Falta tiempo y están avanzando bien, vamos a cumplir, se van a rescatar los cuerpos, serán rescatados todos los cuerpos de los mineros de Pasta de Conchos en Coahuila es un compromiso de mi gobierno; ya se pagaron todas las indemnizaciones”.

Obrador agregó también que ha sostenido reuniones con los familiares de las víctimas, quienes ya recibieron una indemnización. Como si una indemnización pudiera resarcir la muerte de familiares.

A las mineras habría que expropiarlas y ponerlas a producir bajo control de sus trabajadores poniendo esos recursos al servicio de las necesidades sociales.

Otro tema que se abordó ampliamente en la conferencia fue el llamado “plan b” de la reforma electoral, la cual ya fue aprobada en el Senado pero debe ser ahora aprobada en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

Lo anterior, tras las amenazas de partidos de oposición de presentar acciones de anticonstitucionalidad ante la Suprema. Obrador afirmó que dentro de un Estado de Derecho es “normal” que se presenten controversias ante el Poder Judicial tras la aprobación de reformas y cambios constitucionales en el Congreso de la Unión.

Al respecto de la posible llegada de Carla Humphrey a la presidencia del INE, AMLO se negó a emitir una opinión y dijo que eso era decisión del Congreso de la Unión y del INE.

“Está muy bien. Las mujeres suelen ser más honestas, más responsables, más justas que los hombres. Son una garantía las mujeres”, comentó. El problema sin embargo, no es que haya o no una mujer en el Instituto Nacional Electoral, sino el carácter de clase de la democracia y del régimen, el cual está al servicio de la clase empresarial.

Por último, AMLO se volvió a pronunciar sobre el narcotraficante Genaro García Luna -mano derecha de Felipe Calderón- quien fue encontrado culpable de traficar cocaína a Estados Unidos y aceptar sobornos del Cártel de Sinaloa.

“¿Ustedes creen que si hubiera ganado Ricardo Anaya o Meade hubiesen juzgado a García Luna? ¿Verdad que sí ha habido cambios?”, cuestionó.

Ciertamente, la complicidad de los gobiernos anteriores con el narco es expresión del nivel de descomposición que vive el régimen, que se expresó, por ejemplo con el caso Ayotzinapa. No obstante, hay que decir, que esta complicidad entre gobiernos, narcos, ejército y policía, no es algo que haya terminado con la llegada de Morena al poder, es un problema estructural del capitalismo nacional que genera las condiciones para que México sea uno de los países con mayores niveles de violencia en el mundo.