La desaprobación al Congreso peruano llegó al 90 %, el nivel más alto desde que los actuales parlamentarios iniciaron su mandato, mientras que el rechazo al gobierno golpista de la presidenta Dina Boluarte llegó al 77 %, según una encuesta del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) divulgada este domingo por el diario La República.
El sondeo, se realizó entre los días 18 y 22 de febrero, también reveló que solo el 6 % de la población respalda a los diputados que fueron responsables del golpe institucional que destituyó al presidente Pedro Castillo, luego embistieron a Dina Boluarte como mandataria y en este mes rechazaron cuatro mociones que planteaban un adelantamiento electoral, uno de los reclamos de las protestas antigubernamentales que estallaron en diciembre y suman un saldo de 70 personas fallecidas producto de la represión.
En el sur del país, una de las zonas de mayor movilización, el rechazo al Parlamento trepa hasta el 95 %. La presidenta Dina Boluarte llega a un 77 % de desaprobación, una cifra que escala al 86 % también en la zona sur del país donde cobró fuerza el reclamo exigiendo la renuncia de Boluarte y la convocatoria a una asamblea constituyente.
El rechazo al Congreso es parte de la crisis política y es fuertemente cuestionado por los privilegios de los diputados, que han legislado contra los intereses de las grandes mayorías mientras protegen las ganancias de los empresarios.
Hace unas semanas se conoció que los parlamentarios peruanos habrían elevado el monto asignado para su alimentación, esto aparte del sueldo básico de s/15.600 soles que reciben mes a mes, lo que equivaldría a cerca de 4.200 dólares, uno de los más altos de la región, mientras en el país,, según los datos más recientes de la Oficina de Normalización Previsional (ONP) la pensión media es de 606,65 soles netos.
Adicionalmente, reciben una “asignación por desempeño” de s/7.617 soles (unos 2.000 dólares) y un bono de representación de s/2.800 soles (cerca de 760 dólares). Es decir que mensualmente sus sueldos pueden alcanzar los s/26.000 soles, o unos 7.030 dólares.
La encuesta también reflejó el reclamo para que se vaya el gobierno de Dina Boluarte, con un 73% de los peruanos a favor de su renuncia. La jefa de Estado, asumió el cargo el 7 de diciembre pasado y ha reiterado en varias ocasiones que su renuncia "no está en juego".
Desde que estallaron las protestas en diciembre pasado la represión fue la respuesta a las manifestaciones y los bloqueos en las carreteras. En la encuesta también quedaron cuestionadas instituciones como la Policía Nacional del Perú (PNP) y las Fuerzas Armadas (FF.AA.) que son evaluadas, mayoritariamente, de manera negativa. Un 55% de ciudadanos rechaza la labor policial en las últimas movilizaciones, mientras el 48% rechaza el accionar de las FF.AA., responsables del asesinato de decenas de manifestantes.
El rechazo a la mayoría de las instituciones del país se expresó en las manifestaciones más grandes en décadas, que piden un cambio directamente del régimen de la Constitución del ‘93. Muestra la desconfianza contra el régimen que hay. Pero también es importante señalar que aún ese descontento y esa fuerza está desorganizada y no cuenta con un programa claro para llevar esos cambios estructurales adelante, lo cual hoy es la principal debilidad del proceso para que pueda existir una salida de los trabajadores y las masas populares a la crisis.
Solo uniendo fuerzas, con la autoorganización, el debate democrático y la coordinación entre la clase trabajadora, los campesinos y los estudiantes, podremos defendernos de los ataques actuales y futuros. A su vez, con estas instancias vamos a estar en mejores condiciones para preparar la lucha y la movilización contra el gobierno asesino de Dina Boluarte.
En este camino, nuestra perspectiva es la de avanzar en imponer una Asamblea Constituyente verdaderamente Libre y Soberana. Esto significa que surja desde las bases, desde la voluntad de los trabajadores, campesinos y estudiantes que están en lucha, y no desde los partidos del régimen actual y la constitución del 93. Esta perspectiva sólo podrá llevarse adelante junto a la pelea por un gobierno provisional de las organizaciones en lucha, que podrá convocar a esa Asamblea Constituyente, Libre y Soberana, y para abrir el camino a la pelea por una sociedad socialista. | 
