Fotografía:Mariana Dada/Rosario
El ruido de las motos acelerando dio inicio a la marcha, en homenaje a Roberto, motoquero aficionado. Fue el ruido de los de abajo, que desencadenó los aplausos y los cantos que reclamaron por justicia. No dejó lugar a dudas: “yo sabía que a Roberto lo mató la policía”, coreaban las 300 personas que se movilizaron por las calles de Puerto General San Martín.
Roberto Arrieta, joven trabajador, estaba festejando su cumpleaños número 22 cuando salió de su casa a comprar comida para su familia y fue embestido por la policía mientras andaba en su moto. En la comisaría, cuando fue a denunciar el choque, fue fusilado por el policía Jonathan Puebla, dentro de la misma comisaria de Pueblo General San Martín. El crimen de Roberto fue defender a una niña de 10 años que estaba siendo amenazada a punta de pistola por el policía.
La movilización se dirigió hacia la comisaría 5ta donde fue asesinado Roberto. Los familiares tomaron la palabra, que convocaron a todos a sumarse en esta pelea. También estuvo Alberto Perassi que atravesado por el dolor brindó unas palabras de solidaridad a la familia y recordó que el 18 de septiembre se cumplen 4 años de la desaparición de su hija, Paula Perassi.
En todo el país se acumulan los casos de gatillo fácil. En Santa Fe con Gerardo Escobar, Roberto Arrieta, Jonatan Herrera, Franco Casco y muchos jóvenes más. La Santafesina SA, la maldita Bonaerense, la Federal. Un sinfín de instituciones represivas que se ensañan con los jóvenes y disparan a matar. Los gobiernos amparan a esta mafia represiva y la justicia les garantiza impunidad. Sólo la movilización en las calles y la organización de los jóvenes junto a los trabajadores y los familiares de las víctimas de la violencia institucional pueden poner un freno a la escalada represiva del Estado y sus instituciones. |