El pasado 28/02, integrantes del Comité Ejecutivo del Sindicato Único de Trabajadores de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (SUTUACM) acudieron al Congreso local de la CDMX para reunirse con las diputadas Claudia Montes de Oca y Frida Guillén, junto con el Coordinador del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional (PAN), Federico Doring, quienes convocaron a una conferencia de prensa para pronunciarse a favor de algunas de las demandas del SUTUACM, como la de un incremento salarial suficiente tomando como base el índice de inflación del 2022 (cerca del 8%) o al menos el incremento porcentual que recibió la Universidad (cerca del 7%).
Desde otro sector del régimen, la rectoría de la UACM, alineada con el gobierno de Morena en la CDMX -encabezado por Claudia Sheinbaum-, a pesar de la retórica ‘progresista’ de éste, quiere avanzar con la precarización laboral de los trabajadores sindicalizados de la Universidad. Entonces cabe preguntarse, ¿desde cuándo el PAN -históricamente ligado a la derecha y al empresariado- respalda a los trabajadores? ¿Qué fin persigue con este pronunciamiento? ¿qué actitud deberían tomar los trabajadores? ¿Existe alguna alternativa distinta a los partidos e instituciones del régimen para fortalecer la lucha por sus demandas?
Un poco de historia del PAN frente a los trabajadores
Durante la época de inicios del neoliberalismo, el PAN se fue adhiriendo a las políticas neoliberales que este representó y representan un ataque contra los derechos de los trabajadores, lo cual no debe extrañarnos, siendo que este partido nació en 1939 para representar a los empresarios que no querían someterse a las reformas cardenistas. En él se aglutinaron sectores del sinarquismo y la extrema derecha que buscaban una representación política propia, tras ser derrotados más de una década antes en la Guerra cristera.
Para el año 2000, cuando el PAN ocupó la presidencia de la república por primera vez con Vicente Fox, se convirtió en el aplicador directo de los planes neoliberales al ponerse al servicio de las grandes empresas trasnacionales, atacando conquistas sociales y bienes propiedad de la nación. Así, avanzó con la privatización de la educación superior, reduciendo en gran medida el presupuesto otorgado a las universidades públicas; con la degradación de los servicios de salud públicos y la privatización paulatina de este sector; con la liquidación de la seguridad social de los trabajadores; y con el uso de los excedentes petroleros para apoyar a la iniciativa privada en vez de invertir en las necesidades sociales, pues como lo dijera el propio Fox: “mi gobierno es un gobierno de empresarios y para empresarios”.
En el caso de Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012), quién llegó a la presidencia bajo acusaciones de fraude, éste dio paso a la reforma de la Ley del Instituto de Seguridad Social y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), que implicó el ataque al sistema de pensiones, además de continuar su pugna por llevar a cabo la reforma de la industria energética, que se expresó en la liquidación de Luz y Fuerza del Centro.
El legado del panismo puede resumirse en: a) bajo crecimiento económico (con un crecimiento de apenas del 2.4 por ciento; b) la falta de empleos formales; c) el grave deterioro de los salarios reales; d) la concentración de la riqueza y la exclusión social; e) un mayor flujo temporal y permanente de trabajadores hacia los Estados Unidos en búsqueda de mejores expectativas de vida; f) una creciente dependencia de las familias de las remesas de los trabajadores migrantes para atenuar sus bajos niveles de vida; g) un incremento brutal de violencia producto de la “guerra contra el narcotráfico” y la militarización del país, acompañada con represión a los movimientos sociales.
Partiendo de todo lo anterior, ¿a qué obedece que ahora el PAN se posicione a favor del SUTUACM? No es que realmente esté con los trabajadores, sino que quiere sacar provecho de forma oportunista para fortalecerse en la disputa electoral por la presidencia y la gobernatura de la CDMX. Por lo que consideramos un error que la dirigencia del SUTUACM, en aras de lograr respaldo a sus demandas, aparezca junto a integrantes de este partido, permitiendo que posen como aliados, siendo que han votado leyes y aplicado medidas patronales, antiobreras y antipopulares, puesto que en realidad son enemigos de los trabajadores.
Así, resulta perjudicial que se relacione al sindicato con ellos porque, además de todo, este tipo de reuniones le dan armas a la rectoría (controlada por Morena) para atacar al SUTUACM acusándolo de ser un sindicato de derecha. Lo que es falso, pero así lo van a presentar como parte del discurso que se ha construido desde la presidencia y que utiliza todo el partido del presidente para atacar a sus adversarios sean realmente conservadores o no.
Los trabajadores frente a la política de la rectoría
Como nos lo han demostrado los hechos, no se puede confiar en los partidos del régimen, ni en los neoliberales ni en aquellos que se dicen ‘progresistas’. Unos están abiertamente del lado de los empresarios y otros pretenden gobernar “para ricos y pobres”, pero mantienen los topes salariales, la precarización laboral y los ataques contra nuestros derechos como trabajadores. Así que cuando, unos y otros se acercan a los trabajadores es sólo por interés electoral, como lo hace el PAN ahora con el SUTUACM y como en su momento lo hizo Morena con un discurso “progresista” en el 2018 para ganar la presidencia. Ahora que Regeneración Nacional es gobierno y sus funcionarios ocupan puestos como las rectorías de algunas universidades, como es el caso de Tania Rodríguez, han ido aplicando medidas que van en contra de nuestros intereses.
Un ejemplo de esto es la exigencia que hizo la rectora de la UACM a los trabajadores sindicalizados de que deben apretarse el cinturón para garantizar la viabilidad económica de la Universidad, cuando ella tiene un sueldo de más de 100 mil pesos, una cantidad onerosa como la de otros funcionarios universitarios. Por lo que ni el partido en el gobierno ni la derecha representan una opción real para garantizar los derechos laborales, ya que ambos han aplicado medidas de precarización, pues su objetivo no es proteger nuestros intereses sino competir en ver quien defiende mejor las ganancias y privilegios de los ricos.
Pero entonces, si ellos no nos representan no son nuestros aliados, ¿qué podemos hacer para fortalecer la lucha por nuestras demandas? ¿Quiénes son nuestros verdaderos aliados? Nosotros opinamos que es necesario promover la unidad entre la comunidad universitaria, buscando más y mejores prestaciones para los trabajadores que están hoy sindicalizados, así como buscar la sindicalización y basificación de los que no lo están como son los profesores de asignatura. También es fundamental considerar los derechos de los estudiantes peleando por más becas, la mejora de los comedores, de las instalaciones y del transporte, es decir que las condiciones materiales sean dignas para facilitar que el estudio se lleve de la mejor manera.
Para lo cual es importante la exigencia de más presupuesto para la educación y no para la policía o el ejército, pues el gobierno federal asigna grandes cantidades de dinero a la Guardia Nacional pero no para mejorar las escuelas y universidades. Al mismo tiempo, Claudia Sheinbaum aumentó el presupuesto para la policía, pero no para las instituciones de educación media superior y superior. Dicha exigencia sólo se puede alcanzar con la movilización en las calles de la comunidad de la UACM junto con el resto de los trabajadores del gremio de la enseñanza y guardando la independencia política, es decir, no depender de ninguna manera de la patronal y sus partidos. Para ello es necesario defender y promover la total independencia de los sindicatos con respecto a los partidos e instituciones del régimen. |
