Las coaliciones de los partidos de gobierno de Gabriel Boric junto a la Democracia Cristiana afirmaron que respetarán un acuerdo para la elección de presidencia del Senado. Se trata del pinochetista Juan Antonio Coloma (UDI), quien durante la dictadura militar se desempeñó como miembro del Consejo de Estado y participó en la gestación de la Constitución Política.
En concreto, las bancadas de Chile Vamos, DC, Apruebo Dignidad y Socialismo Democrático, acordaron que tras el periodo de Álvaro Elizalde, actual presidente del Senado, Coloma liderará la Cámara Alta, mientras que Francisco Huenchumilla (DC) quedará en la vicepresidencia.
Lo curioso es la sumisión y encogida de hombros del Partido Comunista, quien señaló "respetar el acuerdo" entre las coaliciones políticas. El senador Daniel Núñez (PC) afirmó que: “nosotros vamos a cumplir la palabra que el PC comprometió cuando hizo un acuerdo administrativo, del cual nos hemos beneficiado participando en Comisiones”. ¿A 50 años del Golpe de Estado seguiremos siendo ingenuos cuando hablamos de "acuerdo administrativo"?
Recordamos que la figura de Coloma es completamente repudiable. Durante la dictadura fue designado como presidente de la FEUC y participó en el acto del cerro Chacarillas, que reunió a toda la juventud pinochetista. Posteriormente, fue uno de los fundadores de la UDI y se volvió uno de sus coroneles junto a Jovino Novoa, Pablo Longueira y Andrés Chadwick.
Debemos poner las demandas de trabajadores al centro: por un movimiento independiente al gobierno y al empresariado
La casta política cada vez se separa de la realidad y necesidades del pueblo trabajador y pobre. El fraude constituyente, expresado en el Acuerdo por Chile, avanza bajo las sombras de una comisión de expertos elegida a dedo por los partidos políticos del Senado y Parlamento mientras que, los "honorables" viven de acuerdos para mantener el régimen heredado de la dictadura.
Las demandas de salud, educación, viviendas y otras, podremos conquistarlas solo si atacamos el poder y las ganancias de los capitalistas, poniendo la economía al servicio de las necesidades de las grandes mayorías. Para reimpulsar la organización y la coordinación entre la clase trabajadora, estudiantes, pobladores, el movimiento de mujeres, pueblos originarios y movimientos sociales hay que luchar por un programa de los trabajadores y sectores populares, para que la crisis la paguen los grandes empresarios y no nosotros, partiendo por el aumento general de salarios acorde a la inflación y un salario mínimo de 650 mil pesos, poner fin a las AFP y por una pensión básica de 650 mil pesos y un sistema público de reparto solidario y tripartito.
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