Una ola de calor está afectando a gran parte del centro del país, y en particular a la región de San Nicolás. Las temperaturas han alcanzado los 38° de máxima durante toda la semana pasada en horario escolar, y dicha tendencia va a extenderse al menos hasta el comienzo de esta semana. En ese marco el pasado miércoles se dio comienzo al ciclo lectivo en las escuelas primarias y secundarias bonaerenses. Sin embargo, la mayoría de las escuelas de la provincia de Buenos Aires no tienen suficiente refrigeración, y en algunos casos, ni siquiera hay ventiladores, como para poder sobrellevar las altas temperaturas. Esto se suma a las condiciones edilicias ya de por sí precarias que se padecen y se vienen denunciando en muchas instituciones educativas, como sucede, por ejemplo, en el Jardín N° 918, de Barrio San Martín.
Mientras tanto, el gobernador Axel Kicillof y el intendente Manuel Passaglia se dedican a culpabilizarse mutuamente en lugar de tomar medidas para solucionar la situación. El gobierno provincial está siguiendo un plan de ajuste presupuestario impuesto por el Fondo Monetario Internacional, del cual uno de los sectores principalmente afectados es el educativo. Mientras tanto, la municipalidad de San Nicolás está desviando fondos educativos para construir obras faraónicas que ya están privatizadas. Como principal muestra de gestión en el sector educativo, los gobiernos, sin distinguir el color político, se preocupan más en exhibir que buscan cumplir con creces con la meta de 190 días de clases, sin importar a costa de qué se busca alcanzar tal objetivo.
Frente a esta situación, las conducciones gremiales del Frente de Unidad Docente, lejos de ponerse a la cabeza del reclamo por las condiciones de las escuelas, están descargando la responsabilidad en docentes y directivos, negando la realidad de una crisis económica y social que tiene en condiciones de pobreza a 3 de cada 5 chicos. Priorizan que se garantice la presencialidad en las escuelas, y ante este panorama ensayaron un tibio pedido de suspensión de clases, sin exigir que se cumplan las condiciones necesarias para dar clases en las escuelas de San Nicolás. Todo esto después de las declaraciones provocativas del presidente Alberto Fernández, quien afirmó que los y las docentes están "preocupados por el impuesto a las ganancias". Lo que en realidad preocupa a los y las trabajadoras de la educación es que los alumnos lleguen con hambre y sin los materiales necesarios a la escuela, y que puedan sufrir descompensaciones producto de las altas temperaturas y la falta de condiciones sanitarias para sobrellevarlas.
La agrupación Marrón Docente exige que los sindicatos docentes, entre ellos SUTEBA, rompan su alianza con el gobierno y se pongan a la cabeza de la pelea por un mayor presupuesto para educación y un plan de lucha contra el ajuste del FMI y los gobernantes sobre la educación de los pibes y el trabajo de los educadores. A la vez plantea que es necesario convocar a asambleas de docentes, estudiantes y familias en las escuelas, para proponer y votar medidas de lucha frente a esta crisis, y que cuenten con el respaldo de los gremios. También demanda que CTERA convoque a un paro nacional para fortalecer las luchas en las provincias que están en lucha por salarios y por condiciones dignas de estudio y trabajo para alumnos y docentes. |