En la mañana de este jueves, la noticia de un nuevo crimen patronal - mal llamado accidente laboral - en la mina de potasas de Súria -comarca del Bages (Barcelona)- nos ha conmocionado a todos. Tres trabajadores perdían la vida a 900 metros de profundidad a causa de un desprendimiento de tierra.
A última hora de la tarde trascendía que los fallecidos eran 3 estudiantes universitarios. Uno de ellos estudiaba el doctorado de Ciencias de la Tierra en la UB y los otros dos un máster en la UPC. Uno de estos últimos estaba trabajando en régimen de prácticas. La UPC ha reconocido que había iniciado recientemente estas prácticas en el marco de un convenio de cooperación educativa de esta universidad con la empresa responsable del pozo, ICL Iberia.
Esta compañía acumula un largo historial de siniestrabilidad laboral, con 20 trabajadores muertos en sus instalaciones desde 1990. En 2020 sus más de 400 trabajadores se declararon en huelga indefinida en respuesta a uno de estos “accidentes” mortales, exigiendo que se cumpliera el Plan de Sostenimiento Integral. Justamente estas medidas son las imprescindibles para evitar desprendimientos de tierra en las galerías.
Con estos antecedentes ¿En qué momento los equipos rectorales y decanales la UPC consideraron oportuno dar luz verde a convenios para la realización de prácticas o contratos formativos en ICL Iberia?
A la precariedad estructural, cuando no directamente trabajo gratuito, de este régimen de prácticas, le añadieron el tener que desempeñar el trabajo en una empresa con un historial manifiesto de anteponer la sed de ganancias a la seguridad y la vida de sus trabajadores.
Mañana viernes, esta casta universitaria ha convocado un minuto de silencio. Desde Contracorrent nos solidarizamos con los compañeros, amigos y familiares de los estudiantes fallecidos, y les acompañaremos en las muestras de duelo que se realicen.
Al mismo tiempo no dejaremos de denunciar la responsabilidad de quienes dirigen la UPC, la UB y el resto de universidades públicas y sus intentos de lavarse la cara. Es su modelo de universidad-empresa y sus uno y mil lazos con compañías y firmas como ICL Iberia, los que los convierten en corresponsables de la tragedia acontecida en Súria.
Es necesario luchar porque una comisión independiente, conformada por trabajadores y técnicos por ellos designados, esclarezca lo sucedido y el castigo a los responsables, y que los sindicatos respondan con medidas de fuerza para hacer esto posible y terminar con todos los incumplimientos en medidas de seguridad de la empresa.
Los equipos decanales y rectorales responsables de los convenios con ICL Iberia deben abandonar inmediatamente sus cargos y que una comisión independiente conformada por una mayoría estudiantil, profesores no catedráticos y personal no docente, determine las responsabilidades y medidas a tomar.
A su vez, exigimos la anulación inmediata de todo convenio con empresas denunciadas por vulneración de las medidas de seguridad laboral o los derechos sindicales, en la perspectiva de suprimir el régimen de prácticas y la remuneración de toda actividad en centros de trabajo en acuerdo a la categoría que se desempeñe y con plenos derechos sindicales. |