En el marco del 8 de marzo, la FES Acatlán tuvo varias actividades que llamaban a organizarse y movilizarse para luchar por los derechos de mujeres y miembrxs de la diversidad sexual y de género.

La escuela tuvo diversidad de expresiones artísticas días previos al 8M, con engrudos, Paste Up y otros.

También, un grupo de estudiantes, decidieron pintar un mural en la pared trasera de la biblioteca, con el fin de visibilizar la violencia que viven las mujeres.

Ayer, 13 de marzo, se denunció a través de redes sociales que no estaba el mural ni uno de los Paste Up que se encontraba en el edificio A-15. Las denunciantes aseguran que, mientras pintaban su mural, las autoridades quisieron intimidarlas y les advertieron que volverían a quitar el mural.

Muchas veces, los trabajadores antes han pedido que no se pinten ni dañen los muros, pues los directivos los mandan a ellxs a “reparar” el daño, a veces sin quererles pagar las horas extra que les corresponden pues ese trabajo no está dentro de sus funciones.

Así es su actuar, mandan a hacer el trabajo sucio, mandan a quitar murales de la comunidad, hoy uno contra la violencia a las mujeres, y, al mismo tiempo, pintan sus redes sociales de morado, organizan charlas con temática de género, dan libres el 8M y el 9M y dicen trabajar permanentemente para luchar contra la violencia pero, en lugar de eso, la reproducen.

No es la primera vez que sucede algo así: a finales del 2022, en medio de un paro en el que la comunidad se organizó para pintar alrededor de 10 murales con temáticas como la violencia a las mujeres; la unidad entre profesores, trabajadores y estudiantes; contra el autoritarismo de la dirección; y en defensa de la educación pública y gratuita. Días después, estos murales habían sido borrados.

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De igual manera, en el 2019, cuando ocurrió el desalojo del cubículo del edificio A8, días antes de la desaparición de Daniel Rossell dentro de la facultad, fue borrado el mural que se encontraba en esa pared, el cual recordaba a la heróica huelga de 1999-2000 en defensa de la gratuidad de la educación pública.

Desde la Agrupación Juvenil Anticapitalista y la Agrupación de mujeres y diversidad sexual y de género Pan y Rosas, repudiamos el actuar de las autoridades que sólo buscan callar cualquier tipo de expresión que manche su imagen. Nuestra perspectiva es la de luchar por una universidad democrática, manejada por profesores, trabajadores y estudiantes, que decidan en conjunto cada aspecto de la universidad: desde el manejo del presupuesto hasta qué colores tienen las paredes de nuestras escuelas. Para lo anterior, es necesario poner en pie gran movimiento que se apueste a conquistarlo todo, sin una pizca de confianza en las autoridades y los partidos del régimen, al mismo tiempo que defendemos toda expresión crítica que luche por derechos fundamentales, como el aborto y contra los feminicidios.