A finales del pasado año 2022, en el marco de las negociaciones de la mesa del sector público a nivel nacional por el reajuste a los salarios, varias universidades, entre ellas la Universidad de Santiago de Chile y la Universidad de Chile, impusieron a los estudiantes la subida del arancel anual para todas las carreras. 10% fue el alza para los estudiantes que se encuentren ya cursando una carrera y 12% para aquellos que entren en 2023 a cualquier carrera en la Universidad de Santiago. Esto afectaría directamente a quienes estudian con CAE, Fondo Solidario, Gratuidad, etc. |
El gobierno y los empresarios hace tiempo comenzaron a cargar la crisis sobre los hombros de la clase trabajadora y los sectores populares. No contentos, las autoridades universitarias mantienen la misma línea con un, ya no tan nuevo, ataque al bolsillo de les estudiantes y sus familias. El financiamiento a la educación es un tema realmente complejo en este sistema neoliberal, la mayor parte de este en las universidades públicas proviene de los aranceles. Desde ahí, fundamentan el argumento de que para poder financiar el reajuste a funcionarios se debe subir los aranceles, sin querer ajustar la totalidad negociada en la mesa nacional, sino por el contrario, disminuir el porcentaje en las distintas universidades según sus “posibilidades”, fragmentando además a los trabajadores del sector público en negociaciones acotadas y con sus propias autoridades.
El problema de la educación en Chile sigue siendo una de las patitas malas del modelo neoliberal. Este es incapaz de sostenerse sin cargar sobre las, los y les estudiantes, trabajadores y sus respectivas familias, cualquier problema de índole económico, ahora con la subida de aranceles, ayer con recortes y mañana con despidos. Si los aranceles son la principal fuente de financiamiento de las universidades, lo lógico sería subirlos para suplir y poder a pagar el reajuste a los funcionarios -o mantener los altísimos sueldos de las autoridades y el carísimo y no tan necesario edificio de la facultad de administración y economía FAE-. Pero ¿Por qué no exigir financiamiento integral con aportes basales del Estado?¿Por qué no financiar la educación con impuestos a los super ricos?¿Por qué no buscar mejorar las condiciones de estudio y trabajo en la universidad sin cargar los costos a les estudiantes y trabajadores? La universidad pública de pública no tiene nada.
Es mucho más cómodo subir los aranceles a final de semestre, evitando de pasada conflictos con los estudiantes gracias al estrés de cerrar el año y con los trabajadores haciendo realidad el miserable ajuste al salario que ya bien atrás de la inflación se ha quedado y que en muchas universidades no cubre la totalidad de lo negociado en la mesa nacional del sector público. Se aprovechan de la debilidad política de los estudiantes y trabajadores para no tener que pensar en mejorar las condiciones de estudio y trabajo en las universidades, para dejar al gobierno de apruebo dignidad y la ex concertación hacer su política de ajuste a la clase trabajadora en paz, paz que sirve a la derecha y a los empresarios, en última instancia, para no cuestionar ningún aspecto del modelo neoliberal y de la educación de mercado. La responsabilidad de rectoría es enorme, cada año buscan cargar sobre los hombros de los estudiantes la crisis de la educación pública, pero lo único que logran es perpetuarla.
Los organismos estudiantiles como el CONFECH, la FEUSACH o la FECH, si bien se pronuncian en contra de la subida de aranceles y contra la rebaja del presupuesto a la educación, no hacen nada para romper la tregua con el gobierno y las autoridades, ni para reactivar las movilizaciones en perspectiva de llevar adelante una lucha contra la crisis de la educación pública. Mucho menos hace un llamado a mantener el cuestionamiento al modelo de educación de mercado y se contentan con administrar las migajas restantes de lo que fue el movimiento estudiantil en Chile.
Es necesario levantar asambleas de base en nuestros lugares de estudio, buscando la unidad con funcionarios y académicos, para discutir cómo enfrentar la crisis de la educación y formar un movimiento con independencia al gobierno y las autoridades. Para luchar por acceso universal e irrestricto; por una educación gratuita, financiada por aportes basales del Estado con plata sacada de un impuesto a los súper ricos; por comisiones de mujeres y disidencias electas que aborden los problemas de violencia de género; por una educación democrática, organizada con un cogobierno triestamental de estudiantes, funcionarios y docentes; por un sueldo mínimo de 650 mil pesos reajustable según la inflación y el paso a planta de todos los trabajadores y profesores.
Tomemos el ejemplo de un grupo de estudiantes auto convocados en la USACH que están llamando a una asamblea abierta para discutir la subida de aranceles, los problemas de infraestructura, la situación de los funcionarios de la universidad y, sin detenerse ahí, sobre la rechazada (en el congreso) reforma tributaria del gobierno y el fraudulento pacto por Chile, este miércoles 15 de marzo a las 11:30 hrs en los pastos de ciencias. |