Un poco de historia
En 1946, se había conformado la Empresa Mixta Telefónica Argentina (EMTA), cuando el Estado compra la Compañía Unión Telefónica del Río de la Plata que monopolizaba el servicio telefónico en el país. En septiembre de ese año, el gobierno Nacional había concretado la compra a la filial argentina de la empresa estadounidense International Telephone & Telegraph Company (ITT), por 95 millones de dólares y la asunción de sus pasivos nacionales e internacionales. Con la creación de esta empresa mixta, el peronismo se proponía combinar capitales privados nacionales junto con capitales del Estado. Finalmente, en un avance de la política general de nacionalizaciones, Perón decide disolver la sociedad mixta y el 18 de marzo de 1948, por medio del decreto 8.104 se retira la personería jurídica de la EMTA, pasando la empresa a ser totalmente estatal. Un año más tarde la empresa pasará a llamarse Teléfonos del Estado. La nacionalización de los teléfonos en la Argentina se produjo un 18 de marzo de 1948. Esta medida del gobierno de Perón, entre otras nacionalizaciones de servicios, respondió a una especie de pulseada en la nueva configuración mundial que se abría luego de la Segunda Guerra Mundial. Los primeros años peronistas corresponden a un período de prosperidad económica excepcional.
El aumento del gasto público como parte del reforzamiento del rol del estado también fue clave. Las nacionalizaciones de este período tienen que ver con su rol de actor económico, impulsando algunas actividades. Así, además de los teléfonos, las nacionalizaciones más importantes serán la de los ferrocarriles, las usinas eléctricas, las empresas de gas, entre otras. Al nacionalizar las empresas de teléfonos, permitió el acceso masivo a los usuarios populares, vía un extenso tendido de redes en los años siguientes. En esta medida progresiva hay que remarcar que el gobierno no procedió nunca a expropiaciones o confiscaciones.
Menos de medio siglo después, será otro gobierno peronista el que privatice nuevamente todos los servicios públicos, comenzando con Entel en noviembre de 1990, que abrirá el camino para avanzar sobre el resto.
Las empresas de telecomunicaciones hoy
Las empresas de servicios públicos vienen siendo cuestionadas, por su mal servicio y sus altas tarifas muy lejos de las necesidades populares. Que las empresas lucran para su propio beneficio, no es novedad. Ningún gobierno cuestionó el esquema privatizador menemista, ni acabó con la precarización y tercerismo de miles de trabajadores de las telecomunicaciones, a quienes hoy ni siquiera les garantizan las más mínimas condiciones de higiene y seguridad, que se llevó la vida de muchos compañeros a causa de la precarización laboral. Por el contrario, los distintos gobiernos las beneficiaron con tarifazos muy por encima de la inflación y con jugosos negocios: desde el kirchnerismo que aportó su granito de arena avalando la fusión de Multicanal y Cablevisión, hasta el gobierno de Macri con la fusión entre Telecom y Cablevisión. Ningún gobierno queda exento de contribuir a que estos pulpos crezcan. A pesar de sus ganancias, las empresas no invierten en el desarrollo y extensión de las redes de internet, aún más en zonas precarias como los barrios vulnerables. Pero sí invierten su tiempo en fugar sus abultados dólares al exterior. Según datos del Enacom en 2020, el 36% de los hogares del país no cuenta con acceso a internet, lo que implicó que durante la pandemia más de un millón y medio de jóvenes, en su mayoría de sectores populares, abandonaran sus estudios, o que un 45,9% de hogares en las villas no contaron con servicio de internet.
El 18 de marzo quedó establecido como el día del trabajador telefónico. Sin embargo, será completo cuando las y los trabajadores encontremos en esta conmemoración un debate junto con los usuarios populares y podamos tomar decisiones sobre las telecomunicaciones, donde planifiquemos en función de las mayorías. ¿Cómo podría cambiar la vida para el conjunto de los sectores populares si estas millonarias empresas fueran públicas? Por ejemplo, cada escuela, por más alejada que se encuentre, podría tener internet y acceso a contenidos multimedia ilimitados. necesidades de la mayoría, y no del lucro empresario.
Con este objetivo, la Agrupación Violeta (PTS e independientes), desde nuestra creación hace más de 20 años, planteamos como tarea fundamental que, la clase obrera tiene que pelear por la reestatización de las telecomunicaciones sin indemnización a las empresas. Esta reestatización no puede ser una simple nacionalización del servicio, sino que debe estar bajo la administración de las y los trabajadores de las telecomunicaciones y los usuarios populares para que cumplan una verdadera función social. Para que las comunicaciones estén vinculadas a las necesidades de los sectores populares, utilizando los avances tecnológicos al servicio de las grandes mayorías. |