El Gran Premio de Arabia Saudita celebrado en el circuito de la Cornisa de Jedah, significó, en primer lugar, el dominio aplastante de la escudería Red Bull en los comienzos de la presente temporada. En la primera carrera, celebrada hace dos semanas en Bahrein, y en la del día de hoy, los pilotos de esta escudería el 1-2, y coincidentemente el tercer lugar lo ocupó el veterano piloto español Fernando Alonso en ambas fechas, siendo la de hoy la ocasión número 100 en la que el corredor asturiano se sube a un podio en esta categoría automovilística.
La diferencia en esta ocasión fue el triunfo del piloto mexicano, quien aprovechó el acuse por parte de Max Verstappen de un cambio en la trasmisión de su auto que lo hizo fallar justo en las pruebas de calificación para la carrera de hoy, lo que lo obligó a iniciar la competencia en el lugar número 15 y desde ahí iniciar una larga recuperación rebasando auto tras auto pero que fue insuficiente para superar a Pérez, quien obtuvo la pole position en las calificaciones.
Aunque el arrancar en primera posición no le sirvió para sostenerse en el liderato de principio a fin, pues en la arrancada se le adelantó Fernando Alonso para llegar por delante a la primera curva ─posteriormente la dirección de carrera determinaría que tomó ventaja colocándose por delante de del lugar que le correspondía en la formación de largada y lo penalizó con 5 segundos─ pero solo unas vueltas más adelante y Checo Pérez lo rebasaría imponiéndose por su manejo y el poderío de su auto hasta el final de la carrera.
Max Verstappen fue de atrás para adelante rebasando con facilidad a sus oponentes, lo cual llevaba a pensar que le pelearía el liderato a Pérez con gran probabilidad de desplazarlo. Además de que al piloto de Aston Martin, Lance Stroll se le averió el motor y provocó que entrara el safety car a relanzar la carrera, lo que le permitió a Verstappen reducir la ventaja que Checo Pérez había construido hasta antes del accidente, la cual bajó de 20 a 5 segundos.
Entonces se llevó a cabo una feroz pelea a máxima velocidad en la que Pérez y Verstappen se descontaban y aumentaban entre sí en cada vuelta tan solo un par de décimas de segundo, marcando varios records de vuelta rápida superándose varias veces entre sí. Finalmente, Verstappen tuvo que resignarse al notar que su carro no podía mantener el mismo ritmo de carrera sin arriesgarse a que el problema de la transmisión volviera a resurgir y echarlo todo a perder.
Lo que se ha venido observando desde las prácticas previas a las dos carreras celebradas es que la gran diferencia que existía entre las capacidades mecánicas de los dos carros de Red Bull se ha reducido. Esto le permite a Checo Pérez ser más competitivo, lo que promete que esté en mejores condiciones de pelearle al tú por tú al corredor holandés.
Posteriormente a los festejos de la carrera, una hora después, la dirección de carrera penalizó por segunda ocasión a Fernando Alonso relegándolo al cuarto lugar. |