Entre finales de marzo y abril, en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) se llevará a cabo la legitimación del Contrato Colectivo de Trabajo (CCT), de acuerdo a la obligación que estableció la reforma laboral de 2019, que hace que los trabajadores voten por el sí o el no, o en su defecto se abstengan de votar.
Sin embargo, más allá de la legitimación laboral, cuyo límite es el 1º de mayo, la legitimación en sí misma no permite la conquista de mejores condiciones, porque esa es una tarea de la lucha de los trabajadores. Pero para lo que está diseñada realmente esta legislación, por más progresista que se presente, es la intromisión del Estado y sus instituciones en las organizaciones sindicales.
¿Cuáles son las condiciones laborales de las y los trabajadores de la UACM?
En primera instancia, no debemos olvidar las formas de contratación que las autoridades de la UACM han implementado en las diferentes administraciones y que tuvieron como fin la exclusión de trabajadores del CCT, y por ende negar derechos y vulnerarlos.
Al respecto, las y los trabajadores de intendencia son un primer ejemplo, pues tenían una contratación bajo el esquema de outsourcing, por lo que llegaron a padecer situaciones muy precarias en todos los aspectos. El reconocimiento como trabajadoras de la Universidad, pues en su mayoría se trata de mujeres, fue producto de una lucha.
De la misma manera, desde 2014, a las y los docentes de asignatura se les ha contratado bajo un esquema precario, que viola el CCT (que sólo contempla la figura de trabajador de base de docente investigador cuanto se trata de la docencia) y sus derechos humanos laborales, donde la actual administración de Tania Rodríguez se ha encargado de institucionalizar la precariedad docente mediante el Estatuto de Personal Académico (EPA).
Esto último, al grado de que los salarios se mantienen igual desde hace nueve años, sin que tengan derecho a los aumentos salariales de las negociaciones, ni los derechos conquistados por la lucha de todos los trabajadores, además de que están sometidos a la inestabilidad laboral, y en las ocasiones en las que han decidido organizarse para cambiar eso, la respuesta de la patronal ha sido muy dura, llegando a discriminarlos y no permitirles la recontratación, valiéndose de despidos velados.
En el caso de trabajadores de confianza, la propia Ley Federal del Trabajo les impide la participación dentro de las organizaciones sindicales, es decir, también se les excluye del CCT, lo que termina profundizando la fragmentación entre las filas de los trabajadores, cuya consecuencia es ocasionar que se peleen entre ellos, en vez de luchar contra la patronal.
Como lo expresan estos ejemplos y la pasada negociación salarial, las intenciones de las autoridades son golpear las condiciones laborales, lo cual también es un ataque a la educación pública, pues con trabajadores sin derechos, docentes mal pagados y trabajadoras sin condiciones para desempeñar sus labores adecuadamente, no puede haber condiciones de estudio dignas.
Más trampas de la reforma laboral sobre la legitimación del CCT
Como habíamos comentado en otra nota, la reforma laboral esta compuesta de diversos mecanismos que no permiten en sí la mejora de condiciones laborales, porque tiene un doble discurso, con una mano “otorga” derechos a un sector muy reducido de trabajadores, mientras que con la otra ataca los de la mayoría.
En el caso de la legitimación también se repite lo anterior, pues aparecen solo tres opciones relevantes, la primera que gane el sí, la segunda una abstención (por lo que si los criterios de la Secretaria del Trabajo y Previsión Social favorecen al sindicato, se repetiría la votación) y la tercera que la mayoría de la base trabajadora vote por el no. Estas opciones simplemente no dan margen para ir por más y en un contexto de ataque patronal, puede incluso significar una pérdida de la contratación colectiva a individual, lo que sería un retroceso histórico para las organizaciones sindicales, de ahí la trampa.
Entonces, ¿nos resignamos o conquistamos más derechos?
No obstante, las y los trabajadores podemos ir por más, pero el primer paso es intercambiar en cuanto a las condiciones de todas y todos los trabajadores, independientemente de la forma de contratación, incluyendo a las y los excluidos del CCT. Por eso es importante abrir la discusión de ¿qué tipo de CCT requerimos? y ¿qué tipo de sindicato necesitamos para conquistarlo?, y no conformarse con lo que hay ahora.
Es decir, vamos por la unión de lo dividido por la patronal, en miras de vencer. Vamos por la afiliación masiva al SUTUACM de docentes ahora llamados “por tiempo y obra determinados”. Hagamos una lista de lo que carecemos en cada sector de trabajadores, unamos nuestras demandas, juntemos la fuerza para imponer mejores condiciones a las autoridades de la UACM.
Para ello, necesitamos el impulso de asambleas en donde confluyamos, podamos intercambiar democráticamente sobre éstas y otras cuestiones, y tomar decisiones todos los sectores de trabajadores.
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