Esta mañana, trabajadores y trabajadoras de Salud protagonizaron una protesta en las puertas del Ministerio de Salud en Rawson. Florencia, trabajadora de Salud de Trelew, comentaba en el marco del paro de 48horas convocado por SISAP que “cada vez nos cuesta más, tenemos que salir a trabajar por otros lugares para llenar la olla”. Y agregó la denuncia del incumplimiento del Convenio Colectivo de Trabajo (CCT) por parte del gobierno con formatos de contratación precarios. “Nosotros tenemos un convenio y la mejor forma de defenderlo es en las calles”.
Otra trabajadora, Andrea, planteaba el reclamo de reapertura de paritarias luego del “38% decretado por el gobierno de manera arbitraria, que va a ser pagado en cuotas” y denunció el intento de reforma al CCT de Salud que se planteó en la mesa de negociación por parte del gobierno. “Lo que está haciendo el gobierno en este momento es dejarnos sin una paritaria para discutir el salario de los y las trabajadoras de salud”.
Pese al intento de la Policía de impedirles el acceso violentamente, los y las trabajadoras de Salud lograron ingresar al Ministerio en Rawson para hacer oír su reclamo.
Es que la realidad de precarización, falta de presupuesto, problemas edilicios, cierre de servicios (como justamente denunció el corte en ruta 3 respecto al servicio de pediatría en Trelew, que contradictoriamente impulsó el MTE, parte del gobierno del FDT), vacancias y salarios de pobreza, no son ajenos al contexto de ajuste que imponen Sergio Massa, los gobernadores y todo el FDT para cumplir lo acordado con el FMI.
Por eso, en Cordoba, se vivió la semana pasada una movilización inédita donde confluyeron Salud y Educación, en Jujuy, se sintió la convocatoria a una jornada nacional convocada por FESPROSA, y antes golpeo fuerte el fenómeno de laMarea Blanca.
No sólo de aplausos se vive
La crisis en la salud pública de Chubut, es parte de un fenómeno que recorre el país al calor del ajuste en curso de la mano del acuerdo que el gobierno firmó con el FMI. Pese a que el acuerdo en sí, es letra muerta a esta altura, las negociaciones que Alberto Fernandez busca destrabar en su reciente encuentro con Joe Biden, buscan revivirlo.
Es que sin el voto de la potencia imperialista que controla el FMI, no habría una prórroga que permita al gobierno del FDT completar la hoja de ruta planteada, jaqueada por una inflación imparable, el descontento ante las consecuencias del ajuste fiscal, la crisis social que se profundiza y la voracidad patronal por un mayor ajuste al bolsillo trabajador.
El gobierno que prometió llenar la heladera ya defraudó a todos, y luego de los enormes sacrificios que se hicieron durante la pandemia, los y las trabajadoras de salud dijeron “basta de aplausos” y decidieron salir a pelear en un verdadero cambio de percepción que se empieza a manifestar en todo el país.
Son, además, parte de la herencia menemista y de la decisión del ex ministro Gines Gonzales García de descentralizar el sistema de salud traspasando a las provincias toda una serie de atribuciones nacionales, como se hizo con la educación en los ’90. Sin este antecedente, es inexplicable que Arcioni hubiera podido aplicar el brutal ajuste que aplicó en ambos sectores.
Pero, también, es inexplicable que este ajuste haya pasado sin la complicidad de las burocracias sindicales. Por eso, el ejemplo de Córdoba es tan importante, porque dos sectores que viven en carne propia las consecuencias más brutales del ajuste, los hospitales públicos y las escuelas, están dando cuenta de que esta situación no dá para más, y salieron a luchar juntos.
Un ejemplo que en Chubut tuvo su experiencia en la “Mesa de Unidad Sindical” allá por 2018, de la cual no se han sacado todas las conclusiones posibles. Si unimos el peso específico que sectores vinculados a la producción, como portuarios y pesqueras, demostraron en la derrota de la zonificación, con el volumen e inserción social de sindicatos como educación y salud con una llegada directa a miles de hogares obreros, lograríamos una fuerza imparable.
Esa fuerza es la que no ha logrado desplegarse hasta hoy por el peso de las burocracias sindicales, que luchan sólo por salario (sin dudas un reclamo justo en tiempos de ajuste e inflación), dejando postergados reclamos como el respeto a los convenios colectivos, los derechos cercenados, la precarización resultante y el desfinanciamiento en recursos e infraestructura.
Y eso es lo que beneficia al gobierno, que negocia por sector, dividiendo a médicos, especialistas, enfermeros, personal de limpieza, administrativos, auxiliares, docentes, suplentes, etc ¿Acaso no sufrimos todes el ajuste a uno y otro lado del escritorio, el consultorio o la ventanilla? ¿Por qué no unir la lucha de desocupados, precarizados y efectivos por condiciones de vida dignas?
Por la tarde-noche, hubo una importante movilización en el centro de Trelew en defensa de la educación pública, por salarios e infraestructura. Una gran oportunidad para unir ambas luchas.
La realidad es internacional
En Francia se viven hoy en día jornadas revolucionarias contra la reforma previsional de Macrón, algo que aquí detuvimos con las jornadas de diciembre de 2017 en que derrotamos en las calles la reforma previsional de Macri. En Inglaterra, trabajadores de la salud lograron arrancar al gobierno lo que no estaba dispuesto a dar, un aumento de salario ejemplar. En Alemania acaba de vivirse un paro del transporte descomunal contra el aumento del costo de vida. Es que la crisis del capitalismo es internacional.
A la crisis abierta por la pandemia, continuó la guerra en Ucrania y la amenaza de inflación y recesión que se cierne sobre el mundo capitalista graficada en la quiebra de Silicon Valley Bank y el derrumbe de bancos como Credit Suisse o el Deutsche Bank, son señales que las patronales y sus gobiernos toman para ajustar aún más a los trabajadores para asegurar sus ganancias.
Chubut no es ajena a estos movimientos. Como parte de un país semicolonial, dependiente y hundido hasta las muelas en las garras del FMI tras el endeudamiento macrista y el acuerdo con el FMI que firmó el actual gobierno peronista, el gobierno de nuestra provincia, y todas las facciones de los partidos que nos llevaron a esta tragedia, continúan la senda de descargar la crisis que no causamos los trabajadores, sobre nuestras espaldas
¿Hasta Cuando? Eso depende de nuestra fuerza para enfrentarlos. El paro de salud anticipa lo que puede comenzar a ser una respuesta desde abajo a los planes de arriba, luego de años de pasividad impuesta por el desvío del #HAY2019. En la unidad, la independencia política y la organización desde abajo están las claves. |