La lista Blanca, impulsada por las y los vitivinícolas autoconvocados, obtuvo el 45 % en uno de los departamentos de mayor concentración vitivinícola, quedando apenas 100 votos por debajo de la lista oficialista. Por primera vez en muchísimos años, una lista democrática, organizada desde abajo en las bodegas, se propuso disputarle la conducción de la seccional a la burocracia sindical.
Las y los vitivinícolas autoconvocados volvieron a hacer historia. Exactamente dos años después del histórico paro que, a fuerza de piquetes y organización dentro de las viñas y bodegas, le impuso un paro histórico a la burocracia sindical que obligó a los grandes bodegueros a firmar un aumento salarial mayor al que estaban dispuestos a otorgar, en las elecciones de la seccional Maipú del Soeva, realizaron una histórica elección.
La lista Blanca, impulsada por las y los Vitivinicolas Autoconvocados y conformada por decenas de trabajadores y trabajadoras que desde abajo se dispusieron a poner en pie un sindicato democrático y de lucha, obtuvo el 45 % de los votos. Con 478 votos, y habiendo ganado en importantes bodegas como La Rural y Peñaflor, quedaron apenas 100 votos por detrás de la lista oficialista que seguirá conduciendo el sindicato.
Pese a las maniobras de la burocracia, tanto durante la campaña como en el día de la votación, y de las patronales bodegueras que desde el histórico paro de 2021 se dedicaron a despedir trabajadores y amedrentar para desactivar a un nuevo activismo que surgió desde abajo, las y los vitvinícolas autoconvocados desplegaron una campaña que sacudió la rutina de la burocracia en las bodegas.
Una lista impulsada desde abajo, democrática, hecha a pulmón con colectas en las bodegas para hacer los materiales de campaña y llevarlos a cada una de las bodegas del departamento, que demostró que las y los trabajadores se pueden organizar democráticamente y pelear por sus derechos y por recuperar los sindicatos de manos de la burocracia sindical, garante de los bajos salarios y la precarización laboral durante años y años.
Una nueva etapa comienza, con las conclusiones de una campaña que, lejos de haber terminado con la elección, es un paso más en la histórica organización que vienen llevando adelante las y los trabajadores vitivinícolas, uniendo a las bodegas y las viñas, también junto a las familias contratistas que se comenzaron a organizar por el salario. Un proceso que trascendió las fronteras de la provincia, como en el caso de San Juan y Salta, donde la lista de autoconvocados recuperó el sindicato en Cafayate.
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