Foto: Leonardo Mainé
Se acerca el 2024 y los partidos políticos van entrando de lleno en la próxima campaña electoral.
En el Frente Amplio el panorama es aún incierto en relación a cuales serán los precandidatos que competirán en las internas de junio del año próximo.
Hasta ahora solo Andrés Lima se había postulado oficialmente, pero en el congreso del MPP del fin de semana del 18 de marzo el MPP resolvió postular a Yamandú Orsi, actual intendente de Canelones, como candidato del sector para las elecciones internas del Frente Amplio que se realizarán a mediados del 2024.
Igualmente es casi un hecho que también la actual intendenta de Montevideo Carolina Cosse se sumará a la contienda y aún resta saber que pasará con otros posibles nombres como Mario Bergara o el comunista Oscar Andrade.
De conjunto no hay diferencias profundas entre estos posibles candidatos, pero en todo caso cada uno expresa matices diversos dentro de la coalición e intenta mostrar un perfil propio.
La moderación de Orsi
Ganar las elecciones se ha transformado para el Frente Amplio en un objetivo a lograr a cualquier costo. Todos sus movimientos parecen estar en función de un cálculo electoral y esto se expresa también en la elección y la presentación de cada candidato.
En el caso de Yamandú Orsi su imagen se viene construyendo como expresión de la moderación y la capacidad de seducir votos del centro político, de personas que pueden haber votado a la derecha en las últimas elecciones pero hoy se encuentran desencantadas y abiertas a votar a un candidato del FA, si este tiene una imagen lo suficientemente moderada, de dialogo y negociación.
“Hay que abrir las tranqueras porque hay gente que está afuera, es posible y vale la pena” dijo Orsi en su discurso de proclamación en el congreso del MPP; y su frase expresa esta misma idea de enfocar el discurso (hacia el centro). Si Carolina Cosse se posiciona como la expresión “confrontativa” del Frente Amplio, el actual intendente de Canelones hace gala de su capacidad de negociación y de dialogo con el gobierno y de su sintonía con el “interior” y la gente del campo.
Pendiente de las encuestas y del humor del electorado el MPP busca acentuar el discurso centrista. Casi todo el Frente Amplio está enfrascado en esta lógica electoralista, si algunos (como por ejemplo Richard Read) proponen un nuevo agrupamiento político al estilo de lo que fue el Encuentro Progresista de los 90, otros como el MPP prefieren ir por el camino de la imagen de la moderación para atraer a sectores que más cercanos al centro o la derecha.
Orsi parece ser quien mejor encarna este perfil, y que se traduce en declaraciones y opiniones sobre distintos temas. Salvo alguna rispidez por el caso Astesiano, el periodo de gobierno de Lacalle estuvo marcado por la buena relación con el intendente de Canelones, basta recordar la gestión de la pandemia y los puntos de vista comunes, o la falta de oposición seria a la mayoría de las propuestas del gobierno multicolor.
“Por encima de todo está la solidez de las instituciones y la imagen republicana del Uruguay” decía Orsi cuando Lacalle viajó con Mujica y Sanguinetti a la asunción de Lula en Brasil. A nivel internacional Orsi ha tenido palabras de elogio para Alberto Fernández, “es un clase A de la política” dijo, mostrando también la identificación de Orsi con uno de los referentes de los progresismos postneoliberales.
El MPP cada vez más a la derecha
La elección del candidato no es algo aislado ni separado de la práctica política y el programa que promueve el sector liderado por José Mujica.
Hace mucho el MPP ha abandonado un discurso de izquierda, para erigirse en un abanderado de la gobernabilidad y la continuidad del régimen, así como de respeto a las instituciones y al status quo.
El gobierno de Mujica puede dar fe de ello, pero también la propia gestión de Orsi al frente de la intendencia de Canelones. Nada muy distinto sucede en ese departamento de los gobernados por intendentes de los partidos tradicionales. Avances privatizadores, facilidades para las inversiones empresariales, falta de respuesta a los graves problemas de pobreza que enfrenta Canelones son los resultados de casi 20 años de gobiernos frenteamplistas.
El MPP abandonó toda referencia a la lucha de clases para darle un lugar central al “conocimiento”; como una solución casi mágica para dejar atrás la pobreza. En ese sentido busca promover políticas de unidad nacional (y por eso su interés en alianzas más amplias) que impulsen el desarrollo, con énfasis en el campo y el interior. Una propuesta utópica que se da de lleno con la realidad del país y las imposiciones del imperialismo y los grandes grupos económicos; y que además no tuvo ninguna concreción durante los 15 años de gobiernos del Frente Amplio.
En el programa de gobierno que presentaron en el congreso, hablan de “una concentración excesiva de la tierra, donde el gran grueso de la población rural ha quedado al margen”, cuando precisamente eso fue consecuencia de su política que favoreció al agrobusiness y a los grandes grupos económicos del sector agropecuario (que tuvieron grandes ganancias mientras expulsaban y fundían a los pequeños productores).
En esta postura conservadora y sin relación con una propuesta de izquierda en lugar de plantear una reforma agraria, su programa plantea que “La lucha por el acceso a la tierra en Uruguay tiene una herramienta que se llama Instituto Nacional de Colonización”.
En este mismo sentido su propuesta política apuesta a un desarrollo nacional con más industrialización, incluso en el interior del país. Discursivamente se oponen al lugar que le ha dado el imperialismo al Uruguay como proveedor de materias primas, pero no hay que olvidar que durante los gobiernos del Frente Amplio fue ese en buena medida el sustento de su política económica. Así fue como Uruguay creció gracias a la exportación de commodities y atrayendo capitales internacionales por los grandes beneficios que se otorgaban (zonas francas, subsidios, beneficios fiscales) y para industrias altamente contaminantes como la celulosa.
Para el desarrollo de su proyecto político entienden necesario mayores alianzas con sectores que no son de izquierda, del centro pero también sectores como Cabildo Abierto.
Esta no es la izquierda que necesitan las y los trabajadores; tanto el MPP como el FA de conjunto no buscan un cambio transformador, y eso será con Orsi de candidato pero también con Cosse, Andrade u otro dirigente frenteamplista.
En cualquiera de sus variantes, llevan a las y los trabajadores a un callejón sin salida, porque terminan subordinados a sectores burgueses; sin dar ninguna salida para las necesidades populares.
Por eso, hay que comenzar a construir una verdadera izquierda, obrera y socialista, que mantenga la independencia política y que se proponga terminar con este régimen capitalista de opresión y explotación. |