Este hecho fue reportado por el propio medio Presente, donde explican que entre las cinco y seis de la tarde, mientras Ricardo esperaba a que arreglaran su motocicleta en un taller mecánico, personas armadas a bordo de tres camionetas y al grito de “¡que nadie se mueva!”, se lo llevaron a pesar que este intentó documentar el proceso de su supuesta detención. Estas personas llegaron identificándose como policías ministeriales.

Poco antes de la desaparición, Ezequiel González, comandante de policía de Poza Rica, le “advirtió” que iban a “levantar” a algún reportero en su ciudad recomendándole que “se portara bien” y se cuidara. Ya desde el 2020 el periodista había sufrido de agresiones y amenazas por dedicarse a la nota policiaca, e incluso el medio para el que trabaja ya viene sufriendo de ataques directos desde el 2015.

Tristemente hemos visto cómo esto ha dejado de ser un caso aislado en el país, aún menos en Veracruz, que es el estado más inseguro para lxs periodistas. Según un informe de Voces contra la indiferencia, venimos de un 2022 donde se documentaron 696 ataques contra la prensa en el país.

El acceso de lxs periodistas a poder ejercer libremente su profesión se ve imposibilitado al ser un gremio que constantemente es objeto de agresiones y amenazas inclusive de las propias instituciones de “seguridad” del estado al estar coludidos con el crimen organizado.

Por eso sabemos que el buscar el aumento de la policía no brindará mayor seguridad ni a la población ni al gremio periodístico, sino que “Son las y los trabajadores de prensa organizados desde las bases, en forma democrática, con el apoyo de trabajadores de todos los sectores, quienes pueden garantizar su propia seguridad, manteniendo la exigencia de que el Estado dé los recursos necesarios para la protección”, como desarrollamos en esta nota