Con los ojos puestos en conseguir dólares para cumplir con el FMI y evitando mirar como millones de personas se encuentran sumergidas en la pobreza, el Gobierno puso en marcha un nuevo dólar agro. Con esta medida desde la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro Exportador de Cereales (CIARA-CEC) esperan que las empresas del complejo sojero liquiden US$ 5.000 millones, implicando una transferencia desde el Estado de $ 298.150 millones para el sector.
Si las agroexportadoras hubiesen liquidado los US$ 5.000 de soja a $211 (tipo de cambio mayorista actual) recibirían luego de descontar las retenciones $706.850 millones, pero con un tipo de cambio a $300 este sector embolsará $ 1.005.000 millones. De allí surge que la diferencia extra que ganan es de $298.150 millones.
Para tener una noción de lo que implica la suma regalada en esta ocasión se puede comparar con lo destinado a la Asignación Universal por Hijo en febrero (según la Oficina de Presupuesto del Congreso), $ 42.830 millones, o al programa Potenciar Trabajo, $53.607 millones. Es decir que se le otorga a los empresarios del campo siete veces más que a los niños y niñas o seis veces más que a quienes no consiguen trabajo formal y cuentan con ese aporte del Estado.
Un tipo de cambio diferencial significa una transferencia de ingresos para los sectores patronales porque reciben más pesos por cada dólar liquidado. Por ejemplo, la primera versión del dólar soja representó una transferencia de ingresos mayor a los $ 200.000 millones, y con el dólar soja versión dos implicó una ganancia adicional para las patronales agrarias de alrededor de $ 130.000 millones.
El nuevo tipo de cambio diferencial de $ 300 significa una actualización que supera la inflación en relación a los $ 230 del dólar soja de diciembre. Un privilegio que se le niega a las jubilaciones, planes sociales o salarios que pierden mes a mes frente a la suba de precios.
Estos cálculos incluyen sólo al complejo sojero que podrá liquidar entre el próximo 8 de abril al 31 de mayo. En tanto, las economías regionales, que podrán liquidar a un tipo de cambio especial hasta el próximo 30 de agosto, CIARA estima que sólo los del grupo de cebada, sorgo y girasol sumarán US$ 600 millones de dólares más. El secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Juan José Bahillo, estimó que el conjunto de las economías regionales liquidarán US$ 4.000 millones.
Para el dólar soja 1 y 2 el Gobierno dispuso la emisión de una Letra del Tesoro en dólares, a diez años de plazo, para compensar al Banco Central por la diferencia entre la cotización oficial de la divisa y la del "dólar soja", es decir más deuda. Habrá que ver cuando se oficialice esta nueva medida si en esta versión se financia de la misma manera.
Esta medida también impactará en la suba de otros precios ya que los exportadores priorizarán vender al exterior y esto disminuye la oferta de productos en el mercado interno. Por ejemplo, es probable que aumente el precio de los productos para producir alimentos balanceados para los animales lo que presionará la suba de precios de huevos, leche, lácteos, carne aviar, porcina y vacuna.
“La gallina de los huevos de oro”
El comercio exterior está concentrado en pocas manos. Un 52% del comercio exterior de la Argentina corresponde al comercio de cereales y oleaginosas con sus derivados, y un 31% es el complejo sojero, según datos del Indec.
Los cuatro grandes son las empresas imperialistas que hace más de un siglo controlan el comercio mundial de granos y tienen gran influencia en los precios de los alimentos. Se trata de Archer Daniels Midland (ADM), Bunge, Cargill, todas estas compañías son de los Estados Unidos, y Louis Dreyfus de Francia. Algunas de ellas tienen sede fiscal alejadas de sus casas centrales: en paraísos fiscales. Estas compañías son denunciadas en el mundo por el trabajo infantil, la deforestación, y el uso de transgénicos.
Además de los cuatro grandes, también está en nuestro país la empresa china Cofco, que se transformó en la principal empresa exportadora y la suiza Glencore. También están las compañías argentinas Aceite General Deheza (AGD) y Molinos, que también siguen el modelo del agrobusiness. Incluso dentro de las 500 grandes empresas del país, que releva una encuesta de Indec (ENGE para el año 2020, último disponible), las de alimentos, bebidas y tabaco suman 103: 48 son locales y 55 son extranjeras.
Sólo 12 grupos empresarios concentran más del 90 % de las exportaciones del complejo soja. El Gobierno elige beneficiar a este puñado de capitalistas por sobre las más de 18 millones de personas que viven sumergidas en la pobreza, de las cuales 4 millones se encuentran en la indigencia.
El Frente de todos busca con esta medida fortalecer las reservas del Banco Central, pero solo posterga el problema porque una vez que termine la medida las patronales agrarias no liquidarán a un tipo de cambio más bajo. Volverán a chantajear y especular como ya lo hicieron a pesar de los efectos de la sequía. Además, la sangría de dólares no se detiene por el pago de las importaciones, los intereses de deuda y la remisión de utilidades de las grandes empresas extranjeras.
El plan del oficialismo, pactado con el FMI, es cumplir con la meta de 1,9 % de déficit fiscal para lo que deberá profundizar el ajuste que viene afectando a las grandes mayorías. En ese marco no sería una sorpresa que los tipos de cambio privilegiados para los distintos sectores se continúen expandiendo. Entre los más vulnerables y el FMI, el Frente de Todos elige seguir los mandatos de Kristalina Georgieva.
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