La movilización en Francia contra la reforma previsional de Macron ha puesto en riesgo la estabilidad no solo de su gobierno, sino el mismo orden constitucional de la V República. La clase obrera junto a la juventud muestran una parte de su poder al combatir a estos políticos al servicio del gran empresariado. Son un ejemplo para el mundo de cómo luchar. Este miércoles 12 de abril les invitamos al foro "¿Qué pasa en Francia?" que realizaremos en la Facultad de Filosofía y Humanidades, en el auditorio Rollando Mellafe en Juan Gómez Millas, a las 18 horas. |
Han sido semanas de álgida movilizaciones, huelgas y bloqueos de fábricas importantes como refinerías de petróleo, en servicios estratégicos como energía y transporte, tomas de cientos de liceos y universidades, para repletar las calles y enfrentar la represión de la policía y el gobierno de Macron. En cada barricada, en cada marcha se escucha “Macron démissio” (Renuncia Macron). Y es que este político es como Piñera en Chile, representa a un especulador financiero y político que tienen como plan hacer reformas que profundicen el neoliberalismo. La odiada ley previsional francesa consiste en hacer trabajar más años y tener que cotizar más años para disfrutar de la jubilación, mientras el empresariado imperialista francés sacaron jugosas ganancias en los últimos años con pandemia incluida.
Se moviliza un sector importante de la clase obrera sindicalizada y tambien quienes no lo están, porque les afectará directamente en el futuro. Pero les estudiantes, además se movilizan porque desde hace años vienen sufriendo la precariedad de la educación, que como en todo el mundo, la pandemia potenció. El gobierno les ha reducido la beca de arriendos, ha suprimido las comidas a 1 euro, ataca los presupuestos de las escuelas de arte y arquitectura, se niega a aumentar las becas o los “mínimo sociales”, además de que tuvo una desastrosa gestión de la crisis sanitaria. Toda esa rabia acumulada se expresa ahora en las calles.
Según Alberta Nur y Erell Bleuen, militantes de la agrupación “Le Poing Levé” [Puño en Alto], organización hermana de VENCER y Pan y Rosas en Francia, decían que:
“La entrada masiva de jóvenes a la movilización también se explica por un sentimiento generalizado de que "es hora de irse" porque si la 49.3 es un pasaje autoritario vigente, también es señal de un gobierno más débil que nunca. Mientras las renovables se mantengan en refinerías, energía o transporte, la perspectiva de una victoria contra el gobierno parece plausible para miles de jóvenes. Es esta determinación de vencer la que se ha plasmado en las manifestaciones espontáneas que han surgido en París, Montpellier, Lyon o incluso Burdeos, pero también en las asambleas generales, bloqueos y ocupaciones de universidades que se han multiplicado en los últimos días.”
Las universidades han sido claves en la discusión política sobre cómo enfrentar a la ley, de unirse al movimiento de trabajadores en huelga y en responder ante la represión cada vez más brutal del gobierno. La rabia aumenta en la juventud porque cientos han sido detenidxs, golpeadxs, heridxs por la policía.
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