La psicóloga Celia Antonini se dió el lugar en el programa de televisión "Intrusos" del canal América, abriendo el debate sobre orientación/desviación sexual dejando de ese modo en segundo o tercer plano, el acento sobre la vulneración de derechos a las infancias y sancionarlas o buscar soluciones desde la psicología a este problema.
Sigmund Freud ya nombraba y analizaba en su texto "La etiología de la histeria" (¡¡¡¡de 1895!!!!), las excesivas veces que sus pacientes le relataban casos de abuso sexual en la infancia.
Sobre eso dice "En los dieciocho casos sin excepción (...) tomé noticia, como ya he consignado, de tales vivencias sexuales de la infancia (...)" " se trata de atentados únicos o al menos de abusos aislados, las más de las veces perpetrados en niñas por adultos (...)" "(...) como secuela inmediata de la vivencia prevaleció el terror."
Es decir, es uno de los primeros en hablar de abuso sexual infantil, remarcando muy fuertemente cómo estos actos, no dejan de ser comunes y con efectos terribles en la infancia.
Lo que queremos cuestionar citando a un Freud de 1895, es que más allá de los actos o prácticas sexuales, ya había una incipiente teorización sobre la constitución de la sexualidad infantil, situando las vulneraciones de las infancias.
Eso escritos fueron fundamentales para el surgimiento de corrientes actuales, que retoman esa teoría, para pensar nuevas conceptualizaciones alrededor de las infancias y las adolescencias apuntando a desarrollar infancias libres y en juego.
Por eso, ¿qué es un abuso sexual infantil?
Remiten a prácticas sexuales impuestas por un adulto hacia unx menor, independientemente de la forma en que se ejerza la coerción: violencia física, amenazas, abuso de confianza, entre otras, donde se ponen en juego la asimetría de poder, de conocimiento y de gratificación.
En nuestro país son cada vez más frecuentes. Según la encuesta nacional de niños, niñas y adolescencias realizado por UNICEF Argentina, el 59% de niñxs entre 1 y 14 años experimentó prácticas violentas en su crianza
Según la Oficina de Violencia Doméstica (CABA) realizando un estudio en el tercer trimestre de 2022, 3 de cada 10 personas son afectadas por situaciones de violencia doméstica en la niñez y adolescencia y 8 de cada 10 sufrieron de violencia por parte de sus progenitores
El 80% de las denuncias por abuso sexual infantil se pudieron garantizar gracias a la ESI.
14.424 niñxs y adolescencias fueron víctimas de distintas formas de violencia sexual entre el 2017 y el 2022, dato del Programa Nacional Las Víctimas contra las Violencias del Ministerio de Justicia de la Nación. A su vez, el mismo programa mostró que un 36,2% ocurrieron en el hogar, 27,6% en entornos digitales y el 3,4% en la vivienda de un familiar.
Ahora, nos remitimos a la desigualdad de poder (en este caso ejercidas por figuras públicas, referentes de la TV y medios) para poder explicar por qué no existe consentimiento.
Justamente lo que se impone, a través también de la desinformación sobre lo que se estaría consintiendo, es un ejercicio de poder, generando dinámicas donde la víctima puede llegar a intentar explicar lo sucedido con el miedo de no ser sometido a la violencia física o a la exposición, silenciando esas prácticas sobre su cuerpo, por no tener las herramientas necesarias o estar amenazadxs.
Por eso muchas veces quienes sufrieron abusos en la infancia no lo comunican en el momento en el que sucede, lo que lleva muchas veces a que deban afrontar esa tramitación en la adultez, pudiendo generar complicaciones a la hora de poder disfrutar de su sexualidad adulta y a la inhabilitación del goce del propio cuerpo.
Por eso hablar de la desviación o de la orientación sexual del adulto (y en la televisión pública sin más) son debates que sirven para desviar el eje sobre la vulneración a los derechos de infancias y adolescencias, y no explicar cómo atraviesan las situaciones de abuso.
Así también abonan a la estigmatización de las personas que atraviesan padecimientos de salud mental y a la discriminación de la comunidad LGBTIQ+ - que lucha hace ya varias décadas contra los discursos reaccionarios que intentan explicar la orientación sexual y de género desde la perversidad y la degeneración.
Éstas son las consecuencias de un sistema capitalista que reproduce constantemente lógicas de mercantilización y consumo de los cuerpos, del goce ya y ahora, legitimando el ejercicio de poder sobre las niñeces y adolescencias.
Porque la ley que rige es la del mercado, que es voraz con respecto al lazo social y se inscribe por fuera de cualquier normativa que regule o considere los derechos sociales, impactando primero y con mayor crudeza a las infancias y adolescencias.
Y esto no sería posible sin el desfinanciamiento a políticas sanitarias como la ESI, la falta de garantía de abortos seguros para niñes que sufren de abuso, y de cualquier tipo de promoción y prevención.
Son los gobiernos de turno quienes, para beneficiar al sector empresarial, muchos de ellos pertenecientes a la gran industria farmacéutica, desfinancian todo tipo de política pública, sanitaria y educacional. Y así, permiten la violencia hacia las infancias y adolescencias.
Ya hace 16 años que se promulgó la ley de Educación Sexual Integral pero la formación para docentes es escasa, tiene cupos y no logra el alcance nacional. A cambio se ofrecen cursos y diplomaturas que son pagas, alcanzando valores desorbitantes para poder tener herramientas para garantizar un derecho.
Siendo la ESI una herramienta tan importante, de los $161.487 millones que lleva ejecutado el Ministerio de Educación este año, sólo $45.9 millones corresponden al "Fortalecimiento de la ESI", un 0,028% del mismo. Y esto fue sostenido por el gobierno de Mauricio Macri, así como por el actual gobierno del Frente de Todos de Alberto, Massa y Cristina.
Para colmo, aparecen personajes nefastos como Javier Milei que está en contra de todos los derechos de mujeres y disidencias, y que opina que hay que vender bebés para tener plata o que la ESI es “un mecanismo por el cual lo que se hace es deformarle la cabeza a la gente.”
Poder pelear por la plena implementación de la ESI (el conocimiento, descubrimiento, cuidado y disfrute del propio cuerpo, poder utilizar el cuerpo por fuera de las estigmatizaciones que la sociedad impone en muchos momentos y también poder cuidar el cuerpo de situaciones que son dolorosas, que generan sufrimiento) en cada lugar de estudio y de trabajo se vuelve imprescindible ante estos ataques e ideas reaccionarias.
Además por mayor presupuesto para la salud, para que haya profesionales que puedan trabajar y abordar las infancias y adolescencias, no solo en el primer nivel de atención y acompañamiento en talleres en las escuelas, sino apuntando a que todes aquelles que tengan la necesidad o urgencia, puedan contar con unx profesional que lxs escuché y brinde herramientas.
Así también, como la lucha por terminar con cualquier tipo de vulneración, explotación y opresión hacia las infancias, para que puedan desarrollar sus infancias libres y plenas. |