Sergio Berni no para de demostrar su capacidad de generar odio en los destinatarios de sus mensajes. Cuando lo cuestionan los familiares de pibes caídos por el gatillo fácil u otros crímenes de la Policía Bonaerense, él las acusa de mentirosas. Cuando denuncian, como en el caso de la muerte de César “Lolo” Regueiro, que encubre a sus subordinados, él le echa la culpa a la salud de la víctima. Ahora habrá que ver qué generan sus nuevas declaraciones, tanto en los colectiveros de la línea 620, donde trabajaba el chofer Daniel Barrientos, como en la familia y los amigos de Fernando Báez Sosa.
Este lunes, al ser entrevistado por Jorge Fontevecchia y otros periodistas en Radio Perfil, el ministro de Seguridad que encabeza las políticas represivas del Frente de Todos en la provincia de Buenos Aires hizo una comparación que generó, una vez más, fuerte rechazo.
A Berni le preguntaron sobre las repercusiones que tuvo, por un lado, el ataque que recibió de un grupo de choferes embroncados por el asesinato de su compañero en Virrey del Pino; y por otro lado la reacción del gobierno del Frente de Todos, habilitando que la propia Policía Bonaerense fuera a detener violentamente a los trabajadores, de noche e invadiendo sus viviendas.
El ministro relativizó tanto la violencia policial contra los choferes como los operativos de control contra pasajeros de las líneas de colectivos del conurbano. Lo que sí puso de relieve fue el ataque furioso contra su persona. Y buscó equiparar esa reacción de los colectiveros con la brutal agresión del grupo de jóvenes que, hace tres años, le quitaron la vida a Fernando Báez Sosa a la salida del boliche Le Brique de Villa Gesell.
“Si yo no hubiera tenido esa fortaleza para recibir lo que recibí, seguramente hoy estaríamos hablando de una situación capaz más complicada”, dijo Berni al responder sobre los golpes recibidos. Y luego de que Fotevecchia le dijera que es repudiable que se agreda a un funcionario como él, agregó: “No es pegarle a un ministro, es golpear a una persona de manera cobarde, innecesaria, patotera. Esas imágenes me remontan a Fernando Báez Sosa. Y mire cómo terminó”.
El periodista Alejandro Gomel, sorprendido por la comparación, le hizo una repregunta: “¿Se sintió en los zapatos de Fernando Báez Sosa?”
“No, yo dije que si capaz no hubiera tenido la fortaleza propia de mi actividad y de mi historia de vida, era muy probable que pudiera terminar como Báez Sosa, eso nadie lo puede garantizar. Por suerte las cosas no se dieron así”, buscó justificar su infeliz igualación con el joven víctima de la agresión de los rugbiers.
Inmediatamente, las redes sociales y el resto de los medios se hicieron eco de las provocadoras declaraciones de un ministro que, pese a que busca despegarse del kirchnerismo y del albertismo por igual, es el máximo exponente de la política de control social y represión del Frente de Todos en la provincia de Buenos Aires desde diciembre de 2019.
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