Después de unos meses de descanso nos volvemos a encontrar. Los problemas económicos siguen ahí, tal cual estaban, pero ahora son más graves. Sergio Massa debe añorar la “prosperidad” con la que cerró 2022. Eran tiempos en los que Selección de Fútbol inundó las calles con una inmensa alegría por el campeonato mundial conquistado y el ministro soñaba con bajar la inflación para allanar el camino de su candidatura presidencial.
Lejos de eso, el apotegma de Esteban Bullrich que rezaba “debemos crear argentinos capaces de vivir en la incertidumbre y disfrutarla” se transformó, en parte, en una realidad para todo ser humano que vive en este país y tiene que hacer las compras en el supermercado o en el almacén de la esquina: no sabe con qué precios se va a encontrar. Es una obviedad que nadie disfruta de esa incertidumbre.
Pero, antes de embarrarme con lo que pasa en estas pampas, tarea que dejo para las próximas entregas de El juguete rabioso, me interesaba explorar las verdaderas incertidumbres: son aquellas que envuelven el escenario mundial y sobredeterminan, en gran medida, el escenario local y las vicisitudes de las formaciones políticas capitalistas locales que no le encuentran la vuelta a una economía indomable.
“La recuperación económica mundial prosigue, pero por un camino accidentado”, reza el título de un artículo publicado esta semana en el blog del FMI firmado por Pierre-Olivier Gourinchas, quien actúa como Consejero Económico y Director de Investigación del FMI. El artículo presenta las coordenadas principales bajo las cuales se debate en las Reuniones de Primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Grupo Banco Mundial (GBM) que se desarrollan en Washington esta semana hasta el domingo 16/4. Hacia ese encuentro, voló Sergio Massa este miércoles.
Gourinchas señala que la recuperación, tanto de los momentos más difíciles de la pandemia como de la guerra de Rusia y Ucrania, sigue su curso. Esto se expresa en la reapertura de la economía de China, en el relajamiento de las interrupciones de los suministros de las cadenas globales y en el retroceso de las dislocaciones de los mercados de energía y alimentos causados por la guerra. También destaca que la política restrictiva de la mayoría de los bancos centrales está dando frutos en bajar la inflación.
No obstante, bajo nuevos parámetros y con el agua pasada bajo el puente, la economía mundial enfrenta el mismo problema que tenía entes de la pandemia: un crecimiento históricamente bajo, tanto el actual año como en la proyección para el mediano plazo.
Hasta aquí un anticipo. Si te interesa leer completa esta entrega de El juguete rabioso o que te lleguen los newsletters del programa radial El Círculo Rojo y La Izquierda Diario ingresa en este link
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