El dueño de la Corporación América ¿es el tipo de emprendedor que promueve Milei? Columna de economía de El Círculo Rojo, un programa de La Izquierda Diario en Radio Con Vos, 89.9. En texto y video.
En su modo incisivo Mirtha Legrand lanza una catarata de preguntas y afirmaciones: “Vos sos economista de importantes empresas”, interpela a Milei.
El economista responde: “soy el economista jefe de un grupo muy importante”. “Aeropuertos 2000”, insiste Mirtha. “Es una de las empresas del grupo donde yo soy economista”, responde Milei.
“Le mandamos un saludo al señor Eurnekian, querido amigo”, agrega Chiquita. “Un grande, un verdadero empresario”, concluye el economista.
Los saludos y la solidaridad se deben a que, por ese entonces, en diciembre de 2018, el empresario Eduardo Eurnekian había sido allanado por estar involucrado en la causa de los "Cuadernos" de Oscar Centeno.
Se lo acusaba de haber pagado coimas para obtener la concesión de corredores viales. De hecho, su sobrino Hugo Eurnekian admitió haber pagado esas coimas a Roberto Baratta, un funcionario kirchnerista que trabajaba en el Ministerio de Planificación Federal que conducía Julio De Vido.
Milei es un fanático denunciador de los problemas morales del régimen político capitalista, de los “políticos chorros”, que son corresponsables de la decadencia actual, pero que, en realidad, son actores de reparto.
Porque, parafraseando una canción de cancha, los políticos pasan, pero los empresarios se quedan. Y el economista despeinado nunca habla de los verdaderos protagonistas de esta decadencia: prefiere olvidarse de los dueños del país, de los grandes empresarios, como Eurnekian, que fue su empleador y que tiene un largo historial de negocios oscuros con el Estado a partir de los cuales construyó un imperio.
La Corporación América, de la que es dueño Eurnekian, tiene diversificados sus negocios. Veamos algunos de ellos.
Opera aeropuertos y terminales de carga en muchos países. Pero se destaca Aeropuertos Argentina 2000, concesión de la que se benefició en 1998 cuando el menemismo abrió al negocio de los privados los aeropuertos que hasta entonces eran públicos. Sus negoció en aeropuertos del mundo se expandió al punto que actualmente Corporación América Airports cotiza en Nueva York.
Pero la “mano invisible” del Estado también está presente en su negocio de biocombustibles con Unitec Bio. Esta actividad se expandió enormemente gracias a los beneficios que otorgó la Ley de Biocombustibles, votada durante el Gobierno de Néstor Kirchner.
Y otro tanto podría decirse de la obra pública a la que se dedica con su empresa Helport, donde la relación con el Estado es siempre oscura, o con los servicios financieros donde es clave la regulación del Banco Central.
Existe un mito en el que los libertarianos insisten tanto que se convierte en un sentido común muy extendido: es el mito que afirma que el Estado mata a la iniciativa privada.
Este mito se complementa con otro que afirma que el éxito en la innovación en la sociedad capitalista se debe a emprendedores solitarios, como Eurnekian, que con ideas brillantes se la juegan, arriesgan su capital, para llevarlas adelante. La realidad es bien distinta.
Como explica Mariana Mazzucato en un libro que se titula El Estado emprendedor, del cual se pueden debatir muchas cosas, pero que es muy sólido al explicar que los “genios de la innovación” son, en verdad, beneficiarios privilegiados de las inversiones públicas, es decir de los fondos del Estado. Ella se refiere a los libertarianos del Silicon Valley, pero la afirmación también vale para los Eurnekian de estas pampas.
Valiéndose de negocios o negociados varios con el Estado, Eduardo Eurnekian llegó a convertirse, durante este año, en el cuarto empresario más rico del país, según la Revista Forbes: su patrimonio está valuado en U$S1.900 millones.
A esta historia habría que agregar otros datos. Martín Eurnekian, sobrino de Eduardo Eurnekian y quien ejerció cargos en sus empresas, apareció en los Pandora Papers como beneficiario de un esquema de mamushkas, es decir de empresas adentro de otras empresas, esquema utilizado típicamente para evadir impuestos y fugar capitales a guaridas fiscales.
De todo esto Milei no dice nada. Para él simplemente Eurnekian es un “héroe”.
Pero, en realidad, la omisión de Milei es más general ¿Alguna vez alguien lo escuchó hablar de los empresarios que se benefician espuriamente de los recursos públicos, de los que fugan capitales a paraísos fiscales financiados con préstamos del FMI y con la deuda externa con acreedores privados?
¿Alguien lo escuchó hablar de los grandes grupos económicos, como el de la familia Macri, que se beneficiaron con la nacionalización de deudas que realizó Domingo Cavallo a la salida de la dictadura, una hipoteca que se fue reciclando y que pervive hasta hoy? ¿O de los que se quedaron con las privatizadas a precios cuidados cuando Menem remató el patrimonio público?
Nadie lo va a escuchar hablar de todas estas estafas a las mayorías trabajadoras porque Milei no es un león, tal como él se presenta. Milei, en realidad, es un perrito faldero de los dueños del país.