El Foro Llao Llao 2023 es un exclusivo encuentro que reúne a los grandes empresarios y dirigentes políticos para analizar la actualidad de Argentina y se reunirá en Bariloche a partir de este lunes 17 al miércoles 19 de abril. Los candidatos patronales que aspiran a la presidencia como Horario Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y el “libertario” Javier Milei asistirán al evento. A diferencia del año pasado, en que disertó el ministro Martín Guzmán, hasta ahora no se confirmó la presencia de un representante del Frente de Todos. La organización del foro también mandó invitaciones a Alberto Fernández y a los ministros de Economía, Sergio Massa, y del Interior, Eduardo Wado de Pedro, pero todavía no hubo confirmación de que asistirán. Del peronismo participará el gobernador de Santa Fe, Omar Perotti.
Los dueños del país plantearán su clásico pliego de demandas para el próximo gobierno las contrarreformas (laboral, previsional y tributaria), avanzar con el ajuste en una economía con turbulencias por la inflación y las bajas reservas en el Central en un mundo inestable.
Agenda antiobrera
El Foro Llao Llao surgió en 2012, aunque en ese momento tenía otro nombre. El dueño de la constructora IRSA, Eduardo Elsztain, le propuso al grupo de empresarios un encuentro en el hotel para festejar la reapertura. En 2016 empezó a llamarse formalmente Foro Llao Llao.
Entre los empresarios que participan del evento están Martín Migoya, de Globant, y Marcos Galperín, el titular de Mercado Libre, Cristiano Rattazi, el exjefe de la FIAT, Guibert Englebienne, directivo de Globant. Gustavo Grobocopatel, Marcos Bulgheroni, PAE; Federico Braun, de la Anónima; Sebastian Bagó, y Veronica Andreani, de la compañía de logística Andreani, son algunos de los más de 100 empresarios que estarán presentes.
La semana pasada ya hubo un encuentro de los dueños del país con los principales candidatos presidenciables que anticipan la agenda antiobrera que se debatirá en el foro de Bariloche. El almuerzo con el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp) tuvo como orador central a Mauricio Macri. El Cicyp nuclea al grupo de los seis (Cámaras de Comercio y Construcción, la Bolsa, la Rural, los bancos y la UIA) y está presidido por Marcos Pereda, vice de la Rural. El discurso de Pereda apuntó contra el “déficit enorme”, “festival de tipos de cambio”, "una asfixiante presión tributaria" y lanzó que "el país está a la deriva". Por su parte, Mario Grinman, presidente de la Cámara Argentina de Moderna, afirmó que “el 23 va a ser un año mucho peor que el 2022. Es un año complicado y va a haber que llegar a como dé lugar lo más calmo posible sin conflictividad social".
Las palabras de Pereda revelan que los grandes empresarios pretenden un mayor ajuste y más beneficios impositivos de los que tienen. El Estado pierde recaudación por las exenciones empresarias lo que empeora el déficit fiscal, pero eso siempre se omite en los llantos patronales. Según el Presupuesto 2023, solo por los regímenes de promoción económica (incluye economía del conocimiento como Mercado Libre, actividad minera, autopartes, otras) el Estado pierde de recaudar este año $ 995.057 millones, que representa el 0,68% del PIB. Sobre el reclamo de los diversos tipos de cambios, ¿la propuesta es devaluar? El Gobierno ya cedió ante las patronales agrarias con una nueva versión del dólar agro, que reconoce un tipo de cambio más alto que el oficial a $300, pero ampliada a más sectores como carnes, leche, pescado, café, té, yerba, tabaco, azúcar, aceites, madera, seda, algodón, lana.
La advertencia empresaria sobre llegar a fin de año “sin conflictividad social” es un reconocimiento al malestar social producto de la inflación, los bajos salarios y el deterioro de las condiciones de vida que el Frente de Todos prometió revertir y no cumplió. Las direcciones sindicales juegan un rol importante en evitar estallidos, pero el malestar está presente.
Patricia Bullrich y Macri afirman que hay que evitar el gradualismo y elegir un sendero de shock, pero este camino enfrentará el límite de una relación de fuerzas que no pudo ser modificada, y por tanto es posible que haya resistencia si se pretende avanzar con contrarreformas. Así lo demostraron las trabajadoras y los trabajadores de Mondelez que cortaron la semana pasada la Panamericana en rechazo a los despidos y a un acta que flexibiliza las condiciones de trabajo. “No aguantamos más” afirmó Stella Cabral, trabajadora de la multinacional, quien denunció que sus compañeras embarazadas golpean sus panzas con las cajas por los altos ritmos de producción. Gracias a la flexibilización laboral aumenta la explotación de la fuerza de trabajo, y así la ganancia empresaria. Este es el deseo patronal.
¿La economía a la deriva?
Los dueños del país ansían un nuevo ciclo de expansión, pero la economía acumula más problemas. La inflación de marzo fue de 7,7%, según publicó el Indec y la suba en los precios de los alimentos fue de 9,3%, que añade mayor malestar social. En el Gran Buenos Aires el incremento en el rubro de alimentos fue superior (9,7%) y son los sectores de menores ingresos los más afectados.
La inflación de marzo fue un golpe a la candidatura del ministro de Economía, que viajó otra vez a Estados Unidos en busca de fondos frescos (dólares). Si la suba de precios mensual se mantiene en 6% desde abril hasta diciembre la inflación a fin de año superaría los tres dígitos (106%).
La meta de 60% de inflación pautada en el Presupuesto 2023 y la intención oficial de cerrar las paritarias a ese mismo porcentaje podrían descartarse. El propio FMI recalculó sus proyecciones de 2023 para Argentina y anticipa una inflación de 88% y un freno a la economía con un anémico crecimiento de 0,2%. El Fondo es responsable por este deterioro ya que el Gobierno aplicó sus recetas como suba de tarifas, tasas de interés y ajustes del tipo de cambio. Se trata de un panorama poco alentador en un contexto mundial que como anticipa el propio organismo internacional habrá un menor crecimiento de la economía global a 2,8% para este año y prevé una desaceleración general en el crecimiento a mediano plazo.
Por su parte, Massa participó de las Reuniones de Primavera del FMI, mantuvo un encuentro con la número dos del Fondo, Gita Gopinath, porque pretende flexibilizar las metas del acuerdo y el anticipo de desembolsos para este año (en 2023 saldrán más dólares hacia el Fondo de los que ingresen al país). Públicamente tanto la titular del organismo Kristalina Georgieva como Gopinath reconocieron el impacto de la sequía en el país, pero ratificaron las metas de déficit fiscal primario para este año. En resumen: ok con la sequía, pero el ajuste sigue.
El ministro pasó la gorra y volvió con un préstamo acordado con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por U$S 200 millones para mejoras en el sistema de salud y un acuerdo con Fondo Soberano Saudí por U$S 500 millones para financiar proyectos de infraestructura y energía. En la primera semana del dólar agro se calcula que ingresaron alrededor de U$S 800 millones, pero son dólares para hoy que faltarán luego cuando la medida termine y las patronales se nieguen a liquidar a un tipo de cambio más bajo. La incógnita es si el Gobierno llegará con los dólares necesarios o avanzará con una devaluación del tipo de cambio oficial como pide el Fondo. Una medida que Massa quiere evitar porque implicaría echar más nafta al fuego de la inflación. La semana pasada el dólar blue se recalentó y llegó a $400, las presiones cambiarias se acelerarán a medida que se aproximen las elecciones.
Las contradicciones en la economía se acumulan y los dueños del país se preparan con sus candidatos para imponer su programa (devaluación, reformas estructurales). Ante este “programa” es necesaria una salida a la crisis a favor de las mayorías populares como propone la izquierda, que plantee un aumento de emergencia de salarios, jubilaciones, programas sociales, la reducción de la jornada laboral a 6 horas, sin rebaja salarial, para repartir el trabajo entre ocupados y desocupados, el desconocimiento soberano de la deuda y la expulsión del FMI. La salida es por izquierda.
|