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18 de abril de 2023 Twitter Faceboock

Fundamentos
Fallo Balbuena: cómo funciona la infiltración secreta de la Federal para espiar
Larisa Pérez | Abogada @Larisaperez_

"Balbuena demostró ser mejor espía que James Bond" dijo el juez que condenó a tres oficiales de la Federal por la infiltración y espionaje político durante diez años a organismos de derechos humanos, gremiales, sociales y partidos de izquierda, en los fundamentos de su fallo. ¿Cómo funciona el Cuerpo de Informaciones de la Policía Federal? Lo que quedó expuesto por primera vez sobre los mecanismos secretos de espionaje ilegal institucional en este juicio.

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“Américo Alejandro Balbuena, desde el año 2002 hasta el mes de abril de 2013, siendo Oficial Mayor de Inteligencia de la División Análisis de la Policía Federal y ocultando esa condición, desarrolló en forma constante, tareas de inteligencia” comienzan los fundamentos del fallo de Daniel Rafecas, que condenó a Balbuena, y sus exjefes Alejandro Sánchez y Alfonso Ustares, por incumplimiento de deberes de funcionario público, luego de diez años de denuncia y lucha. Y continúa: “desempeñándose como supuesto periodista de la Agencia Walsh, en infracción a las leyes que regulan la actuación de esa fuerza y de los organismos de inteligencia, tendientes a obtener información de distintos integrantes de organizaciones políticas, sindicales, sociales, estudiantiles y de derechos humanos, como la Asociación de ex Detenidos Desaparecidos, el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), el Partido Obrero (PO), el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), y la agrupación “La Alameda”, entre muchas otras.”

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Desde el momento en que se dió a conocer que era un "pluma", el espionaje político fue denunciado por los integrantes de la Agencia Walsh, entre quienes estuvieron Rodolfo Grinberg y Oscar Castelnovo -también testigos y querellantes en el juicio-, organismos de derechos humanos como el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, y las organizaciones mencionadas. Una pelea que dieron en las calles y llegó a término cuando lograron sentar un precedente histórico como querella junto a los abogados del CeProDH Matías Aufieri, Liliana Mazea, Carlos Platowsky, y Myriam Bregman: que se condene por infiltración y espionaje ilegal a un oficial secreto del Cuerpo de Informaciones, los “plumas”, y dos Comisarios de la PFA.

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La condena, demorada diez años, y con penas de solo dos años de prisión en suspenso para Balbuena, Sánchez y Ustares -el máximo para esta figura- tuvo una enorme repercusión por la importancia que significa en la pelea por las libertades democráticas contra el avance represivo sobre las organizaciones populares, pero también por exponer uno de los secretos mejor guardados de la Federal y la “democracia”: el espionaje político institucional. Toda la cobertura del juicip podés encontrarla acá.

Las verdaderas tareas de Balbuena

“No fue posible ni para Balbuena, ni para su defensa, comprobar prácticamente ninguna actividad policial oficial a lo largo de los once años que duran estos eventos: ni el horario que cumplía Balbuena como oficial de policía, ni las tareas específicas que desarrollaba en la sede de dicha División.” Por el motivo expresado, el juez Daniel Rafecas entendió que: “Resulta poco creíble que para Balbuena su tarea en la Agencia Walsh, solo tuviera como intención realizar un hobby o pasantía para una carrera como periodista”, y que “la actividad principal de Américo Alejandro Balbuena no se desarrollaba dentro de la dependencia policial a la que pertenecía, sino que era aquella que desempeñaba como movilero de la Agencia Rodolfo Walsh, a la que le dedicaba exclusividad y absoluta disponibilidad, y que claro está, era evidentemente avalada por sus superiores en la fuerza a la que pertenecía.”

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El fallo explica que “testigos como Enrique “Cachito” Fukman, Christina Castillo, Maria del Carmen Verdú, Claudio Dellecarbonara, Oscar Castelnovo, Vilma Ripoll testificaron de forma unánime, coincidieron acerca de su continua presencia, en todas las actividades publicadas y comunicadas por las organizaciones a las que pertenecen, sino también en las reuniones organizativas llevadas a cabo previo a los actos, marchas, movilizaciones, etc.” Por lo tanto, concluye que: “Su elección de la Agencia Walsh no fue casualidad, la afinidad ideológica con las organizaciones sociales cuyos reclamos cubría y acompañaba, le permitió generar vínculos con diferentes referentes y militantes (..) que confiaban en la agencia, y así interrogarlos en miras a obtener datos vinculados al accionar, conformación, ideología, acciones a futuro y demás datos de interés respecto de las agrupaciones y sus integrantes.” Especialmente se recuerda lo manifestado por Christian Castillo respecto las causas contravencionales que contenían informes realizados por Balbuena para la Agencia, y el visible interés por las causas que involucraban personal policial, como por ejemplo “el caso Cromañón” o el asesinato a Mariano Ferreyra destacado por María del Carmen Verdú.

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“El excelente desempeño que Balbuena evidenciaba como agente secreto infiltrado en su rol de falso periodista, en una agencia de noticias que le permitía acceder, en forma directa e inmediata, al mismísimo corazón de un sinnúmero de agrupaciones políticas, sindicales y de derechos humanos.”

La misión de infiltrar asambleas barriales en el 2001: el contexto de infiltración de Balbuena

Sánchez y Ustares argumentaron durante el juicio que entre las tareas de la División a la que pertenecían estaba el control anticipado de las manifestaciones o protestas en la vía pública. Alfonso Ustares, comisario retirado de la Policía Federal, relató en el juicio el momento en que asumió como jefe de la División Análisis de la Superintendencia del Interior: “La demanda que yo tenía era el conflicto en la vía pública, en esa oportunidad estaban las asambleas barriales. Esa problemática era dantesca. La división que yo en ese momento conducía era requerida prácticamente por toda la línea de mis superiores que era: el Departamento, el Comisario mayor, y el Superintendente. (...) Tenía carencia de personal y pido gente, al mes siguiente me mandan un sinnúmero de auxiliares del Cuerpo de Inteligencia”. Ustares, con total naturalidad, explica que había tantas asambleas barriales, cortes de calle, que “comenzamos a trasladar gente de seguridad del Cuerpo de Informaciones a esos lugares” para “ser puentes comunicacionales con los organizadores de las asambleas, hacer de nexo para ordenar la protesta, el tránsito y la libre circulación”.

¿Por qué asumieron esta tarea agentes secretos de inteligencia? Una cuestión fundamental que no quedó explicada, y queda al lector sacar las conclusiones mientras queda expuesto el funcionamiento de la División. Los fundamentos del fallo echaron luz sobre los motivos profundos de la infiltración, que no fue casual, ni una iniciativa individual de un espía, conocida por sus superiores y también sobre la misión del Cuerpo de Informaciones. “Las agrupaciones con las que se vinculaba Balbuena no son aquellas que aparecen en las tarjetas personales o notas presentadas por Sánchez, intentando reflejar el buen vínculo de la División con las mismas. La utilidad de la información colectada por Balbuena, da mayor sentido a la finalidad de la incansable tarea ilegal que llevaba a cabo por medio de la Agencia Walsh” dictaminó el fallo.

Asimismo destacó que: “Contar con un infiltrado que tenga acceso no a una, o a dos, de dichas personas o agrupaciones, sino a todas ellas; (...) durante más de una década, con una constancia y dedicación notables, consagrando su carrera profesional como “pluma” a la construcción y sostenimiento en el tiempo de ese falso personaje, proveyó información de suma utilidad para la División Análisis.”

Una de las contradicciones expuestas por la querella en el juicio y que el fallo también recoge respecto las supuestas tareas de Balbuena y la División Análisis, y su infiltración como periodista de la Agencia Walsh, es el viaje de Balbuena a Mar del Plata a la cumbre del ALCA el 2005, donde no figura en el registro un permiso que le permita trasladarse, como debía hacerse según el reglamento de esta fuerza.

La responsabilidad de Sánchez y Ustares

Además de la "coincidencia" entre el objetivo de la División Análisis y la infiltración ilegal de Balbuena, la condena a Sánchez y Ustares expuso la responsabilidad concreta como Jefes de la División Análisis, afirmando que “estuvieron en conocimiento de las actividades de inteligencia ilegal realizadas por su subordinado Balbuena, y omitieron deliberadamente hacerlas cesar.”

Dentro de los elementos que lo demuestran, están “La flexibilidad de cumplimiento de días y horarios le era otorgada para que pudiera llevar a cabo las prácticas de espionaje ilegal” y el “legajo intachable repleto de calificaciones brillantes y sin sanción alguna”. Entre los años 2002 y 2010 el tribunal consideró que se trató de "la congratulación de la jefatura policial de inteligencia, hacia el agente Balbuena” y que “sus superiores no solo sabían las tareas que cumplía Balbuena en la calle, espiando ilegalmente a los organismos denunciantes, sino que las avalaban y consideraban correctas y eficientes.”

Balbuena no era como James Bond (comparación traída al juicio por Sánchez), demostró ser mejor que James Bond, ya que finalmente fue descubierto, por circunstancias que le fueron absolutamente ajenas.”

Balbuena no salió de un repollo: qué es el Cuerpo de Informaciones

El Cuerpo de Informaciones de la Policía Federal tuvo su origen bajo el gobierno de Juan D. Perón con el escalafón de auxiliares de inteligencia de Coordinación Federal, pero se creó formalmente recién en 1958. Jorge Osinde estaba entonces a cargo de Coordinación Federal para luego ser uno de los ejecutores de la masacre de Ezeiza en 1973. Al día de hoy el Cuerpo se sigue rigiendo bajo los decretos ley secretos 2075/58, 9021/1963 con la firma de José María Guido, y 2322/1967 durante la dictadura militar de Juan Carlos Onganía.

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En este fallo se determinó que estos decretos "no se adecuarían a la normativa vigente en materia de Inteligencia Criminal, ni se ajusta a los derechos y garantías que rigen en un Estado Constitucional de Derecho.” y se envían para ser revisadas por la Comisión Bicameral de Fiscalización de Organismos y Actividades de Inteligencia del Poder Legislativo.

Entre otras cosas, se resalta que es “un servicio de inteligencia que otorga carácter secreto a los integrantes del cuerpo en sus tareas específicas,(..) que no se encuentra sujeto a ningún tipo de control administrativo, judicial y parlamentario, y no siendo incompatible el cargo que desempeñan con otro empleo de la Administración Pública Nacional, provincial o municipal (art.5° del Dto. Ley s 9021/63)”.

La declaración testimonial de Marcelo Saín en el juicio colabora a interpretar qué implican estas normas: la misión del cuerpo “En el primer artículo del decreto secreto 2322/67 dice que las funciones son la contrainteligencia.” La obtención de información y las tareas de inteligencia son el motivo de existencia del Cuerpo, y la razón para sostener el secretismo que lo rodea. Saín arrojó otra conclusión: “Este Cuerpo es un bastión autoritario dentro de un plexo normativo democrático y siguen teniendo la facultad de infiltración.”

Esta denuncia la vienen realizando Myriam Bregman y Nicolás del Caño, como diputados nacionales del Frente de Izquierda. Además de haber presentado un proyecto para que el Congreso derogue las leyes que permiten exista este Cuerpo, recientemente interpelaron al ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, por su existencia, y la negó despectivamente: pero este fallo desmiente al propio gobierno.

¿Qué pueden hacer sus agentes?

Por ley son agentes secretos. No pueden dar su identidad ni en un procedimiento legal, y tienen la obligación de no dar cuenta donde revistan. El incumplimiento de este secreto está protegido por sus leyes y las sanciones disciplinarias más altas. Cuál es la falta más grave dentro del régimen disciplinario especial que tienen: la infidelidad. La segunda: develar la existencia del Cuerpo. Incluso el propio jefe de la Policía todavía tiene la facultad de negar la existencia del Cuerpo.

A diferencia de los organismos de inteligencia militares, el Cuerpo se conforma con personal civil, como la Agencia Federal de Inteligencia. Además, estos agentes tienen una capacidad única: tener otro empleo .¿Para qué un agente secreto de la Policía Federal, dedicado a la reunión de información para contrainteligencia tendría otro trabajo? La respuesta cae de madura: para poder infiltrarse. Saín declaró: “No hay ninguna estructura de inteligencia en la Argentina que tenga esta facultad, la posibilidad de ser empleado por cualquier organismo estatal y hacer carrera al mismo tiempo, con estas funciones específicas”, confirmando que esto es lo que garantiza las condiciones para infiltrar agentes, una política propia de la inteligencia desde hace décadas. Cada "descubrimiento de un "pluma" lo confirma, el caso más conocido fue "Iosi: el espía arrepentido" llevado a serie por Amazon Prime. La excepción a esta facultad es cumplir funciones en servicios informativos oficiales o privados, policías particulares, agencias informativas comerciales o similares. Algo que quedó demostrado en el juicio a Balbuena, no es un límite para los “plumas”, ya que no se cumple.

La omisión “consentida y voluntaria” y la violación de “la normativa vigente, que prohíbe a los organismos de inteligencia realizar tareas represivas, poseer facultades compulsivas, cumplir por sí, funciones policiales ni de investigación criminal, salvo ante requerimiento específico realizado por autoridad judicial competente” es lo que el fallo resaltó sobre Balbuena, sus jefes y termina dejando abierta la impugnación al conjunto del objetivo de este Cuerpo, como expuso la querella dentro del juicio y también en el Congreso.

Por eso, Myriam Bregman reflexionó al conocerse esta condena que “Se demostró que no son cuentapropistas, porque fue condenado Balbuena, dos de sus jefes de la Policía Federal. Los espías políticos no actúan solos o por cuenta propia. La pelea que dimos demostró que no, que tienen una estructura orgánica y que cumplen órdenes cuando realizan este tipo de espionaje político.”

 
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