Un grupo de trabajadoras y trabajadores reunidos el martes 17 de abril ante a los portones de la empresa pública Café Venezuela, de Pampán, estado Trujillo, emitió un mensaje reclamando ¡justicia laboral!, por ser víctimas de "suspensión" arbitraria. Con esta figura se les aparta de las labores de producción o administrativas y se les priva de beneficios laborales complementarios del casi inexistente salario mínimo, absolutamente precario.
Trabajadores y trabajadoras de Café Venezuela (empresa pública) con pancartas frente a la empresa que no los deja entrar a laborar. Imagen: cortesía de trabajadores
El personal afectado, que desconoce los fundamentos de la medida y la considera ilegal, interpreta esto como un "despido indirecto" y una manera de camuflar la violación de la inamovilidad laboral. Las razones son desconocidas y los trabajadores no son correctamente informados; simplemente se encuentran con que al ir a su trabajo se les cierran las puertas y no pueden entrar a realizar sus labores.
Esta conducta patronal constituye una práctica incluso peor que la que se puede observar en las empresas de capital privado, donde los empresarios se aprovechan del mal ejemplo que les da la gerencia de las empresas del Estado, y de las políticas anti-laborales que se vienen implementando en desmedro de las familias venezolanas de clase trabajadora, de la alimentación de los niños pequeños, de la salud de las personas enfermas, provocando una desestructuración e inestabilidad social que le hace mucho daño al país.
Las instituciones del trabajo miran para otro lado y lanzan un silbidito, como que la cosa no va con ellas, porque están ahín para reafirmar los abusos de los patronos, sea el Estado o sean los capitalistas particulares.
Es triste que después de 10 o más años de laborar en una empresa, cumpliendo con las obligaciones establecidas, ocurra como dice una trabajadora, que la empresa te cierre las puertas y te ignore. Eso es como quien echa a alguien de su casa a patadas y es obviamente injusto e indigno, propio de autoridades maltratadoras e insensibles con el pueblo.
Las trabajadoras y trabajadores se han tenido que plantar con pancartas a las puertas de las intalaciones porque ni les dejan entrar, ni sale algún gerente o responsable de la empresa a dar explicaciones, a escuchar las quejas y las angustias. Portazo y vuelta de espaldas es el trato que indigna a la masa laboral. En su pancarta principal declaran "persona no grata" al coronel Mirko Rojas, presidente de Café Venezuela por el "despido indirecto masivo" aplicado contra los trabajadores.
Dicen en su video los trabajadores y trabajadoras de la planta de Café Venezuela en Pampán, que hay más de 80 trabajadores que están sufriendo la misma situación en las empresas del sector, en Trujillo y en el estado Lara, sin que se sepa a qué obedece este "despido indirecto masivo", si es que las empresas fueron quebradas o mal administradas y no tienen dinero para atender a sus compromisos o qué es lo que pasa para que se actúe de esta manera tan irresponsable e indolente con los obreros y obreras. Y por eso asumen esta situación como un problema de todas y todos los que trabajan o han sido echados malamente de las empresas del café, que siendo públicas tienen una política laboral comparable a quienes usan los peores métodos para fines de lucro y ganancia personal.
Los trabajadores denuncian también el papel que cumple el sindicalismo pro-patronal (SUTRACAFÉ), que estando fuera de ley, con cinco años de caducidad electoral como directiva, se abroga la representación perdida ante los trabajadores para acordar con la empresa la firma de documentos de manera inconsulta con la base.
Una trabajadora llamó especialmente la atención por la situación en que les dejan con esta "suspensión" arbitraria, que merma sus ingresos, teniendo, por ejemplo, que hacerse cargo de familiares con discapacidad y con problemas de salud, además de personas vulnerables como los niños. Y otra trabajadora, se quejó emotivamente, con voz quebrada, por la falta de respuesta a una solicitud que le hizo al presidente de Café Venezuela, el coronel Mirko Rojas con motivo de la muerte de su papá.
Esta es una contradicción que se ve con frecuencia en altos funcionarios públicos que se muestran indolentes con los trabajadores pero pueden salir haciendo gala de acciones "benéficas" para efectos de propaganda y relaciones públicas, o para promoverse en una elecciones a algún cargo institucional. Echan y malpagan a los trabajadores, pero salen besando a viejitas para la foto.
Si las autoridades son indolentes con los trabajadores, lo que se impone entonces es la unidad y solidaridad de clase en la lucha, entre quienes vienen enfrentando este tipo de atropellos en medio de la terrible crisis social que vive el país.
El video de los trabajadores de Café Venezuela, de Pampán, Trujillo, cierra con la consiga: ¡Justicia Laboral!
Nota: Si quieres solidarizarte con estos trabajadores y trabajadoras, puedes tuitear o enviar por las redes sociales esta noticia con un mensaje de apoyo; así contribuirás a la difusión de la denuncia, presionarás a las autoridades y apoyarás a nuestra sufrida clase obrera en lucha.