Cerca de 200 ciudadanos venezolanos, colombianos y haitianos, junto con sus familias se encuentran en la frontera de Chile-Perú, entre los controles fronterizos de Chacalluta (Arica) y Santa Rosa (Tacna), sin poder entrar al Perú.
El jueves 13 de abril la Policía Nacional del Perú (PNP) interceptó el paso de migrantes que se encontraban indocumentados, quienes se dirigen a la ciudad de Tacna, luego de no poder entrar a Chile, producto de las leyes que se han venido aprobando este último tiempo como parte del proyecto de infraestructura crítica que mantiene las fronteras militarizadas.
Entre el grupo de personas migrantes se encuentran mujeres, embarazadas, niños y adultos, donde el 40% son menores de edad. Hoy se encuentran varados, a pleno sol y solo han podido mantenerse gracias a la solidaridad de personas y organizaciones.
La agenda anti inmigrante
La ley de infraestructura crítica es parte del conjunto de leyes represivas y punitivas que ha venido llevando adelante el gobierno, tomando la agenda de la derecha, dando mayores facultades a la policía y militares para reprimir y quedar en completa impunidad. Una impunidad mucho mayor a la que ya tienen.
El discurso de un gobierno a favor de los derechos humanos quedó por el suelo, porque en hechos concretos, este tipo de políticas, vuelve mucho más vulnerable la seguridad personal de quienes se ven obligados a migrar. De hecho, este tipo de políticas son promotoras en última instancia, del tráfico de inmigrantes o de las redes de trata.
El 12 de abril esta situación se dio de forma similar en la frontera de Chile y Bolivia, donde eran 300 los ciudadanos extranjeros quienes tenían que mantenerse en plena intemperie.
Estas políticas reaccionarias son caldo de cultivo para la xenofobia. Debido a que generan un sentido común de igualar delincuencia y migración, lo que termina por estigmatizar a los migrantes. Los gobiernos de Chile y Perú terminan convirtiendo en chivos expiatorios a los sectores más marginados y oprimidos de la clase obrera.
Una respuesta de fondo a la crisis migratoria
Los cerca de 200 extranjeros que se encuentran atrapados en medio de la frontera exigen volver a su país, producto del aumento restrictivo para el paso en la frontera de Chile.
Para dar una respuesta profunda a la crisis migratoria, es necesario impulsar un plan de acogida internacional, que mejore las condiciones de los migrantes y las localidades que los acogen. Esto concretamente se debería traducir en terminar con las deportaciones forzadas, asegurar el derecho al libre transito sin discriminacion, garantizar el derecho a residencia, a la salud, desarrollar planes de vivienda y urbanismo, donde busquemos mejorar la calidad de vida de toda la población trabajadora independiente si es nativa o si es extranjera. |