Nos dicen que la juventud no luchamos, pero lo que no nos dicen es que hacen todo lo posible para que no luchemos; nos mandan policía para reprimirnos, aprueban leyes que nos quitan libertades en los centros de estudio, nos ponen partes o nos despiden si decidimos alzar la voz… Y lo peor de todo es que nos hacen creer que esta pasividad en la juventud es algo natural, como si ellos no se encargaran de silenciarnos y perseguirnos para seguir perpetuando un sistema capitalista cuyas bases son la explotación y la opresión.
En las aulas hablamos de cualquier cosa pero no se nos deja participar para que podamos expresar de qué queremos que se nos enseñe y donde se nos obliga a tomar exámenes sin ningún valor real para nuestro aprendizaje. No queremos tener exámenes, queremos estudiar lo que queremos, aprender sobre política, a cómo tomar control sobre nuestra vida, tener educación sexual de calidad, queremos decidirlo todo.
Lo que queremos (y necesitamos) es que no nos aíslen de la realidad, queremos poder hablar de la precariedad a la que nos condena este sistema, de la guerra en Ucrania, de la lucha de clases en Francia, de cómo un montón de centros de estudio han parado y se han unido a los trabajadores para parar la reforma de pensiones de Macron… Pero claro que esta movilización y autoorganización no les interesa ni al gobierno “progresista” ni mucho menos a la burguesía para la que gobiernan.
Nos venden que la única manera que tenemos de participar activamente en política es votar cada 4 años a partidos reformistas que solo le bailan el agua al capitalismo y que aunque dicen que gobiernan para la clase trabajadora, realmente lo hacen para el IBEX35, para la monarquía y para los burgueses. Quieren que el resto de los días de al año nos mantengamos con la cabeza baja, sin tocar de verdad los intereses de los grandes capitalistas, a lo que nosotras decimos claramente que ni en sueños, que allí vamos a estar para luchar en cada centro de trabajo, en cada universidad, en cada insti y en las calles para construir una sociedad con independencia de clase, sin explotación ni opresión, una sociedad socialista.
Por eso pese a que no quieren que se hable de política, pese a que no tienen ningún problema en que el ejército y la policía que nos mandan a pegar a manifestaciones como las del asesinato de Samuel nos de charlas cada año, y mientras la educación sexual es prácticamente nula y completamente estigmatizante para las disidencias sexuales, nos ponen mil pegas para hacerlas sobre feminismo, antirracismo o la comunidad LGTB, o incluso cuando pedimos una educación sexual completa y diversa.
Frente a esto nosotras nos seguimos organizando, por eso hacemos concentraciones el 7 de marzo llamando al 8M, por eso ponemos mesas informativas en los descansos llamando a nuestros encuentros, por eso ponemos carteles en cada corcho que vemos y aunque nos los intenten quitar los ponemos de nuevo, y damos panfletos, hablamos con la gente, por eso nos legalizamos en institutos, por eso hacemos Cátedras libres Karl Marx en las universidades…
Porque aunque quieran que nos acostumbremos al sistema de producción capitalista y nos preparemos para estar sumisos ante un jefe, porque así es “como funciona el mundo”, nosotras le decimos que no, que así no queremos que funcione el mundo, que así funciona el capitalismo. Y que no nos vamos a conformar con las migajas que nos dejan, que vamos a por el pan entero, y que por eso vamos a seguir organizándonos todas juntas en cada rincón que podamos, porque no queremos que nos roben el futuro, y que no lo van a hacer.
Que encuentros como el de Madrid en el que nos reunimos con más de 120 jóvenes trabajadores y estudiantes nos llenan de orgullo y demuestran que sí que podemos, y que no estamos solas.
Nos encaminamos hacia la construcción de una juventud revolucionaria y socialista convencida de la necesidad de tumbar este sistema de mierda, convencida de la estrategia necesaria para hacerlo y convencida de nuestro fin último: una sociedad libre de opresión, de explotación y de los capitalistas que acumulan riqueza y recursos a costa de nuestras vidas.
Para conseguir esto que nos proponemos, que no es poco, tenemos que entender bien nuestro papel, nuestra posición y por lo que luchamos desde los institutos y las universidades. No sé vosotras, pero yo estoy hasta el culo de no tener ni voz ni voto en lo que estudio y en cómo lo hago, de verme a mí y a todes mis compañeres sufrir día a día por la ansiedad que nos genera este sistema educativo a imagen y semejanza del sistema capitalista y de que se me enseñe a obedecer y callar desde los tres años.
Creo que es momento de decir "se acabó la obediencia y el silencio ante quienes nos buscan convertir en máquinas de trabajo sin ideas". Porque la vida es más que memorizar cosas que nos la pelan durante años para después pasar los que nos quedan explotados.
Porque aspiramos a ser la juventud combativa y revolucionaria que rechace todo lo impuesto y lo cambie, por eso desde los institutos vamos a lanzar una campaña contra la prueba segregadora y clasista de la EVAU. Porque el mito de la meritocracia deja detrás a la clase trabajadora y nos destroza mentalmente, porque no queremos seguir compitiendo a ver quién memoriza mejor y por una educación libre y gratuita. Tenemos que plantarle cara a este examen inútil que nada tiene que ver con nuestro aprendizaje y capacidades y a este sistema educativo que solo nos enseña a sufrir, a agachar la cabeza y a taparnos los ojos ante el percal que nos han montado las grandes empresas. Porque no queremos vivir para trabajar ni trabajar hasta morir. |