El dólar blue pegó un nuevo salto en la jornada de este martes al aumentar $33 hasta los $495 para la venta, después de registrar un máximo histórico intradiario nominal de $497. La brecha con el oficial alcanzó el 124,1%. El dólar oficial cerró a $226,50 para la venta en el Banco Nación. Los dólares financieros también subieron, contado con liqui aumentó 0,93%, y Mep 1,70%.
Este incremento del dólar paralelo es posible que dispare la remarcación de precios en previsión a una posible devaluación del tipo de cambio oficial, lo que significará un golpe al salario.
En este contexto, el presidente Fernández dijo que el ministro de Economía, Sergio Massa, está trabajando en forma “muy consustanciada” para “superar” la situación económica. También el mandatario responsabilizó a la “derecha argentina” por el salto del dólar blue y ratificó a Miguel Pesce al frente del Banco Central, funcionario cuestionado por la sangría de reservas.
En tanto Massa afirmó, vía redes sociales, que "vamos a usar toda las herramientas del Estado para ordenar esta situación y en ese sentido notificamos al FMI de las restricciones que pesaban sobre la Argentina y vamos a cambiar en la rediscusión del Programa".
Pero las presiones devaluatorias siguen. El actual esquema de tasas de interés, inflación y aumento del dólar, que son las tres variables claves en esta historia, resulta poco atractivo para sostener posiciones en pesos. Por lo cual, los grandes especuladores siguen presionando sobre el dólar.
En tanto, por la debilidad de las reservas los grandes empresarios y las patronales agrarias presionan por una devaluación. El Gobierno con el dólar agro pretende fortalecer las reservas, pero el impacto de la sequía afecta el ingreso del billete verde. La incertidumbre política y del rumbo económico también provoca una búsqueda de cobertura ante el dólar y presiona al alza la divisa.
Si bien el Gobierno realiza ajustes del tipo de cambio oficial e incluso el Fondo le pidió que acelere estos movimientos, es posible un salto mayor del dólar oficial, que acelerará los precios y profundizará el deterioro del poder de compra del salario y, por ende, de las condiciones de vida.
Una devaluación es una medida que genera beneficios extraordinarios para unos pocos y significa una transferencia de ingresos desde el pueblo trabajador hacia el gran capital. La defensa del salario está en primer orden frente a las presiones devaluacionistas. Es urgente un aumento de emergencia de salarios, jubilaciones y planes sociales junto a otras medidas que son parte de un programa de otra clase.
Ante el ajuste que avanza, que ya provocó que el 40 % de la población esté bajo la línea de pobreza, las centrales sindicales mantienen una tregua escandalosa y permiten que los ingresos de las grandes mayorías populares y trabajadoras se deterioren día a día. Ante este panorama, es urgente y necesario un paro nacional y plan de lucha en el camino de la huelga general para derrotar el ajuste del FMI que nos está hundiendo en la pobreza.
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