El día que la CGT convocó a su Consejo Directivo el dólar “blue” estaba a 400 pesos. Cuando hizo la reunión estaba a 430. Hoy martes arañó los 500. También subieron los dólares financieros que usan las empresas. No hay dudas. Los grandes especuladores están apostando a la devaluación del peso y el Gobierno viene dejando correr mientras negocia con el FMI (y los propios especuladores). La crisis política le echa más leña al fuego.
El Frente de Todos hace rato viene haciendo el “trabajo sucio” del ajuste. Incluidas sus cúpulas sindicales. Pero le piden más. Y lo está “dando todo”.
Los muchachos cegetistas, ¿“todos unidos devaluemos”?
A pesar de que todos los canales de TV y las radios esperaban la palabra de la CGT, el Triunvirato no utilizó esa "cadena nacional" para denunciar la corrida que estaba en marcha. En su declaracion alertó lo que todos saben: que "atravesamos una compleja crisis”, “una escalada inflacionaria que pulveriza los salarios” y un “aumento de la pobreza” que pone “en serio riesgo la cohesión social”. No me digas.
En cientos de palabras no nombran una sola vez el ataque devaluatorio. Tampoco le pone nombre a los agroexportadores, banqueros y grandes empresarios que están detrás de él. Ni hablan del FMI, que viene planteando una suba del dólar oficial, tarifazos y otras medidas que empujan esa inflación “que pulveriza los salarios”.
Recién en la tarde de hoy, en una intrascenente charla sobre "formación sindical", Héctor Daer le pidió a la ministra Kelly Olmos "que le transmita a Alberto Fernández y Sergio Massa que desde la #CGT vamos a defender los derechos de lxs argentinxs". Un apoyo alentador... Esta vez se animó a denunciar a "los especuladores" y prometió que "la CGT va a estar donde tiene que estar para defender al pueblo argentino".
La realidad, más allá de los inofensivos tuits de Daer, es que la pasividad del sindicalismo peronista es un permiso para que sigan atacando el bolsillo popular.
¿Por qué? Porque la CGT sigue cubriéndole la espalda a Massa y el Gobierno en sus negociaciones con el Fondo y los dueños del país. Por eso pide “un consenso político, económico y social” con los mismos que ajustan y devalúan.
¿Por qué? Porque no es la primera vez que la CGT deja correr la devaluación. Ya lo hizo después de la crisis del 2001, cuando una alianza entre Duhalde, sectores empresarios y la CGT apoyaron esa salida que serruchó los salarios reales casi un 40% en pocos meses.
¿Por qué? Porque muchos de los sectores capitalistas amigos de los grandes gremios (Agroindustria, Comercio, Construcción, Siderurgia, Logística, Automotrices, Petroleras), se ven favorecidos con las medidas económicas que viene tomando el Gobierno y hacen negocios con la devaluación.
¿Por qué? Porque saben que el peronismo puede salir derrotado de las elecciones y ya empiezan a negociar con los candidatos de la oposición de derecha que, como ya está haciendo Massa, van a profundizar el ajuste.
Es cierto. Aún no está dicho hasta dónde escalará la corrida y la crisis. Si Massa hace el “trabajo sucio” que le piden a cambio de llegar a diciembre; si logra un pacto menos “costoso” para el país y el peronismo; o si el “deterioro económico lleva a la descomposición social” como advirtió la misma CGT.
En cualquier caso, el peronismo sindical se propone hacer "control de daños" de cualquiera de las salidas patronales. El acto del 2 de mayo será para reclamar ese lugar.
Hay que denunciar la complicidad devaluatoria de la CGT. E imponerle que rompa con el “plan” del Gobierno, convoque asambleas en los lugares de trabajo y un plan de lucha que comience por un paro general activo por todas las demandas obreras y populares.
El Frente de Izquierda realizará un acto este 1° de Mayo que tendrá esa exigencia. Un acto que denunciará cómo están descargando la crisis sobre el pueblo trabajador y llamará a pelear por medidas urgentes: aumento inmediato de emergencia para salarios, jubilaciones y planes sociales, hasta que el mínimo cubra la canasta familiar; la actualización automática de esos ingresos por la inflación mensual; la reducción de la jornada laboral a 6 horas/5 días para crear trabajo con derechos; impedir los despidos: ocupación y gestión obrera de cualquier empresa que cierre o despida masivamente; hay que romper con el FMI y la deuda fraudulenta, y nacionalizar los bancos y el comercio exterior para terminar con la fuga y la especulación poniendo todos los recursos nacionales al servicio de las grandes mayorías.
Hay que poner a la clase trabajadora de pie y reorganizar el país desde abajo. | 
