Este primero de mayo llega en un contexto de polarización política, rumbo a las elecciones presidenciales. El gobierno continuó y profundizó la militarización con el apoyo cómplice de la oposición de derecha, aunque algunos de sus miembros salgan a cuestionar cínicamente esta medida que ellos implementaron durante dos sexenios.

La militarización y la política del gobierno en el tema migratorio ha desencadenado escenarios de violencia contra migrantes como el incendio que arrebató la vida de más de 41 migrantes centroamericanos y venezolanos en el Instituto Nacional de Migración en Ciudad Juárez, o el aumento de la violencia como la masacre de jóvenes en Tamaulipas, eventos que son consecuencia directa del respaldo a la Guardia Nacional y el ejército.

Mientras tanto, el oficialismo como la derecha son impulsores del T-MEC, tratado que ha fortalecido a las patronales. Esto deja en claro la continuidad de la subordinación a los planes económicos del imperialismo, cosa que contrasta con la retórica de la 4T y los programas sociales, incluso con proyectos como el aumento salarial o alargar el plazo vacacional obligatorio, pues estas medidas benefician a muy pocos sectores de la población trabajadora que tienen un contrato y empleo regular.

Por su parte, quienes hemos sido despidos o tenemos trabajos precarios, como en Call Centers, industria u otros, poco o nada hemos visto que cambie nuestra situación, pues ha aumentado el costo de la vida y los precios de los alimentos, los servicios y cada vez más familias se ven impedidas para cubrir sus necesidades, sin poder llegar a fin de mes.

En particular, los trabajadores al servicio del Estado están en riesgo, en tanto que se aproxima el cambio de administración, y ya han habido procesos de lucha por derechos laborales en programas sociales y alcaldías, que buscan acabar con los contratos simulados y la inestabilidad laboral en programas sociales, alcaldías y dependencias. Cosa que no es muy distinta en la educación o en el sector salud.

En el caso de la huelga del SUTNOTIMEX, donde la patronal es el gobierno federal, recientemente decidió desaparecer la agencia de noticias frente a una huelga de más de tres años, dejando en la calle a los compañeros que lucharon durante toda la pandemia. Es urgente rodear de solidaridad la huelga hasta su triunfo. Este 1M debe retomar la demanda de solución a la huelga del SUTNOTIMEX a partir del gran ejemplo de la clase obrera francesa en huelga para defender sus derechos.

Es necesario denunciar la política de direcciones sindicales, sí de las históricamente charras y patronales, como las agrupadas en el Congreso del Trabajo, la CTM y la CROC, de las que nada podemos esperar; pero también de aquellas que se declaran democráticas y/o combativas, y que pese a aportar modestos contingentes de algunos dirigentes, así como dar aportes económicos, se han negado a organizar medidas de fuerza como un paro nacional de sus afiliados o incluso, han responsabilizado a su base sindical de no tomar otras medidas. Mientras privilegian los acuerdos con el gobierno o con centrales sindicales de cuestionada legitimidad. Cosa que sucede mientras que quienes levanta huelgas o salen a movilizarse quedan aislados.

Por esto, este primero de mayo las organizaciones firmantes proponemos impulsar un bloque combativo e independiente del gobierno, la derecha y las burocracias sindicales que se niegan a movilizar, para pelear contra la carestía de la vida, por un plan contra la inflación, para echar abajo la militarización y por la victoria de las huelgas en curso, como la de Notimex.