1) Para comenzar, ¿qué se vota este domingo y luego cómo continúa el itinerario del proceso constitucional?
Para comprender el proceso constitucional actual hay que aclarar que este 7 de mayo se eligen los 50 miembros del Consejo Constitucional, que teóricamente sería el órgano redactor de la nueva constitución.
Serán 50 miembros en una cámara igual que el Senado, la cual es la cámara más oligárquica del Parlamento chileno, con una elección igual de excluyente donde sólo participan candidatos miembros de los partidos tradicionales o con presencia en el Parlamento actual. Además, el sistema electoral favorece a los partidos más grandes o con más recursos para hacer campañas masivas ya que los distritos electorales son enormes.
Pero eso no es todo. Decimos que el Consejo es el órgano que “teóricamente” redacta la nueva constitución porque en realidad el proceso constitucional ya empezó hace bastante tiempo.
Esto se explica desde el origen del proceso constitucional actual, que nace del “Acuerdo por Chile” firmado por los partidos tradicionales, desde donde emanó este proceso, se acordaron 12 bordes constitucionales que no se pueden sobrepasar en la discusión y que son ejes claves del corazón del Chile neoliberal y del Estado autoritario, y definió tres órganos que lo constituyen. El primero de ellos es una Comisión de Expertos que ya está trabajando, compuesta por 24 miembros designados por los partidos tradicionales en proporción a su presencia en el Senado, lo que le entregó la mitad de expertos a la derecha, y que es presidida por el pinochetista Hernán Larraín.
Esta Comisión de Expertos ya redactó un borrador inicial de nueva Constitución que se le entregará como “base” al Consejo Constitucional que será electo este domingo 7 de mayo. Y luego, un tercer órgano, un Comité Técnico de Admisibilidad, compuesto por 14 juristas designados por el Senado, visará que todo lo que se proponga en el Consejo esté dentro de esos 12 bordes constitucionales que en el fondo son garantía de que se mantendrán los pilares del Chile neoliberal.
2) ¿Qué expectativas hay respecto a esta elección y qué posibles escenarios se avizoran?
Como podrán notar por la descripción anterior, este es un proceso totalmente antidemocrático y controlado por los partidos tradicionales. Esto ha hecho que se profundice la distancia de amplios sectores de masas con el propio proceso, considerando además que mientras los políticos empresariales discuten este nuevo proceso, profundizan que los costos de la crisis económica y social los paguen las familias trabajadoras.
Esto en el marco de que la derecha ha venido instalando un clima represivo en el país, empujando a una agenda autoritaria con leyes escandalosas como la ley Naín Retamal, una ley de gatillo fácil que les da mayor impunidad a los policías para disparar, y que como resultado ya ha dejado tres personas muertas por balazos de carabineros. El gobierno se ha plegado a esta agenda acordando una serie de proyectos de ley a discutirse en ese sentido.
Esto evidentemente se apoya en un clima de mayor inseguridad en el país y en una profundización de aspectos de crisis como la disminución de los salarios reales, el aumento del desempleo y de la inflación, mientras el gran empresariado mantiene o aumenta sus ganancias (más de 3.300 millones de dólares aumentaron sus fortunas los milmillonarios del país entre enero y marzo del 2023).
En ese marco es que se vaticina que es posible un fortalecimiento de la derecha, que podría considerarse que va en tres listas: Chile Vamos, que es la derecha neoliberal tradicional, el Partido Republicano, que son sectores de la vieja derecha reagrupados junto a nuevos personajes ligados a sectores más derechistas y abiertamente pinochetistas, y el Partido de la Gente, que se puede definir como un partido ultra liberal que tiene vínculos con personajes como Milei en Argentina. Esto genera además divisiones a la interna de la derecha por la posible superación de los partidos tradicionales por el Partido Republicano.
La clave electoral está en si logran alcanzar los 30 Consejeros, ya que con ⅗ del quórum se pueden aprobar normas y artículos en la nueva constitución, o si, por el contrario, las listas oficialistas, de Apruebo Dignidad y de la ex Concertación (que van en dos listas separadas, aunque el Partido Socialista va con Apruebo Dignidad), logran llegar a 20 o más consejeros para poder tener cierto poder de veto.
3) ¿Cómo se ha llegado a esta situación?
Como hemos señalado en incontables ocasiones, esta situación no cae del cielo. No hay que olvidar que el proceso constitucional anterior fracasó, y en gran parte porque estaba presupuestado desde la firma del Acuerdo por la paz en noviembre del 2019 que, al ir hacia un camino institucional con una Convención sometida a los poderes reales, salvándole el pellejo a Piñera en mitad de la rebelión, se fortaleciera la derecha y esta pasara a la ofensiva.
De esa forma, al llevar todo al cauce de las instituciones del Chile neoliberal, la derecha se fue oxigenando. Y esto se profundizó con la llegada al gobierno por parte de Gabriel Boric y Apruebo Dignidad, que incluye al Frente Amplio y al Partido Comunista.
Ellos llegaron al gobierno en una campaña en que llamaban abiertamente a votar por Boric para “frenar al fascismo”, pero lo cierto es que desde que comenzaron a gobernar han ido profundizando su adaptación al régimen, primero metiendo a partidos de la ex Concertación a puestos claves del gobierno como Hacienda o el Ministerio del Interior, y esto aumentó luego del triunfo del rechazo, derrota electoral que han usado como excusa para renunciar a su programa y limitar cada vez más todas sus reformas, negociando con la derecha cada punto e incluso entregando concesiones que no se esperaban al gran empresariado, como un aumento de la flexibilidad laboral.
Los ejemplos de esta deriva del gobierno son muchísimos: en campaña hablaban de reformar a Carabineros, y ahora le han dado espaldarazo tras espaldarazo, legislando leyes represivas, entregándoles cuantiosas sumas de dinero, manteniendo en sus puestos al general Yañez que tuvo que declarar como imputado por su responsabilidad de mando en casos de torturas durante la revuelta; además votaron para la presidencia del Senado a un pinochetista de la vieja guardia de la UDI como Juan Antonio Coloma, militarizaron el territorio mapuche y la frontera norte del país, y más de conjunto, pactaron el Acuerdo por Chile, que favorece a los sectores conservadores y a los partidos tradicionales.
Entonces evidentemente esto ha hecho que la derecha se envalentone y vaya ganando cada vez más terreno en el debate político nacional.
4) ¿Qué política impulsan ante este escenario más de conjunto y particularmente de cara al 7 de mayo y la elección del Consejo Constitucional?
Desde el PTR y La Izquierda Diario Chile hemos impulsado una campaña de denuncia ante este fraudulento proceso, denunciando su carácter antidemocrático y a la vez anti obrero y anti popular, con todos sus cerrojos y con la complicidad del gobierno y del oficialismo que es también impulsor del Acuerdo.
Y al ser tan aberrantemente antidemocrático ha abierto un cuestionamiento en sectores importantes, lo que se ha reflejado en diversas campañas llamando a votar nulo este 7 de mayo, incluso en manifestaciones y agitación virtual. Particularmente nosotros y nosotras hemos impulsado una declaración de firmas por el nulo a la que se han adherido intelectuales y académicos, organizaciones sindicales y de derechos humanos, dirigentes de trabajadores y dirigentes políticos, que le han dado una mayor visibilidad a esta posición que ha buscado ser acallada por los partidos tradicionales que están cuadrados detrás del proceso.
Por eso, este 7 de mayo anulamos porque no legitimamos el proceso fraudulento que se está llevando adelante, porque no nos tragamos ni aceptamos el chantaje del mal menor, porque sabemos que el nulo es una forma legítima y necesaria de protesta ante esta farsa constituyente.
Desde el oficialismo han salido en una campaña bastante rabiosa contra quienes anunciamos y defendemos el voto nulo, señalando que supuestamente el voto nulo “favorece a la derecha”. Lo cierto es que detrás del proceso están desde los pinochetistas del Partido Republicano hasta el Partido Comunista, y todos han salido en todos lados llamando a no anular, porque saben que el proceso está siendo cuestionado, pero además, quienes les hacen el juego a la derecha no son quienes votamos nulo, sino que es este gobierno, el oficialismo y Apruebo Dignidad que le entregaron un proceso constitucional en bandeja, que han legislado favoreciendo las presiones de la propia derecha y han administrado el gobierno empujando a que la crisis la sigan pagando los trabajadores y el pueblo.
Pero el nulo no puede ser una campaña electoral, y así lo hemos dicho desde un comienzo. No puede acabarse este 7 de mayo. tiene que ser un punto de apoyo para fortalecer otro camino, fortalecer la auto organización, la coordinación de distintos sectores que hoy sufren los costos de la situación económica y social, que busque rodear de solidaridad las luchas que se han desarrollado y que busque fortalecer la perspectiva de retomar el camino de la movilización, contra el fraude, para enfrentar consecuentemente a la derecha en las calles, por las demandas populares que están planteadas y por una verdadera Asamblea Constituyente, Libre y Soberana, sin vetos ni restricciones, que pueda discutir sobre todo para cuestionar de conjunto a este este Chile neoliberal. |