El pasado miércoles se llevaron a cabo los alegatos finales en el juicio que se lleva adelante en los Tribunales de General Pico (provincia de La Pampa) contra el sacerdote José Miguel Padilla, acusado de abuso sexual agravado contra un exseminarista de su congregación.
La jueza María José Gianinetto, escuchó los argumentos presentados por los fiscales Andreína Montes y Luciano Rebecchi, ambos de la Fiscalía temática de delitos de género, y la querella particular, representada por Mauro Fernández, quienes solicitaron la pena de diez años de prisión para Padilla. Por su parte, los abogados defensores Jorge Salamone y Florencia Boglietti solicitaron su absolución al considerarlo inocente de los hechos de los que se lo acusa.
Un dato de relevancia fue la declaración de los tres obispos convocados: Héctor Aguer, exobispo de La Plata; Raúl y Luis Martín, titular y auxiliar de la Diócesis de La Pampa. Fue la primera vez en que las autoridades eclesiásticas no pudieron evitar responder preguntas de los agentes fiscales y querellantes. Si bien los religiosos negaron conocer los hechos que denunció ante ellos Vicente Suáres Wollert, esta vez la jerarquía eclesiástica debió responder ante la "justicia terrenal".
“Los abusos ocurrieron, la Iglesia no colaboró nunca. En 2016, cuando estaba regresando de mi casa en Entre Ríos a La Pampa, Padilla me echa por mail y acudo al obispado de La Plata, donde estaba Aguer. Le comenté esta situación y me ofreció dinero para volver a mi casa. Y cuando lo contactan para corroborar esta audiencia dice que no se acuerda”, mencionó Wollert. Lo mismo sucedió con el obispo de La Pampa, Raúl Martín. “Le conté y él me respondió que lo iba a tener en cuenta y que iba a rezar por mí, pero nada".
La sentencia se dará a conocer dentro de diez días. |