Comenzó a gestarse a partir de una convocatoria de la Confederación de Trabajadores del Cobre en su congreso del 21 de abril de 1983. Se extendió rápidamente hasta convertirse en la primera y mas grande protesta nacional contra el régimen pinochetista que movilizo a cientos de miles de personas.
En los días previos, la agitación de esta movilización se realizó a través de; los pocos medios de comunicación de oposición al régimen, como radios y revistas; se repartieron volantes; y grupos de jóvenes que salieron a pintar paredes llamando movilizarse en contra de la dictadura cívico-militar.
Se sumaron distintos gremios de trabajadores, mujeres, organizaciones estudiantiles, poblaciones, y grupos políticos contrarios a la dictadura; pero nadie esperaba la fuerza y rabia que se expresó.
En ese momento la dictadura llevaba poco mas de 10 años en el poder, donde los militares y sus colaboradores en el gobierno dejaron un saldo de miles de muertos, torturados, exiliados, relegados y perseguidos. En lo económico se incrementaba una crisis económica con elevados índices de desocupación y condiciones deplorables de vida, cercanos al 35%. Las “modernizaciones” de la dictadura terminaron atacando los sindicatos, privatizando la educación, la salud y las pensiones, instaurando la autoritaria constitución del ’80.
En este contexto la resistencia a la dictadura se venía organizando tanto desde la clandestinidad como de manera pública. Existían organizaciones sindicales como la Coordinadora Nacional Sindical, el Frente Unitario de Trabajadores, la Confederación de Trabajadores del Cobre o el Colectivo de Derechos Humanos de Clotario Blest; entre estudiantes se estaban intentando recuperar algunos centros de estudiantes; en las poblaciones se organizaban ollas comunes; organizaciones de DDHH; por su parte las mujeres habían demostrado su fuerza de organización y oposición en la marcha del 8 de marzo de ese mismo año (1933) donde fueron miles en las calles; por otro lado habían 34 presxs políticxs que desde un campo de concentración iniciaron un ayuno colectivo en protesta y solidaridad al paro.
Preparativos
El congreso de la Confederación de Trabajadores del Cobre llamó a paro, teniendo el apoyo de la Coordinadora Nacional Sindical y la Federación de Sindicatos del Petróleo. Y declararon en el congreso de la CTC: “Ha llegado el momento de ponerse de pie y decir BASTA. Los trabajadores el cobre, tenemos la autoridad moral para llamar a un PARO NACIONAL de 24 horas, destinado a protestar contra la legislación laboral y la política económica y social imperante. Sólo una huelga general de todos los chilenos puede hacer que los trabajadores recuperemos nuestra dignidad perdida y que podamos participar en forma decidida y responsable en la forja del destino de nuestro país”.
La jornada de paro
El paro se sintió desde temprano, en empresas del cobre y servicios, universidades, liceos, hospitales y el transporte. Llegada la noche comenzaron a sonar las cacerolas, los bocinazos, se prendieron barricadas en amplios territorios y se escuchaba en las calles “Y va a caer, y va a caer…”; eran millones de personas exigiendo la caída de la dictadura.
Desde el gobierno cívico-militar estaban sorprendidos, no esperaron que tanta gente saliera a movilizarse en contra del régimen, superando todas las vejaciones y violaciones de DDHH que sistemáticamente habían cometido. Pero no se demoro en reaccionar, con represión en lugares de estudio y trabajo, dejando un saldo de 2 muertos por fuerzas represivas y 700 detenidos, incluyendo a dirigentes de la CTC.
Legado de la Jornada
Tras el paro, se formó el Comando Nacional de Trabajadores que convocaría las próximas protestas nacionales, unificando provisoriamente al movimiento sindical. El paro visibilizó la importancia del movimiento obrero y sindical en la lucha contra la dictadura; además de allanar el camino de la lucha contra la dictadura. Si bien la vuelta a la democracia estuvo marcada por los acuerdos con la dictadura para esta transición pactada, de la mano de la Concertación.
A 40 años de que el pueblo saliera a enfrentar la dictadura, hoy los partidos que se dicen de izquierda pactan con la derecha y la concertación.
Actualmente se está pactando una nueva constitución, con una comisión compuesta en su mayoría por sectores conservadores, muchos ligados con la dictadura. Y es en este sentido que la revisión esta jornada histórica nos vuelve a orientar el camino para poder conquistar demandas históricas (salud, educación, No + AFP), y de la mano avanzar en la nacionalización de empresas estratégicas para la economía, como el Cobre para el financiamiento de estas necesidades. Estas conquistas solo podrán ser de la mano de la clase trabajadora, y afectando los bolsillos dos grandes propietarios del país. No serán conquistadas pactando con los partidos de transición, ni mucho menos con la derecha, como lo viene haciendo el gobierno de Boric, militarizando el wallmapu, promulgando leyes represivas y dejando un legado de impunidad. |
