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30 de noviembre de 2024 Twitter Faceboock

Entrevista
“Queremos que dignifiquen nuestra labor educativa”: docentes de CAED
Sulem Estrada, maestra de secundaria | Agrupación Magisterial Nuestra Clase y Pan y Rosas

Entrevistamos a la maestra Anais Paredes, psicóloga clínica que lleva 8 años trabajando en el área de ciencias y humanidades en el Centro de Atención a Estudiantes con Discapacidad (CAED). Desde que ingresó, junto a sus compañeros, lucha por visibilizar la labor de los docentes que atienden personas con discapacidad y por que el reconocimiento de sus derechos laborales.

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¿Qué son los CAED, cuándo surgieron y cuáles son sus problemáticas?

Los CAED son escuelas a nivel bachillerato. El proyecto inició en el 2009 durante el gobierno de Felipe Calderón, como un proyecto piloto para que las personas con discapacidad pudieran acceder a este nivel educativo. Se hicieron acuerdos con planteles federales de este nivel como DGETI, CETIS, etc., que prestan las instalaciones para convertirlas en escuelas “incluyentes”. CAED tiene ya 14 años funcionando como “programa piloto” y hasta ahora no se ha formalizado.

Las maestras y maestros no tenemos derechos laborales, estamos contratados por honorarios, se nos ha llamado “figuras solidarias” “voluntarios” para negar la relación laboral, aunque facturamos en su razón social y todos los meses debemos enviar un reporte de actividades, recibimos órdenes directamente de la SEP, cubrimos un horario, pero no tenemos ningún derecho, ni siquiera el derecho a la salud. Tenemos maestros con discapacidad, que padecen de mucho más la falta de derechos.

Los estudiantes van a clases con horarios flexibles, con adaptaciones curriculares elaboradas por nosotros como docentes, pero es un evaluador externo de la SEP quien les aplica un examen para evaluarlos, el problema radica en que los examenes no están adaptados a sus necesidades. Por poner un ejemplo, los alumnos con discapacidad visual presentan un examen impreso, la única adaptación que hicieron para ellos fue hacer el examen con una letra más grande. Hay un gran índice de reprobación porque no se toma en cuenta las necesidades que tiene cada alumno que son muy distintas incluso si tienen la misma discapacidad.

Pedimos la formalización del CAED, somos aproximadamente 1,200 maestros en todo el país que damos cobertura a 60 mil estudiantes con discapacidad. En el gobierno de Enrique Peña Nieto se prometió a los docentes de CAED -a través de un comunicado que aun aparece en la página de la SEP- una plaza profesional, sin embargo, eso nunca se cumplió, llegó el siguiente sexenio y el nuevo gobierno tampoco nos regularizó.

Tenemos ya años de lucha, yo tengo 8 años, pero hay compañeros que están desde el inicio del programa; se han manifestado y los han despedido porque no hay ningún contrato. Hay muchas injusticias también en las escuelas, a veces llega un nuevo director y saca los maestros que ya tenían antigüedad para meter a sus conocidos, realmente los maestros de CAED, estamos desamparados.

Antes de la pandemia hubo recorte de maestros debido a la política de “austeridad repúblicana” del gobierno de la 4T. Se supone que debe haber cinco asesores por CAED, un auxiliar administrativo, un responsable, pero han ido quitando figuras por recortes presupuestales, incluso hay CAED que operan con un maestro para todas las áreas, es una carga de trabajo excesiva.

Otro de los problemas es el pago puntual, les hemos pedido aunque sea paguenos a tiempo, pero todos los meses hay un restraso en los pagos, hemos estado hasta seis meses sin recibir el pago y hemos tenido que pedir prestado para poder seguir laborando.

Las y los maestros que laboramos en el CAED es porque estamos realmente comprometidos con los alumnos, porque tenemos fe que el día de mañana se transforme y que reconozcan nuestros derechos. No pedimos nada fuera de la ley. Es una injusticia lo que pasa con nosotros, pues muchos no pueden seguir adelante dada la situación de precariedad y de falta de pagos y cada vez que un maestro se va los alumnos sufren, además de ser una pérdida enorme de recursos porque se nos capacita para poder llevar adelante esta labor, además de que para continuar en ella nos actualizamos y certificamos cotidianamente.

Cada año se ha ido reduciendo el presupuesto que se le otorga al CAED, lo que contibuye a seguirnos precarizando porque la realidad es que no somos prestadores de servicios, ni becarios ni figuras solidarias, somo maestros no reconocidos.

Ya hemos corrido el riesgo de que cierren el proyecto, nos movilizamos para impedirlo porque pensamos que es una injusticia que la única opción que tienen para continuar con sus estudios las personas con discapacidad desaparezca, por que las personas con discapacidad son personas que se han quedado en el olvido.

¿Qué visión tienen sobre la “inclusión” que se promueve en las escuelas?

Hay algunos títulos que se leen muy bonito, y sería muy bueno que realmente aterrizados en la realidad fueran tal cual los promocionan, pero sabemos que en México hay una cantidad de condiciones que afectan el aprendizaje de las y los alumnos, sabemos que en las escuelas la población estudiantil es tanta que no les da tiempo a los maestros para atender las necesidades especiales, por lo que en realidad la “inclusión” se convierte en una simulación. Hay alumnos que llegan a nivel preparatoria sin saber leer ni escribir y que recibieron educación primaria y secundaria.

Yo sí creo que hacen falta los grupos especializados para las personas con discapacidad. Tenemos casos de chicos autistas que es imposible que estén en un grupo, que aunque uno quiera integrarlos realmente no va a funcionar y ese alumno requiere un espacio y una asesoría individual para él. Considero que hay ciertos casos donde se pueden integrar a las aulas y otros que no. Sería titánico capacitar a todos los maestros para trabajar con población con discapacidad, pero se requiere sensibilidad y tener herramientas para poder hacerlo.

¿Qué acciones han realizado y qué respuesta han tenido de las autoridades educativas y del gobierno?

Desde el inicio de CAED los maestros se han manifestado, y la respuesta ha sido el despido. Se han hecho manifestaciones pacificas, incluso los maestros han acudido a la CDMX con sus propios recursos. Hubo un plantón de maestros y estudiantes enfrente de la SEP; en el zócalo frente a Palacio Nacional se impartieron clases en señas.

Antes de pandemia se acudió a la SEP nuevamente, se llevaron oficios, que atendió Leticia Ramírez, actual secretaria de educación, pero que en ese tiempo era la titular de atención ciudadana, que se comprometió y escuchó a los compañeros, pero nuevamente nada se hizo, incluso se perdió todo el seguimiento que supuestamente había porque hace poco se realizó una nueva movilización a la SEP y cuando atendieron a los compañeros dijeron no saber nada sobre el caso, lo que implicó comenzar de nuevo desde cero.

Se han hecho comentarios en las publicaciones de la SEP en redes sociales y también en las conferencias de prensa, pero éstos son borrados por la institución. Sentimos que no hay disposición para resolver nada.

En una ocasión logramos hablar con el presidente, quien desde su camioneta, se comprometió a recontratar a una maestra despedida y eso nunca sucedió. No hubo respuesta ni con el presidente, acudimos con diputados, senadores, sí nos escuchan, pero de ahí no pasa. Nos preguntamos ¿ahora con quién? ¿a dónde más acudimos? Sentimos una gran indiferencia y una negativa a trabajar con una población tan vulnerada como las personas con discapacidad. El presidente pregonó un cambio, una revalorización al magisterio y eso no ha sucedido.

Por otro lado, el gobierno cree que con la pensión que se les destina a las personas con discapacidad es suficiente cuando yo escucho a mis alumnos decir “maestra, hay medicamentos que requiero que no me dan en el hospital y no me alcanza para comprarlos”. Una pensión no es suficiente porque una persona con discapacidad requiere medicamentos, terapias, una dieta especial, etc., realmente no están siendo atendidas sus necesidades, es una gran simulación.

¿Se han acercado a otros docentes o trabajadores de la educación que estén padeciendo situaciones similares a las suyas?

En algún momento nos acercamos a los docentes del PRONI, también en algún momento con los de Prepa en Línea, pero sucede que hay mucho temor a organizarse porque hay muchas represalias. Muchos compañeros no se animan ni siquiera a escribir un tuit, o a hacer una entrevista porque tienen miedo, pero yo les digo que si no hablamos nunca nos van a escuchar, si no visibilizamos la situación nunca va a cambiar. Tenemos que hacerlo desde una perspectiva respetuosa, pero que evidencie la situación.

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Hemos contratado abogados que nos dicen que podemos demandar, pero igual se ocupa invertir y muchos compañeros no están en condiciones de hacerlo.

También se hablaba de formar un sindicato, pero los compañeros tiene miedo. Se escuchaba que los iban a despedir. Sin embargo somos muchos quienes estamos inconformes y protestando, siempre con mucho respeto desde el cumplimiento de nuestro deber, del estar al pie del cañon con la camiseta puesta, pero también exigiendo nuestros derechos.

Quizá muchos de nosotros podemos buscar otros ingresos, pero hay compañeros docentes con discapacidad que no pueden hacerlo, ahí es donde se vuelve muy incongruente todo porque el programa pregona la inclusión y ¿sus docentes? sin derechos. Hubo muchos que fallecieron en pandemia porque tenían vulnerabilidades de salud por padecimientos previos que los pusieron en riesgo. Fue una gran injusticia.

¿Qué acciones tienen pensado seguir emprendiendo?

En diversas plataformas en redes sociales hemos estado compartiendo la información de lo que estamos viviendo, hay diversos grupos, algunos se estaban organizando para emprender una nueva movilización, pero aún no se ha concretado.

Estuvimos compartiendo videos de los resultados de nuestra labor docente, mostrando los resultados, pero a veces ya no sabemos ni qué hacer, pues llegó un nuevo gobierno que en realidad no ha cambiado nada y es muy desmotivante, pero buscaremos nuevas acciones.

Hasta ahora nos hemos negado a hacer huelga porque hemos querido mostrar nuestro compromiso con los jovenes, de que no los dejamos de lado a pesar de las dificultades, pero seguiremos buscando la manera aunque ha sido realmente muy difícil continuar.

Para cerrar maestra ¿qué mensaje quisieras enviar a los maestros, trabajadores de la educación y de otros sectores respecto a esta situación?

Yo siempre comento que tenemos que ser empáticos, nadie está excento de adquirir una discapacidad. No esperemos a llegar a ese momento de adquirirla o de tener un pariente o alguien cercano para mostrar esta sensibilidad. Recordemos que las personas con discapacidad son parte fundamental de nuestra sociedad. Hace algunos años se les ocultaba, despues generaban cierta lástima o verguenza, pero actualmente sabemos y debemos reconocer que ellos son capaces de lograr lo que se propongan, la verdadera discapacidad está en la sociedad.

Yo pido al sector educativo y al gobierno que nos escuchen, ¿quién mejor que nosotros para decirles como evaluar, cómo incluir realmente y como valorar el trabajo que realizan nuestros alumnos? Es un llamado para que se respeten sus derechos y los nuestros, ya basta de simulaciones. El sol no se puede tapar con un dedo. Ellos muchas veces no se animan a exigir sus derechos, pero somos sus maestros, quienes los conocemos y estamos concientes de lo que ellos necesitan.

Le agradecemos a la maestra Anais su tiempo y sus palabras. Terminamos la entrevista y una reflexión me queda en la cabeza. La única manera de acabar con la simulación, de lograr arrancar los derechos que tenemos todos los maestros y las maestras en los distintos niveles educativos y las diferentes modalidades es si luchamos unidos. Hemos visto una y otra vez repetir la misma historia de violación sistemática de derechos, de no reconocimiento de la relación laboral y cómo esta situación afecta a la educación pública y la degrada aún más. Este 15 de mayo nada que festejar, tenemos muchas razones para seguir luchando, pues aún los docentes que conservamos algunos derechos padecemos la precarización que avanza a pasos agigantados. Si seguimos permitiendo que haya un solo docente en condiciones precarias todos estamos en riesgo y la educación pública también.

 
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