La CNTE convocó a la ya tradicional movilización por el día del maestro, a las 10 de la mañana frente a la Ex Escuela Normal Superior, con destino al Zócalo capitalino.
Desde su campaña electoral para asumir la presidencia del país, AMLO prometió que uno de sus principales actos de campaña sería la eliminación de la reforma educativa, impulsada por Peña Nieto. Sin embargo, una vez asumido el cargo, quedó claro que la promesa no fue sino una manera de conseguir el voto del magisterio y nada más, pues en los hechos la reforma se quedó prácticamente intacta, salvo por la eliminación de la evaluación punitiva.
A 5 años de la llegada de la 4T, las condiciones del magisterio mexicano no solo no han mejorado, sino lo contrario.
Entre las demandas que levantamos los maestros, se encuentra la eliminación de la USICAMM, el sistema de evaluación que pone a competir a los maestros por una mejora salarial, que en realidad representa una desigualdad de ingresos por el mismo trabajo y además deja en el imaginario colectivo que hay docentes de primera y segunda. Sumado al proceso irregular y poco claro que levanta sospechas entre los maestros sobre la transparencia del mismo.
Se exigió también echar atrás las UMA para calcular jubilaciones y pensiones, que afectan directamente los ya de por sí precarios montos de aquellos que aún puedan aspirar a una jubilación, pues las nuevas generaciones de docentes ya no tendrán acceso a este derecho, sino que deberán sobrevivir con lo que puedan ahorrar en las afores.
Las demandas a la 4T por parte del magisterio fueron claras, en defensa de la educación pública y de los derechos laborales. Esto tiene que articularse con la lucha por un sindicato que realmente defienda los derechos de su base, sin charrismo sindical que pacte con los gobiernos para desviar y calmar el enojo y las demandas de los maestros.
Sin respuesta por parte del gobierno
A la par que se realizaba la marcha, AMLO desayunaba a puerta cerrada con 300 docentes para celebrar el día. A esta reunión definitivamente no asistieron los docentes que más críticas tiene, ni aquellos que exigen que se dignifique la profesión.
Al día siguiente, durante su tradicional mañanera, el morenista anunció que los maestros están “mal informados” pues todas las demandas de la CNTE han sido cumplidas y que solo es una cuestión de “perspectiva”. Puso de ejemplo la reforma educativa, que aseguró había sido cancelada, aunque no lo consideren así los maestros, y que se trata de “visiones distintas”.
En esa misma mañanera anunció que no habría represión contra los docentes. Sus dichos duraron poco, pues ante el plantón que decidieron montar maestros de la CNTE de diferentes partes de país, quienes exigían ser recibidos por las autoridades para atender su pliego petitorio, fueron reprimidos por elementos de la policía, dejando a una persona lesionada.
Queda clara así la postura que en realidad se mantiene con los maestros, no solo al continuar violentando sus derechos, sino usado la fuerza represiva para mantener a raya a uno de los sectores con más tradición de lucha del país.
Mientras en el discurso se felicita y reivindica su valor, por el otro se muestra el desprecio que se les tiene, no solo a los maestros, sino a la educación misma, pues la lucha docente no es solo por mejores condiciones laborales, sino en general por mejores condiciones educativas, incluyendo procesos de discusión democrática en la comunidad escolar para la elaboración de los planes de estudio, que respondan a las necesidades del pueblo trabajador y ayuden a formar a jóvenes estudiantes que no estén dispuestos a solo obedecer órdenes.
Una verdadera atención al sector educativo vendría de la mano de un mayor presupuesto para infraestructura y equipamiento escolar, además de la construcción de más escuelas, para que sean espacios dignos tanto para alumnos como para maestros. El dinero está, pero se destina a sectores como la Guardia Nacional, a la que se le inyecta un presupuesto millonario.
La educación que necesitamos solo puede ser posible si maestros, padres y alumnos nos organizamos y decidimos de manera democrática cuáles son las necesidades del sector educativo y cómo luchar para darles solución. |