El comunicador se encontraba en su auto cuando una motocicleta con dos sujetos abrió fuego directamente contra él. Después de recibir los impactos el periodista chocó contra un árbol y quedó tendiendo en el asiento del conductor.
Marco Aurelio tenía 30 años de trabajo periodístico, cubriendo principalmente sucesos de nota roja y actualmente se desempeñaba como colaborador en el programa Estéreo Luz FM, además de que su familia tenía un medio independiente llamado Cuarto Poder.
Aún queda la duda de si el asesinato de Marco Aurelio está relacionado con su labor periodística o con su participación en la administración de Miguel Barbosa Huerta.
Marco Aurelio fungió como director de Gobierno del Ayuntamiento de Tehuacán durante la administración de Felipe Patjane, el primer alcalde por Morena, quien desde el 2019 y hasta la fecha permanece encarcelado. El periodista era también cercano al difunto gobernador Miguel Barbosa.
Segundo país más peligroso para ejercer el periodismo
Durante el 2022 se registraron 67 asesinatos de periodistas a nivel mundial, más de la mitad fueron realizados solamente en 3 países. México se encuentra en el segundo puesto, tan solo detrás de Ucrania y las muertes de periodistas por la guerra contra Rusia.
México está también en el Índice global de impunidad del CPJ (Commitee to Protec Journalists), que muestra aquellos países en los que los asesinatos de periodistas permanecen impunes.
Latinoamérica es la región más violenta para ejercer el periodismo. En 2022 asesinaron a 30 periodistas en el continente; de esa cifra, 13 se registraron en México, lo que lo convierte en el año más violento en la historia del periodismo en el país. Desde 1992 al 2022 se registró el asesinato de 151 periodistas.
A principios del 2022, el subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración reportaba que tan solo en el gobierno de AMLO se habían registrado 61 asesinatos de periodistas.
A pesar de las aparentes estrategias que tiene el gobierno para “aumentar la seguridad de los periodistas”, ha quedado claro que no hay una verdadera política para mantener a salvo a los integrantes de este gremio, como lo dejo claro el asesinato de María Guadalupe Maldonado, quien estaba incorporada al mecanismo de protección del estado de Baja California.
Ser periodista en México representa un peligro total. En aquellos casos en los que se consiguió comprobar el asesinato, se demostró que la muerte estuvo relacionada con la labor periodística, en muchos casos por dar cobertura a notas del crimen organizado.
El cese de la violencia contra los periodistas no vendrá de generar más políticas para “cuidar a los periodistas”, no solo porque serían insuficientes, sino porque mientras perdure la ola de violencia en el país será imposible evitar que los reporteros continúen muriendo.
El desprecio a la labor periodística por parte del gobierno no solo se ve reflejado en el nulo interés por la vida de los integrantes de este gremio, sino también en la aniquilación de sus derechos, como el despido injustificado de trabajadores de Notimex, que llevó a la huelga que estalló desde antes de la pandemia y que San Juana Martínez se negó a resolver, con el cobijo de AMLO. En este año se anunció la eliminación de la agencia de noticias, dejando claro que prefieren extinguir el medio de noticias del Estado antes que respetar los derechos de los trabajadores.
Por ello no podemos confiar en los gobiernos en turno, a pesar de sus discursos, para resolver esta terrible situación, sino en nuestras propias fuerzas como trabajadores para organizarnos. |