Entrevistamos a Raquel Lezcano, docente de la Marrón en Tres de Febrero y militante del PTS. Su testimonio se condice con declaraciones de varios estudiantes y docentes que muestran cómo el ajuste en la modalidad es el modelo: nulidad de edificios propios, falta de creación de cargos, búsqueda de matrícula a cargo del docente, sin presupuesto y sin recursos. Esta es la verdadera cara del ajuste.
¿Cómo decidiste ingresar a la modalidad adultos?
Ejercía como maestra del nivel primario y ahora de la modalidad de jóvenes y adultos con 20 años de antigüedad en la docencia. Por una cuestión de tiempos, y con menos intensidad como es tener 25/30 alumnos por turno todos los días, me pasé a adultos porque uno cree que quizás puede mejorar. Pero después te vas dando cuenta que no es tan así.
¿En qué sentido mejorar?
En la escuela, como decimos siempre desde La Marrón y el PTS, si hay algo que vemos abrumadoramente es la labor de las y los trabajadores de la educación que ponen hasta plata de su bolsillo para el dictado de una clase. Es decir, no es sólo el desgaste áulico sino con el propio sistema que te condena a trabajar doble jornada para cubrir la canasta familiar.
Está pensado así para que no tengamos tiempo de reflexión, estudio o dedicarle tiempo de calidad a la familia, amigos y al esparcimiento. En realidad, el sistema está hecho para no darnos cuenta que el principal problema es la falta de presupuesto educativo y no las cotidianidades que se viven en las escuelas, para pensar y decidir qué educación y qué escuela queremos los docentes, los estudiantes y las familias.
Entonces… ¿Cuál es el problema?
El problema no son ni los niños, ni los grandes, porque uno tiene grandes satisfacciones al dar clases. Si te pones a leer en la página del ministerio de educación, no vas a encontrar que la modalidad adultos tiene bajo presupuesto educativo, no contempla la creación de infraestructura propia, ni una campaña real desde el estado para que accedan a la terminalidad de estudios primarios. Por ejemplo, si los alumnos están trabajando la posibilidad de concluirlos en horario laboral sin afectar su salario, o guarderías para el cuidado de sus hijos en sus lugares de estudio, o brindarles trabajo genuino.
Sin ir más lejos, acceder al Plan Progresar es una odisea contada por las propias familias y estudiantes, porque no entró el trámite en la fecha asignada, o porque cerró la inscripción y tienen que esperar que se vuelva a abrir el sistema. Para esto ya pasó la mitad de año, lo mismo hoy con la suba del transporte, el mínimo $80, dicha modalidad no tiene el beneficio del boleto gratuito.
¿Si la docencia es vocación, el estudio también?
Eso tenés que contarle a muchos estudiantes, a una trabajadora de limpieza de una clínica o una casa de familia, o a un operario que trabaja más de 10 hs hs diarias. Sumale el viaje. Que pongan “vocación” para estudiar desde las 18 hs hasta las 21 hs, y que con suerte no se duerman en clase y quizás pican algo mientras viajan, mientras continúan con los quehaceres de su hogar y la atención de sus familias.
Y por el otro lado está la sobrecarga laboral, ya que como docentes realizamos tareas de campo para conseguir un espacio propio para el dictado de clases, también la búsqueda de matrícula. Además de disponer de dinero y una línea para la promoción del servicio. Siempre digo lo mismo: mi número de celular es público.
La realidad supera a la ficción imaginada en una oficina del ministerio, es evidente cuánto se profundizó la precarización laboral, porque nuestros estudiantes tienen que elegir entre trabajar y estudiar.
La búsqueda de matrícula y espacios es como buscar una aguja en un pajar porque te topas con escaleras burocráticas y mezquindades de un lado y del otro lado del mostrador. Tanto del oficialismo como de la oposición.
El otro día en la movilización de la unidad piquetera escuchaba a una jóven mujer interpelar al notero: ¿Vos pensas que a mi me gusta ser pobre? ¿Qué no me gustaría tener un trabajo? ¿Qué no me gustaría estudiar? ¿Que me encanta venir a reclamar un bolsón de alimentos o un plan social?
Acá es cuando te dás cuenta que ya gobernaron todos y ninguno solucionó los problemas estructurales. Al que le quepa el sayo que se lo ponga.
Era una ironía, claro..
Para caricaturizar la frase de un “Estado presente” pero con la particularidad de que es el propio docente quién lo ejerce, no sólo con buena voluntad si no con una sobrecarga laboral jamás imaginada, desde el día en que recibió su diploma.
Un detalle no menor, por ej, los maestros de ciclo (CEA) no perciben ruralidad y esto lo exprese en una reunión de delegados del Suteba donde estaba presente Mariela Preuus, Secretaria de Salud del Suteba Provincia, cuando se refirió a ¿Por qué se enferman los docentes?
Por otro lado en el distrito tenemos dos terciarios, una universidad y en ninguno de ellos se dictan postítulos de educación de adultos, ni en contexto de encierro.
Este año la modalidad va a cumplir 50 años y se pone en evidencia cuánto se profundizó la precarización. Al no poseer edificio propio; recae en que los docentes tengan que buscar la buena predisposición de instituciones, clubes, centros de jubilados, fundaciones, etc, para que nos brinden un espacio ad honorem. Hoy, la modalidad de adultos de Kicillof y Sileoni es la precariedad educativa del futuro y en el horizonte se vislumbra.
¿Qué te pasa cuando escuchas hablar de calidad educativa al gobierno y la oposición política de los partidos tradicionales?
Por un lado bronca y por el otro pienso que una educación de calidad no depende de la voluntad y esfuerzo de trabajadores y estudiantes sino también de una decisión política; que construya escuelas, que capacite en servicio, que cree cargos y que facilite recursos; docentes con salarios acorde a la canasta familiar y el dictado de clases en condiciones de seguridad e higiene entre otros.
A la resignación que vociferan las conducciones sindicales obsecuentes y ultra oficialistas como la de Baradel y Yasky, hay que combatirla para no caer en el individualismo o el escepticismo de que no se puede cambiar o que siempre fue así. A la derecha no se la combate con amor, paz y con el mal menor, porque cuando tengan que votar mayores ajustes en educación, no les va a temblar el pulso mientras las conducciones sindicales sigan en el sillón ministerial de la casa de gobierno.
Por eso también planteamos recuperar las organizaciones sindicales y transformarlas. Es la salida que vemos desde la Marrón y el Movimiento de Agrupaciones Clasistas que impulsamos desde el PTS en el Frente de Izquierda con Myriam Bregman y Nicolás del Caño.
Por lo tanto, para dar vuelta la página y favorecer a las grandes mayorías con una educación de calidad y científica hay que rechazar el no pago de la deuda externa contraída con el macrismo y avalada por el Frente de Todos en el Congreso. Hoy nadie puede decir que el gobierno está conducido con políticas progresistas ni mucho menos.
Y para enfrentar las políticas de ajuste que quieran implementar al sistema educativo hay que organizarse porque si hay algo que detesta la derecha es la protesta social y la organización porque le temen a la voz de las mayorías insurrectas en la calles y organizadas.
En mi caso junto a mis compañeros nos organizamos en defensa de la educación pública para transformar la sociedad desde abajo. Por una pedagogía significativa critica y liberadora.
| 
