"Con hambre no se puede estudiar". Las imágenes de pobreza y crisis social en nuestro país, se profundizaron durante el gobierno del FDT y su cogobierno con el FMI, como continuidad de la herencia macrista. Si ponemos la lupa en la provincia de Buenos Aires y en el Conurbano, la situación se agrava.
Según Isepci el 40% de niñas niños y adolescentes en Buenos Aires presentan malnutrición. La mayoría de los casos sobrepeso u obesidad. Esto se debe a la mala alimentación, la falta de una dieta equilibrada en proteínas, verduras, frutas, lácteos. El slogan de campaña de Kicillof, “derecho al futuro” se cae a pedazos para millones, no hay futuro si el presente sigue atado al FMI y las que se benefician son las grandes empresas alimenticias mientras millones pasan hambre.
Por eso una de las demandas de los masivos paros docentes convocados por la Multicolor, el pasado 17 y 18 de mayo, es la universalización y aumento del valor de los cupos de comedores, ya que vemos en las escuelas que todos los días alguna familia solicita sumarse, para muchos la única comida al día. Estas raciones de alimentos son de bajo valor nutricional, al igual que la caja de alimentos del plan “Mesa”que solo trae carbohidratos por el valor de $3489,00 y se entrega una vez al mes.
Una familia para brindar una canasta alimenticia saludable mensual de niñes entre 4 y 13 años tiene que gastar entre los $25000 y $29000 por hije o $38000 si es un adolescente. El 40% de la población, se encuentra muy lejos de poder hacerlo con ingresos por debajo de la línea de pobreza.
Este nivel de vida impacta directamente en el desarrollo y rendimiento escolar. Para que nuestros niñes tengan derecho al futuro, hay que pelear en el presente para imponer aumento general de salarios, jubilaciones y programas sociales para que ninguna familia tenga ingresos por debajo de la canasta familiar. Para ello, hace falta afectar las ganancias de las grandes empresas y terminar con el sometimiento del FMI que impone recorte fiscal, solo el Frente de Izquierda propone este camino contra todos los partidos del ajuste.
¿Y por la escuela, cómo andamos?
Desde la salida de la pandemia y el avance de la crisis social, vimos un incremento de la matrícula porque muchas familias reducen sus gastos y migran de escuelas privadas a públicas, se estima que son unos 843.300 estudiantes más que antes de la pandemia a nivel nacional. Sin embargo el presupuesto para la educación pública no se incrementa sino que en comparación con la inflación y la necesidad, decrece. Si miramos lo que destina anualmente el gobierno de Kicillof por estudiante de la educación primaria, son $19100, según un informe de Argentinos por la Educación. Poco más de $52 por dia, por estudiante.
Pero ni siquiera ese presupuesto que ronda un 30% del total del gasto, se destina directamente a las y los estudiantes; sino que el 90% (78% Educación estatal y 12% subsidios a la privada) va a pagar salarios docentes producto de la descentralización educativa y la provincialización que impuso el menemismo en nuestro país y todos los gobiernos mantuvieron. Salarios, que obligan a los docentes trabajar dos y tres cargos ya que están por debajo de la canasta familiar (hoy una maestra gana $164.000) con el incremento de la última paritaria festejada por bombos y platillos por Baradel y la Celeste de SUTEBA y rechazada por el masivo paro Multicolor. A la vez, miles de maestras y profesores se encuentran subocupados o desocupados, con ingresos de indigencia.
Tenemos que luchar por reorganizar la educación, trabajar todos trabajar menos, cobrar un salario igual a la canasta familiar por cargo, de esta manera terminar con la sobrecarga laboral y afrontar la desocupación docente. Es urgente el aumento de presupuesto educativo para crear cargos y construir escuelas. Está mas vigente que nunca pelear por plata para educación, no para el FMI.
Este vaciamiento de la educación pública impacta en los más vulnerables, en la primera infancia. Según la UCA, en nuestro país un niño entre los 3 y 5 años en el estrato trabajador más pobre, registra cuatro veces más chances de no asistir a la educación inicial que un par en el estrato medio profesional. El 25, 8% de niñas y niños en esa franja etaria, en el Conurbano Bonaerense, no están escolarizados.
Si miramos la educación primaria, alrededor de un 8,6% no estuvieron escolarizados en 2022, y se ubica por encima de este valor promedio en residentes en el Conurbano Bonaerense, según el mismo estudio. Porque faltan escuelas, faltan vacantes.
Por la educación, por las infancias, poner de pie la clase trabajadora
Las y los docentes que peleamos por salarios, condiciones de trabajo y aumento de presupuesto educativo; tenemos que profundizar esta pelea para dar vuelta la historia. Podemos ser parte del camino para terminar con la decadencia nacional y el saqueo al que nos somete el FMI y todas las coaliciones que gobiernan para ellos.
La derecha de Juntos quiere avanzar todavía más con el ajuste para continuar lo que comenzó Macri en su gobierno, los libertarios como Milei quiere reflotar los planes neoliberales y si de educación se trata, propone privatizarla con sistema de vouchers, por lo que si hoy hay 25% de infancias sin escolaridad se duplicaría esa cifra con sus propuestas.
El peronismo que gobierna ajustando, quiere aparecer como el mal menor, con Cristina y sus discursos convencer de que Massa, Wado y Kicillof son la salida, como si no hubiera otro camino que someternos a seguir bajo las órdenes del FMI y los “cuatro vivos” que se llevan todos los dólares del país. Hay otra salida, es el camino de fortalecer a la clase trabajadora y pelear por lo nuestro, imponer un programa de emergencia de aumento de salarios, plata para salud, educación.
Fortalecer a la izquierda es un mensaje a los poderosos, que sepan que vamos a resistir un saqueo nuevamente. A la vez, día a día construimos desde abajo la fuerza para imponer un plan de lucha nacional por nuestras demandas. Ganar las calles, como lo hicimos las mujeres, disidencias, las pibas cuando arrancamos el derecho al aborto en las calles. Cómo lo hacemos las docentes, parando las escuelas y ganando las calles como mostraron las compañeras del nivel incial.
Tenemos la fuerza para superar a la burocracia sindical, como en SUTEBA; que asiste a los actos convocados por Cristina y Kicillof, se pone a disposición de la interna del Frente de Todos pero le da la espalda a las demandas de los trabajadores de la educación. Tenemos que imponerles desde las escuelas, en las reuniones de delegados, con nuevas medidas Multicolor, salir a la lucha.
Empecemos por unir nuestra pelea con estudiantes y familias, muchas de ellas organizadas en los movimientos sociales que están en las calles por sus demandas, impulsar asambleas en las escuelas y barrios, construir un encuentro nacional de trabajadores ocupados y desocupados y sectores en lucha y combativos; tenemos una pelea en común la defensa de la educación pública, en defensa del presente y el futuro de las infancias y adolescentes.
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