El claro perdedor de las elecciones municipales y autonómicas ha sido Ciudadanos (Cs), ya desde hace meses o incluso años perdiendo protagonismo político, ha perdido tras este domingo la poca representación institucional que todavía conservaba y que ahora deja al partido en la completa irrelevancia.

Tras el anuncio este lunes de Pedro Sánchez de elecciones generales anticipadas para el próximo 23 de julio y tras los nefastos resultados este 28M, la dirección de Ciudadanos propuso no presentarse a las próximas generales. Decisión que finalmente ha sido ratificada por el Comité Nacional este martes.

El descalabro de Ciudadanos, aunque previsto, parece definitivo. Cayó este domingo de los 1.989.566 votos (el 8,73%) logrados en 2019 hasta los 301.166 (el 1,35%) este 28-M. El partido ha mantenido cierta relevancia debido a cargos que sostenía al no haberse celebrado todavía elecciones. Pero tras estas municipales y autonómicas su presencia ya es casi testimonial: de los 2.787 concejales conseguidos hace cuatro años, Cs mantiene solo 392. Y al no presentarse el próximo 23J quedará sin representación en el Congreso de los Diputados.

Ciudadanos surgió como un partido de centro en Catalunya, liberal, europeísta y nacionalista español, para dar su paso a la política nacional en el contexto de crisis económica en el Estado español y crisis política del bipartidismo. Apoyado por la patronal y los grandes medios de comunicación, irrumpió en las elecciones generales de 2015 con más de 3 millones de votos, aprovechando el descrédito de los corruptos partidos del Régimen del 78: el PSOE, pero sobre todo del PP.

Inflado permanentemente en las encuestas y mediáticamente, Ciudadanos trato de ser la apuesta por derecha de la patronal y los medios para restar el protagonismo que por entonces tenía Podemos, que también estaba aprovechando la crisis del bipartidismo. Al mismo tiempo, en el contexto del Procés y la lucha del movimiento democrático de 2017 en Catalunya, Cs se hizo un hueco importante como la derecha españolista en el Parlament frente a un testimonial PP en la región.

El bipartidismo de PP y PSOE quedaba ampliado así a dos partidos más con Podemos y Ciudadanos. Sin embargo, con la llegada de 2018 irrumpió Vox en el panorama político y la derecha se dividió en tres: PP, Cs y Vox. Ciudadanos expresaba al sector más liberal y Vox al más ultraderechista y reaccionario, ambos antes hegemonizados por un PP en recomposición.

Sin embargo, Cs, nutrido de oportunistas y tránsfugas políticos, como Toni Cantó, jugó un rol de muletilla de gobiernos del PSOE y sobre todo del PP. Un PP que fue recuperándose con liderazgos como el de Isabel Díaz Ayuso, en la lucha interna del partido con Pablo Casado, y finalmente con un Alberto Feijoo como presidente de consenso y cerrándose filas.

Perdiendo protagonismo en una derecha radicalizada frente a un PP y Vox a la ofensiva, Ciudadanos fue cayendo electoralmente, y su líder, Albert Rivera, lejos de convertirse en una suerte de "Macron español", terminó por dimitir de la dirección del partido en noviembre de 2019. Una parte de su electorado había sido también absorbida por el PSOE, en el contexto de las elecciones de aquel año y las negociaciones por la investidura de Pedro Sánchez, que no fue apoyada por el partido naranja.

Desde entonces y hasta este año, la segunda de abordo de Cs, Inés Arrimadas, pasó a liderar el partido y a seguir tocando música mientras el barco se hundía. Diversas maniobras políticas como las mociones de censura o transfuguismos varios no hicieron más que aumentar la crisis del partido. Una nueva dirección este 2023 con Begoña Villacís, Adrián Vázquez, Guillermo Díaz o Patricia Guasp no ha podido revertir la situación y la final absorción de su electorado por el PP.

El 28M ha supuesto un fortalecimiento del bipartidismo, del PP y el PSOE, frente a los malos resultados de Podemos y al descalabro total de Ciudadanos, aunque con la ultraderecha de Vox consolidada y siendo un factor clave para los pactos de gobierno de la derecha. En este marco, la dirección de Ciudadanos ha optado por no presentarse a las elecciones generales anticipadas del próximo 23 de julio, donde previsiblemente obtendría otros nefastos resultados. Desde el partido hablan de "reestructuración" de cara a las próximas elecciones europeas de junio del 2024, aunque parecen pocas las posibilidades de salir de la irrelevancia política en la que están cayendo.